Bernarda Alba y la represión sexual
«Lorca me parece el único autor que, después de Valle Inclán, en la producción nacional, tiene un interés que traspasa las fronteras. Es una obra truncada muy joven, pero con una clara progresión hacia el teatro de nuestra época», declaró a EL PAIS Angel Facio, director de la compañía que actualmente representa en Vitoria La casa de Bernarda Alba « Quizá precisamente Bernarda Alba marque el final de una época como autor y el inicio de una nueva que quedaría truncada».-¿Qué rasgos definen las dos fases del teatro de Lorca?
-«Una buena parte del teatro europeo del primer tercio del siglo XX tenía un carácter eminentemente poético, pero luego derivaría hacia formas más concretas de realismo. Esto ocurre también en Lorca y La casa de Bernarda AIba es, en efecto, una «tragedia realista». Esta obra suponía la iniciación de una nueva forma de teatro en la que su autor dejaba atrás todo el lastre lírico que asociaba a su producción anterior».
-El papel de Bernardo Alba lo interpreta Ismael Merlo, ¿por qué un hombre?
-«Fundamentalmente porque es un texto sobre la represión, y más concretamente sobre la represión sexual. Creo que no es nada representativo que la función represiva en la sociedad la. ejerza una mujer. Bernarda A Iba no supone una madre típica, sino una viuda que ha usurpado el papel del padre. Por tanto el que su papel lo interprete un actor es llevarlo a su verdadera dimensión. Esto por lo que se refiere - a la represión en general. En lo que atañe a la repre sión sexual, la interpretación del personaje por un hombre le da una ambigüedad a la figura, la castra, y pienso que el poder no tiene sexo.
La libertad, sí».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.