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El caso Kappler pasa al Parlamento

El Parlamento italiano quiere saber quién, cómo y cuándo hizo escapar del hospital militar de Roma a Herbert Kappler, ex oficial de las SS, formalmente «prisionero de guerra», aunque responsable de la matanza de 335 italianos inocentes en marzo de 1944 como represalia de una acción partisana en que habían muerto 32 soldados alemanes de ocupación.

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El ministro de Defensa italiano

Dado que el Parlamento quiere saber, se han convocado las comisiones de Defensa del Senado y del Congreso de Diputados, a las que el ministro de Defensa, Vito Lattanzio, responsable último de la custodia del evadido, habrá de informar sobre la fuga los días 23 y 25 del corriente.Porque la cuestión es que ha caído miserablemente, por absurda, por prefabricada, decía ayer el diario de extrema izquierda Lotta Continua, la tesis de Lattanzio. Este ha sostenido con insistencia que el criminal de guerra fue sacado del hospital por su esposa Annelise en la madrugada del 15 del corriente dentro de una maleta y llevado a la República Federal de Alemania en un coche alquilado en Italia. A nivel oficial, el primero en no aceptar semejante tesis fue el general Ugo Fóscolo, «número uno» de la Fiscalía Militar de Rorna, quien habló de implicaciones de los servicios secretos alemanes. Ante ello, Lattanzio ha rectificado diciendo: «No puede formularse ninguna versión oficial sobre cómo y cuándo Kappler se fue.»

¿Una transacción?

Contra la tesis inicial de Lattanzio -que coincide exactamente con la de la supuesta ejecutora de la acción- se ha formulado la hipótesis de que la libertad de ,Kappler, viejo contencioso italo-germano federal, haya sido objeto de conversaciones entre ambos -Gobiernos y que éstos, no osando acordar la libertad del condenado hayan hecho intervenir a los respectivos servicios secretos, que podrían haber sido ayudados por algunas organizaciones nazis alemanas. Por cuestiones estrictámente financieras, Italia no puede enemistarse con Bonn. No sería, pues, imposible -se afirma en círculos políticos y periodísticos que el Gobierno italiano hubiese aceptado una «transacción».. De ser verdadera esta hipótesis, las responsabilidades serían solamente políticas. Pese a todo, el Gobierno sigue comportándose como organismo no implicado directamente en el caso. El ministro de Defensa, después de avalar « por razones de oportunidad» el traslado de un general, dos coroneles y un capitán de carabineros sin verificar ante, sus eventuales responsabilidades, ha aceptado el arresto de dos hombres que habían de vigilar a Kappler en el momento de la huída. A estos vigilantes se les acusa de «desacato de órdenes» por haber aceptado comida y bebida, que probablemente contenían sustancias soporíferas, de manos de Annelise Kappler. En resumen, para el Gobierno la única responsabilidad es militar.Los republicanos, desde las páginas de su diario oficial La Voce Repubblicana, insistían ayer nuevamente en la dimisión de Laltanzio. Si, como ha dicho Lattanzlo., cuatro altos oficiales de los carabineros se han trasladado por razones de oportunidad, «es verdaderamente extraño -decía el diario que el ministro no advierta que su posición es hoy insostenible por razones análogas; es más, por razones de mucha más importancia política y moral. El ministro de Defensa está en la cumbre de una pirámide. ¿Cómo puede no aplicarse a sí mismo la medida que ha considerado útil para sus subordinados?». En tal sentido, Lattanzio declaraba anteayer que no piensa dimitir, y, por ahora, aún no ha rectificado. De radicalizarse, la posición de los republicanos podría poner en peligro el acuerdo programático y, por ende, el equilibrio del mismo Gobierno minoritario.

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