La Iglesia chilena arremete contra el Gobierno
En menos de 15 días la posición del general Augusto Pinochet se ha deteriorado de una forma que ni los mejores analistas pensaban, y los hechos están confirmando, que agosto sería un mes de cuidado para el militar que se hizo con el poder en Chile hace tres años.La expulsión de 17 obispos americanos de Ecuador tuvo una inesperada y sorprendente repercusión en Chile, que obligó a la Iglesia de este país a excomulgar a un número indeterminado de personas. En el ambiente quedó flotando la impresión de que la drástica sanción también puede alcanzar al presidente chileno.
La repercusión chilena de las expulsiones de Ecuador comenzó a desencadenarse cuando regresaron al país los obispos Carlos González, Enrique Alvear y Fernando Ariztia. Una manifestación preparada degeneró en violento incidente, en agresión física contra los prelados y en un intento de detención por parte de efectivos de la temida DINA (policía secreta) del obispo González, cuyo chófer sufrió lesiones al ser golpeado por elementos que la Iglesia chilena sostuvo que eran miembros del aparato de represión oficial.
La Iglesia chilena reaccionó con una de las declaraciones más enérgicas de que se tenga memoria y anunció que todos aquellos que, directa o indirectamente, participaron o promovieron la agresión contra los obispos estaban automáticamente excomulgados.
Los obispos no sólo se limitaron a denunciar los hechos sino que también criticaron a varios medios de comunicación del país, señalando que. a través de la agresión verbal, se preparó «la agresión física contra quienes sistemáticamente son presentados a la opinión pública como enemigos de la Patria».
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