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El canciller alemán expondrá mañana su política sobre la bomba de neutrones

El canciller Schmidt expondrá mañana ante el Parlamento cual es la actitud de su Gobierno respecto de la bomba de neutrones y del resultado de la reunión de la CEE en Copenhague, el pasado fin de semana. Antes de la próxima cumbre económica occidental, el 16 y 17 de julio, la RFA espera que quedará superada la actual tensión dialéctica entre Bonn y Washington.Las últimas diferencias entre los dos países, derivadas fundamentalmente de la «pasividad» americana frente a la crisis del dólar, del aplazamiento de la entrada en juego de la bomba neutrónica y de la amenaza de embargo de uranio, ha suscitado tensiones internas en los partidos mayoritarios alemanes.

Un amplio sector de socialdemócratas ha dado por buena la medida de Carter y algunos de ellos hasta reclaman que la reserva del presidente dé paso a un rechazo taxativo de la bomba. Esta postura es compartida por un miembro de la directiva liberal, ex jefe de los jóvenes demócratas -Theo Schiller- mientras que el resto de la presidencia se ha inclinado por dar el enterado de la decisión de Carter y reafirmar la importancia de que la OTAN se mantenga unida. La Democracia Cristiana ha lamentado en bloque la determinación dilatoria de Washington.

Frente a un panorama tan complejo, el canciller Schmidt deberá ofrecer mañana una perspectiva que no contribuya a distanciar a los sectores más partidarios del desarme pero tampoco ponga en peligro la estabilidad de la coalición. Los liberales son en estos momentos el factor más pronorteamericano dentro de la alianza social-liberal.

Diálogo a tres

En cuanto a la reunión del próximo mes de julio, con participación de Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Japón, además de Alemania y Estados Unidos, se anticipa aquí que será fundamentalmente un diálogo a tres, protagonizado por Carter, Schmidt y Giscard, y que en él los demás actuarán de justificación. Para entonces, el canciller alemán desempeñará también las funciones de presidente del Consejo de Ministros de la Comunidad.

Un punto clave en estas negociaciones será el de un posible abandono del dólar como base de las transacciones europeas, lo cual equivaldría a considerar la conveniencia de suplir la moneda americana por otra más fuerte, y ésta no puede ser otra que el marco, o la oportunidad de decidirse por una estabilización del sistema de cambios, tesis esta defendida por Francia.

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En suma, la Europa integrada se enfrenta a partir de ahora al problema de replantearse sus vinculaciones con Estados Unidos y optar por situar a la RFA en este lugar o elegir por el contrario una vía menos vinculante respecto de Bonn.

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