_
_
_
_

Hacia el control total del planeta

Hace pocos días, un despacho de la agencia Efe, en Bruselas, informaba de un terrible descubrimiento realizado por los servicios de espionaje de la OTAN. En las cercanías de Moscú y otras zonas occidentales de la URSS, unas misteriosas y cerradas factorías preparan toneladas de microbios y virus con vistas a utilizarlos en una posible confrontación bélica mundial.Virus como los de la peste, la fiebre amarilla, la tuberculosis, o la viruela, las fiebres hemorrágicas..., y otras pesadillas del pasado que la ciencia médica mundial casi logró erradicar del planeta, son masivamente almacenados. El descubrímiento de estas fábricas de enfermedades rusas ha sido posible gracias a satélites artificiales norteamericanos que detectan y fotografían constantemente, milímetro a milímetro, la superficie de la Tierra, procediéndose después al estudio de todo tipo de instalaciones detectadas. Esta es tan sólo una de las múltiples aplicaciones de esos millares de objetos que circunvalan el planeta y que son los satélites artificiales.

Más información
Seis mil llamadas telefónicas
Cien años de investigación

Desde octubre de 1957, fecha en la que la Unión Soviética lanzó su primer satélite artificial, unos 2.000 ingenios espaciales han sido lanzados por ese país. Jalones de esa historia lo fueron los primeros lanzamientos orbitales tripulados o el vuelo conjunto soviético-norteamericano tripulado Soyuz-Apolo, en 1975.

Tanto en el área comunista como en la occidental, las dos grandes potencias facilitan la participación en algunos de sus proyectos. Intercosmos, por ejemplo, es un programa de cooperación entre la URSS y sus aliados para el estudio de los recursos continentales y otras misiones de investigación científica.

En el mundo occidental, la ESA (Agencia Europea del Espacio) es un ejemplo de cooperación espacial internacional. Gracias a próximos lanzamientos espaciales, los países europeos podrán disponer en el año 1979 de cinco cadenas de televisión suplementarias, sobre las actualmente existentes. Muchos de esos lanzamientos van a ser llevados a cabo incluso desde bases de lanzamiento creadas por europeos, como la del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) francés, instalada en Kourou (Guayana francesa). Otro proyecto amplio, Intelsat, en el que participan cerca de doscientos países, facilita las comunicaciones crecientes intercontinentales a todos los niveles.

Pero junto a los proyectos conocidos que hacen posible la constante mejora de la calidad de vida en todos los terrenos: comunicación, recursos energéticos, investigación astrofisica, física teórica, predicciones meteorológicas..., otros proyectos desarrollan nuevas tecnologías bélicas a las que sólo se accede con dominio de la astronáutica, hoy inviable para las potencias pequeñas o medianas. La multitud innumerable de pequeños o grandes objetos, útiles unos, inservibles ya otros, meros restos metálicos algunas veces, que rodea constantemente la Tierra a enorme velocidad, permite el acceso de los hombres a una nueva dimensión -la planetaria- para la ciencia y la tecnología, sea cual sea el uso que se quiera hacer de ella.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_