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Devuelven pescado contaminado a un puerto de La Coruña

Causó alguna preocupación en los medios pesqueros coruñeses la devolución de una partida de pescado que había sido expedida el jueves desde el puerto de Sada. Dicha, mercancía, compuesta de chicharro, fue protestada por el destinatario, quien aseguraba estaba dañada por petróleo. Pertenecía a una de las primeras partidas de pescado enviadas desde el puerto de Sada después de la catástrofe del Urquiola y había pasado, según parece, por los servicios sanitarios habituales.

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EL PAIS se puso al habla con el patrón mayor de la cofradía de pescadores, quien afirmó que «en efecto, se ha reclamado a la Cofradía por una pequeña cantidad de pescado, aproximadamente cinco mil kilos, de una venta que se realizó el jueves y que corresponde a un barco de pequeño porte que, al entrar en la ría, cerca del puerto de llegada, se encontró con una pequeña bolsa de petróleo y, seguramente por exceso de velocidad, el agua contaminada bañó el pescado, por lo que se ocasionó el deterioro».El citado portavoz mostró gran interés en restar importancia a este hecho y dijo que «en Sada no pasa nada anormal, sino un incidente sin importancia». Su preocupación estaba en que noticias como ésta podrían confundir a la opinión pública y dañar al sector pesquero.

Según otras fuentes consultadas, la importancia: del pescado dañado podría ser sensiblemente mayor. Se asegura que ocho mil kilos fueron devueltos solamente por una fábrica de conservas de Cariño y que, aparte, hay por lo menos otras dos reclamaciones.

Por otra parte, ayer, y en la misma localidad, fue suspendida una mesa redonda en la que se iban a discutir las consecuencias de la catástrofe del Urquiola. Había sido convocada por la Sociedad recreativa, cultural y deportiva de Sada, y de los dieciséis participantes anunciados, sólo se presentaron siete. Uno de ellos, el catedrático compostelano José Manuel Beiras, explicó públicamente su negativa a participar, considerando que los fines de la mesa no correspondían a la idea original que le habían expresado los organizadores. Por esta razón, la propia sociedad convocante suspendió la mesa redonda.

Ayer día 12 se cumplió un mes del siniestro que determinó la pérdida del petrolero Urquiola. La proa sigue hundida en el lugar del accidente y la popa fue rescatada el pasado martes.

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Ayer continuaron los trabajos para extraer de su interior 3.000 litros de fuel, lo que, según informa la agencia Logos, obligó a adoptar estrechas medidas de seguridad con el fin de que no haya nuevos derrames de combustible al mar.

Según la misma fuente, todavía no se ha decidido qué se hará con la proa. Parece ser que el equipo holandés al que se le ha encomendado el rescate del buque está dispuesto a reflotarla y conducirla a una zona resguardada, aunque otras versiones señalan la posibilidad de que sea destruida por medio de explosiones controladas en el mismo lugar en que se encuentra.

Con respecto a la marea negra, las playas afectadas han mejorado en los últimos días, pero las más frecuentadas por los bañistas contienen todavía ligeras manchas de petróleo y se espera que se incrementen los trabajos de limpieza, para que estén en perfectas condiciones en el mes de julio.

El siniestro del Urquiola, ocurrido el 12 de mayo a las dos y cuarto de la tarde, a la entrada del puerto de La Coruña, tras haber tocado fondo por dos veces, costó la vida al capitán del buque, Francisco Rodríguez Castelo.

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