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La madre de los niños asesinados por José Bretón denuncia ante la justicia la publicación del libro sobre el crimen

Ruth Ortiz pide a la editorial que paralice el lanzamiento de ‘El odio’, de Luisgé Martín, para proteger el derecho a la intimidad y la imagen de los niños. El sello ha suspendido su distribución mientras consulta el caso con sus abogados

Jose Breton

Ruth Ortiz, la madre de Ruth y José, asesinados por su padre, José Bretón, en 2011 cuando tenían seis y dos años, ha pedido a la justicia que se paralice la publicación del libro que traza un perfil del asesino y en el que Bretón admite por primera vez públicamente que mató a los niños. La obra, titulada El odio y firmada por Luisgé Martín (Madrid, 63 años), está editada por Anagrama y aún no ha salido al mercado. Ortiz ha denunciado esa publicación ante la Audiencia Provincial y la Fiscalía de Córdoba por intromisión ilegítima del derecho a la intimidad y la propia imagen de los menores fallecidos, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.

La abogada de Ortiz ha reclamado además por burofax a la editorial Anagrama que frene la publicación del volumen. El sello, que tenía prevista la salida a las librerías el próximo 26 de marzo, ha confirmado este miércoles a este diario que ha recibido el requerimiento y que ha decidido paralizar la distribución de El odio mientras consulta el caso con sus servicios jurídicos.

En su denuncia, Ortiz explica que ha conocido por los medios de comunicación detalles del libro, tanto la correspondencia entre Bretón y el escritor como la prepublicación de un extracto de la obra. En su escrito señala que la divulgación de la obra ha generado una “masiva transmisión y publicación de datos e información que afectan a sus hijos, a ella misma y a su familia”. “Estos hechos están causando un tremendo dolor y nuevos daños psicológicos en mi mandante”, señala su abogada en el escrito remitido a la Audiencia Provincial, “que está asistiendo horrorizada a cómo la vida y asesinato de sus dos hijos pequeños está expuesta públicamente en todos los medios de comunicación con detalles, comentarios y expresiones que ni siquiera aparecen en la sentencia, plagado de afirmaciones terribles”.

“Al parecer, contiene datos, cartas y referencias que afectan a la intimidad de los menores”, recoge a su vez la sección de víctimas de delito de la Fiscalía Provincial de Córdoba en su escrito de respuesta a la petición de la mujer. Su abogada ha presentado sendos escritos en la Audiencia y en la Fiscalía el 17 de marzo. El ministerio público le respondió un día después con un decreto en el que, “advertida de la ilegalidad de la publicación”, le insta a tomar acciones legales y le comunica que va a trasladar el expediente a la Fiscalía de Barcelona, ciudad donde está radicada la editorial. Ortiz ha declinado hacer declaraciones a este periódico.

El escritor Luisgé Martín en su casa.

En su escrito, la abogada de Ortiz recopila la noticia de la publicación del libro difundida por decenas de medios de comunicación la semana pasada. Y añade: “Esta parte entiende que se ha producido una vulneración de los derechos fundamentales de mi mandante, sus hijos y su familia, causándole un enorme dolor y daño psicológico (…) ya que hace mención a ella de forma continua, nombrándola, resaltando su odio, haciéndolo público, criticando a la madre, e incluso justificando el asesinato”. “Estos hechos suponen, además, el ejercicio reiterado de la violencia vicaria, perpetuando el daño a la víctima superviviente como madre de las víctimas directas, continuando con una tortura a mi mandante al conocer y oír detalles que no sabía de la agonía de sus hijos, cómo el asesino preparó todo, cómo su odio y su rencor formaron en la mente del asesino un hecho terrible. Como consecuencia de ello, la Sra. Ortiz está consternada y terriblemente angustiada, pues desde este momento ya han comenzado las especulaciones, los debates en las redes (…), los whatsapps y llamadas de periodistas es continua (…). Todo esto supone un sin sentido que afecta a su calma, y la de su familia, destruye su paz, pero, sobre todo, produce re-experimentar el trauma vivido”.

El odio se compone de una propuesta doble: por una parte, el libro reconstruye el crimen, los días anteriores y la investigación policial, y traza una semblanza de Bretón a través del testimonio del propio asesino. Por otra, narra la historia de acercamiento personal entre el escritor y el reo, que a lo largo de varios años cruzan unas 60 cartas, llamadas telefónicas y mantienen conversaciones presenciales. En una de las visitas que Martín realiza al Centro Penitenciario Herrera de la Mancha (Ciudad Real) para reunirse con Bretón, este confiesa por primera vez de forma pública su culpabilidad: “El hombre que mató a Ruth y José quiere pedir perdón por el daño que hizo”, se lee en el libro. De forma privada, Bretón ya había admitido su crimen en 2016, en el marco de un taller de justicia restaurativa.

A preguntas de EL PAÍS sobre la petición de Ortiz, el escritor Luisgé Martín responde: “Entiendo todo lo que haga Ruth. El libro no tenía ninguna intención de herir, sino de meterse en la mente del asesino. Otros documentales remueven el caso más que mi libro”. En cualquier caso, el escritor mantiene su deseo de que El odio sea publicado. En un capítulo de la obra, Martín explica por qué no contactó con la madre de los niños para escribirlo: “Cuando inicié el proyecto de este libro (…) tomé la decisión —quizá equivocada— de hablar únicamente con José Bretón. Mi propósito era tratar de comprender la mente de alguien que había sido capaz de asesinar a sus propios hijos, y para ello me resultaba distractivo cualquier otro punto de vista, especialmente el de Ruth Ortiz, a la que, en cualquier caso, no me habría atrevido a mortificar con indagaciones”, escribe en El odio.

Bretón asesinó a sus hijos el 8 de octubre de 2011 en Córdoba, y luego calcinó sus cadáveres, dejando escasos restos identificables de los menores. Fue condenado en julio de 2013 por la Audiencia Provincial como autor de dos delitos de asesinato a las penas de 20 años de cárcel por cada niño, 40 años en total de los que cumplirá 25 de condena efectiva. Está previsto que salga de la cárcel en 2036.

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