Abierta defensa argentina de su programa atómico
Ante las presiones norteamericanas sobre Brasil y Alemania Federal para que modifiquen su convenio nuclear, Argentina ha iniciado abiertamente la defensa de su propio programa atómico. Los embajadores argentinos en Washington y Bonn se han entrevistado con el presidente Videla y han recibido instrucciones para que apoyen y se apoyen en otros países afectados por las presiones norteamericanas, además de Brasil, Francia y la República Federal de Alemania.
El programa nuclear argentino, el más avanzado de América Latina y el único que ya tiene en funcionamiento una central atómica, cuenta con el respaldo de la riqueza en uranio de su subsuelo. En declaraciones recientes, el titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, contraalmirante Castro Madero, precisó que su país era el más adelantado del subcontiúnte en materia nuclear, y expresó su completa solidaridad con Brasil.
Ni Buenos Aires ni Brasilia firmaron en su día el Tratado de No Proliferación Nuclear, y de ahí las presiones de las superpotencias atómicas, que, en caso de Argentina, llegan a la cancelación por Canadá de la transferencia de tecnología necesaria para la instalación de un reactor en su segunda central, el no asesoramiento sobre temas de agua pesada por parte de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la suspensión de suministro de sistemas electrónicos norteamericanos para la planta citada.
Fuentes argentinas aseguran la disposición de Buenos Aires a firmar el tratado siempre que su texto y la política de los países nuclearmente avanzados impidan el boicot tecnológico a las naciones de nuclearización incipiente. Con diferencias de matices es la misma postura que parece sostener Brasil.
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