Insuficiente volumen global de transfusiones de sangre en España

La donación de sangre en España ha experimentado un serio avance, aunque hasta 1978 no se alcanzarán los mínimos exigidos por la Organización Mundial de la Salud. Un amplio estudio-informe realizado con investigaciones del Instituto Nacional de Previsión, la Dirección General de Sanidad y las hermandades de donantes de sangre, expresa la mejora lograda, a la vez que plantea la necesidad de clara definición de la política sanitaria en este campo.El consumo total de sangre empleada en 1969 por el 70 % de la población española que constituyen los beneficiarlos de la Seguridad Social equivalió al utilizado en un solo departamento regional de Francia: 5 1.000 litros, poco más de dos centímetros cúbicos (cc) por beneficiario y año.

La hemoterapia que se practicaba presentaba numerosos puntos débiles. No se efectuaban pruebas cruzadas de elevados porcentajes y se realizaban transfusiones de volúmenes de sangre muy pequeños, la mayoría inferiores a 400 ce. Otro síntoma negativo fue el escaso consumo de sueros testigos y la escasa práctica de hemoterapia selectiva. Se estimó que sólo se, practicaba. una buena hemoterapia en seis instituciones, mientras en once se practicaba de un modo aceptable y deficientemente, en 43. La mayoría de las instituciones no disponían de locales para la recepción de donantes.

Respecto a la procedencia de la sangre, el 77 % fue sangre obtenida mediante retribución, y el 23 % donada por familiares o miembros de las hermandades de donantes de sangre. De cada cinco transfusiones, sólo una se realizaba con sangre altruista. La sangre retribuida. «en muy alta proporción producto de extracciones a auténticos profesionales», era suministrada por laboratorios y bancos privados, con muy bajas garantías de calidad, a un precio que oscilaba entre dos y 3,50 pesetas el cc.

Durante el año 1970 se obtuvieron en España, para fines terapéuticos, entre sangre donada y retribuida, un total en números redondos, de 120.000 litros, lo que supuso 3,53 cc por habitante y año cantidad que supone la tercera parte de la recomendada como mínimo en 1960 para los países desarrollados por la Organización Mundial de la Salud.

Entre los años 197 1 y 1975 se produce un progresivo aumento en el volumen anual de sangre que se obtiene.

«Pero entendemos -aseguran las conclusiones del informe- que se hace ya necesario, sin más demoras, que el poder político y la Administración definan claramente la filosofía, las estructuras y los medios para la nueva etapa, nueva etapa que requiere un Firme apoyo estatal y la decisión de resolver los problemas existentes en esta importantísima parcela de la Sanidad nacional, que requiere soluciones políticas, financieras y organizativas absolutamente responsables.»