Bonn desea una "acción" concertada
Los alemanes piensan que la cumbre de Londres será más bien una red de encuentros bilaterales que una reunión entre iguales. Para la República Federal de Alemania, el presidente Carter podrá actuar como un «factor de estación» dispuesto a acompasar la velocidad de las tres «locomotoras» más desbocadas: Estados Unidos, Alemania Federal y Japón. Por encima de todo, lo que une a los presentes es el miedo a la inflación, especialmente entre los débiles, y el propósito de encontrar un medio de reafirmar la imagen de ciertos gobiernos que se tambalean, entre ellos el de Bonn. Sin embargo, los jefes de gobierno parecen coincidir también en que no habrá resultados espectaculares.El primer acto de la conferencia consistirá hoy, según el programa, en un desayuno de trabajo de Carter con Schmidt, lo cual parece indicar la prisa que tienen ambos en intercambiar puntos de vista.
El canciller alemán se propone forzar la creación de una «acción concertada internacional» para la solución de los. problemas económicos fundamentales de hoy: come realización de la energía nuclear, deuda exterior, competencia comercial, Tercer Mundo, paro.
El canciller ha declarado que está dispuesto a entregar víctimas propiciatorias con el fin de facilitar una solución. En cuanto al problema del abastecimiento de productos energéticos, ha anticipado que esta solución «les costará algo a los contribuyentes alemanes, aunque su sacrificio será beneficioso para ¡as estructuras y para el nivel de empleo».
Una vez más será el hombre de la calle el que asuma el papel de resignado. En el mismo sentido, Schmidt desea que los jefes de gobierno presentes se pongan de acuerdo en las condiciones para los países del Tercer Mundo a la hora de solicitar créditos. El Tercer Mundo deberá mostrarse más «receptivo» frente a los países capitalistas en cuanto a las sugerencias que se le ofrezcan sobre cómo conservar la estabilidad interior. En cuanto a los países comunitarios más deprimidos, el jefe del Gobierno de Bonn quiere que sus gobiernos sigan el ejemplo de Alemania y destinen, si no 16.000 millones de marcos como ella aporta, sí una parte sustancial del presupuesto para incrementar las inversiones y reducir así el paro.
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