Pinochet busca el poder absoluto
Una sorpresa inconmensurable se llevaron el mes pasado los otros tres miembros de la Junta de Gobierno de Chile, al recibir un oficio de Pinochet en el cual éste les exponía un proyecto de ley que le transformará, de aprobarse, en un jefe de Estado absoluto, concentrando en sus manos los poderes ejecutivo, legislativo y el mando supremo de las fuerzas armadas.En el oficio, de carácter «estrictamente reservado», Pinochet indica que de no accederse a la nueva estructura de Gobierno que propone podrían ocurrir en el país «hechos sangrientos ».
De acuerdo con la versión que circula en altos medios castrenses, Pinochet ha fijado un plazo de cuatro meses, que expira el 4 de mayo, para que los otros miembros de la Junta -el almirante José Toribio Merino y los generales Gustavo Leigh (aviación) y César Mendoza (carabineros)- se pronuncien sobre el proyecto que pasaría a convertirse en la primera ley de su Gobierno.
El malestar ha corrido especialmente por los altos mandos de la Marina y de la Aviación. El Cuerpo de Carabineros se mantiene a la expectativa.
El proyecto -calificado de «insolente y necio» por algunos altos mandos- fue una versión mejorada de otro enviado por el mismo Pinochet en agosto. La idea fue hábilmente relegada por los otros miembros de la Junta -«miembros» del poder legislativo- y pensaron que Pinochet había recapacitado en vista del poco entusiasmo suscitado.
Sin embargo, en enero hizo llegar a cada miembro de la Junta la versión mejorada de su proyecto de Gobierno- absolutista. El informe consta de un oficio, un estudio de las razones del cambio de la actual estructura gubernamental, el proyecto de nuevo estatuto de Gobierno y una fotocopia de un curioso informe, de la Contraloría General de la República, emitido hace ocho años, sobre las atribuciones de precedencia y reemplazo.
Si los demás miembros de la Junta no se pronuncian en el plazo previsto, Pinochet estimará que han dado su consentimiento a la nueva estructura gubernamental, que le proporcionará tales facultades que incluso podría remover a los actuales comandantes en jefe de las otras armas.
Paralelamente a esto, siguen aumentando las versiones de un aumento de la presión norteamericana para retirar a Pinochet de la escena, e introducir cambios que lleven al régimen militar chileno hacia una concepción más próxima al modelo brasileño.
En los medios diplomáticos, se cree que la figura que podría representar los deseos del Departamento de Estado norteamericano podría ser el general de división Herman Brady, ministro de Defensa.
También ha vuelto a reaparecer la figura del general de división Sergio Arellamo, retirado del Ejército el 31 de diciembre de 1975, que sigue contando con simpatías.
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