La falta de subvenciones puede acabar con el cine infantil
El cine infantil se encuentra en una situación de crisis de la que sólo una gestión adecuada del Ministerio de Cultura puede salvarle. La ausencia de salas de exhibición suficientes, los altos costos de producción, de compra y de doblajes cuando se trata de películas extranjeras, hacen de esta importante fuente de conocimientos para el niño una empresa nada rentable.«Si las cosas siguen a este paso -explica Moisés Olmo, de la distribuidora Juvensa-, la propia televisión, que basa gran parte de su programación infantil en el cine, se quedará dentro de unos años sin nada que exhibir. Y esto a pesar de que nuestra situación ha mejorado un poco tras la aprobación del decreto ley del 19 de abril pasado, por el que vuelve a estar vigente el de 1964 que eximía de canon de doblaje a las películas especialmente indicadas para menores de catorce años. Pero ni esto, ni la subvención que a posteriori se les concede al año de su estreno a aquellas pélículas que se consideran de interés infantil, pueden paliar la situación de esta industria menor.»
Si el cine para niños no es una industria rentable, las razones hay que buscarlas en la falta de independencia del espectador a que va dirigido, «de alguna manera es necesario que la película le guste también a la persona que le acompaña», y en la dificultad de «dar en el clavo» en la elección del tema. La solución de exhibir las películas infantiles en el marco de la escuela ha sido rechazada por los propios distribuidores, quienes consideran imposible ceder una copia de película de duración normal por menos de 2.000 ó 3.000 pesetas, precio prohibitivo para la mayoría de los centros. «A pesar de que este tipo de cine -continúa Moisés Olmo- tiene mayores facilidades de exportación, la producción nacional está muy limitada y creemos que sólo la cooperación con los países de América Latina podría sacamos de la actual situación. Las coproducciones son el único asidero que tenemos, y creo que esta posibilidad va a estudiarse próximamente en el contexto de una nueva legislación sobre este espectáculo.»
La creación de una red de salas exhibidoras familiares o infantiles en todo el territorio nacional favorecería enormemente la difusión del cine infantil, que en opinión de los distribuidores debe tener más al espectáculo que al aspecto educativo. «Es la televisión el medio idóneo para la exhibición de un cine infantil con una preocupación didáctica.»
Babelia
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