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"Con muerte o sin muerte, está condenado a la fama"

«Yo veo a Lorca eterno. Federico está fuera de la moda porque la lleva consigo, y como la eternidad no tiene límite, él seguirá siendo eterno. Aunque ahora mucha gente tiende a derribarlo, no lo conseguirán porque su pedestal es mucho más sólido que el de una pirámide de Egipto.» Esta es la visión que, a los cuarenta años de la muerte del universal poeta granadino, tiene de él el pintor Gregorio Prieto, amigo en vida del poeta, a quien ha retratado repetidas veces en muchos de sus dibujos.Para Gregorio Prieto, que ha ilustrado y escrito -«porque, sabe usted, incluso han llegado a decir que yo escribo mejor que pinto»- siete libros sobre el poeta, Lorca «está condenado a la fama, con muerte o sin muerte de por medio, con sexualidad o no sexualidad de por medio. Lorca no acabará nunca. En vida o muerte es y seguirá siendo famoso, como Cervantes o Dante. Era un caso increíble, mágico. Incluso antes de escribir libros, la gente y los poetas ya se inspiraban en él».

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-¿Cómo era Federico García Lorca, qué preocupaciones tenía?

-Ante todo era buena persona. No tenía envidia de nadie -cualidad cumbre para juzgar positivamente a una persona. Cautivaba a jóvenes y viejos por su simpatía subyugante. Era como el santo varón de la simpatía. Era un crío al que le gustaban las verbenas e invitar a dulces a sus amigos. Por otra parte es el poeta más católico que existió en su época, según he podido constatar a lo largo de muchos de sus dibujos inéditos que he tenido la suerte de estudiar. Se han dicho también muchas cosas sobre su mundo sexual. Creo que esto es lo último que nos debe preocupar, porque, sea cual fuere su comportamiento en este campo, sobresalía en él el sentido profundo del arte y de la creación poética.

Gregorio Prieto conoció a Lorca en el antiguo café Regina, de Madrid. «Desde el primer momento me llamó la atención su mirada.» Pocos días después, el 7 de abril de 1924, tuvieron ocasión de dirigirse la palabra en el Museo de Arte Moderno, en una exposición de pintura. Más tarde, «yo presenté a Lorca a Rafael Alberti, en la residencia del primero. Desde entonces se hicieron grandes amigos. Ese mismo día conocieron también a Juan Ramón Jiménez, que, había ido a la residencia de estudiantes donde pernoctaban también algunos poetas que luego llamarían de la "Generación del 27».

-García Lorca se manifestó, sobre todo en su primera época, como dibujante, ya que ilustró varias de sus obras poéticas. ¿Cómo ve usted los dibujos de Lorca?

-Los dibujos de Lorca son buenos, en primer lugar porque son de Lorca, aunque esto parezca una afirmación irracional, pero sobre todo tienen valor porque son de una calidad poética inigualable. En los dibujos nos ha dejado una prueba más de su concepción de la vida como misterio.

-¿Ha descubierto usted alguna constante en los dibujos de Lorca que nos permita ver con cierta claridad cuáles eran las motivaciones o las obsesiones del poeta?

-Los motivos principales de la obra de dibujos de Lorca, y me imagino que también de sus escritos, son las cruces -siempre tres-, las flechas, los peces, las drogas (simbolizadas en las flores) y los marineros. Estos motivos constituían para él una verdadera obsesión. Yo diría que la obsesión del misterio de Lorca, misterio que yo no podría interpretar ni explicar porque es el mismo misterio que me hace vivir también a mí. Pienso que el dibujo reiterado de cruces dentro de sus ilustraciones significaba de alguna manera el profundo mundo cristiano de Lorca y su obsesión de la muerte. El símbolo de las flechas que yo he descubierto en sus dibujos significaría la unión de lo cristiano con lo pagano, que se puede observar en todas las obras de Lorca. La flecha significa el instrumento de amor del Eros y el instrumento de inmolación (sobre todo en el dibujo del martirio de San Sebastián). El mundo de las drogas lo refleja García Lorca en las flores, sobre todo en las adormideras, las drogas de su infancia.

Gregorio Prieto, a medio camino entre el surrealismo y la pintura metafísica, sigue resucitando a Lorca, no sólo a partir de una extensa colección de dibujos que posee del poeta granadino, sino también de sus recuerdos, cartas, amistad que le unió y creación artística que, a los cuarenta áños de la desaparición del poeta, continúa perfeccionando la visión que la historia ha formado de él.

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