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La policía de Berlín investiga un discurso considerado antiisraelí de un director chino en la Berlinale

El cineasta Jun Li leyó en la presentación de su filme ‘Queerpanorama’ un texto en apoyo de Palestina de uno de sus actores, el iraní Erfan Shekarriz, que finalizó con la frase del posible delito: “Desde el río hasta el mar”

El director chino Jun Li, en el estreno de su filme 'Queerpanorama' en la Berlinale.
El director chino Jun Li, en el estreno de su filme 'Queerpanorama' en la Berlinale.Europa Press
Gregorio Belinchón

El pasado sábado, en el estreno de gala de la película Queerpanorama, proyectada en la sección Panorama, el cineasta hongkonés Jun Li finalizó su discurso leyendo unas palabras en inglés enviadas por uno de sus actores, el iraní Erfran Shekarriz, que ha declinado estar en la Berlinale en protesta por la tibieza del certamen ante la invasión israelí de Gaza. Al acabar esas palabras, Shekarriz, a través de Li, usó la expresión “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”. En el land de Berlín, ciudad-estado en Alemania, la primera parte de la frase ya ha sido considerada por tribunales regionales como constitutiva de delito, ya que se entiende que niega la existencia del Estado de Israel.

Por eso ayer la Oficina Regional de lo Criminal de Berlín abrió de oficio una investigación, tras difundirse el discurso en redes. En el discurso, el cineasta contaba cómo millones de palestinos “se están asfixiando bajo el brutal estado colonial de asentamiento de Israel”. En un comunicado, la policía regional explicaba: “Estos contenidos presuntamente ponen en duda el derecho a la existencia del Estado de Israel, lo que en Alemania está tipificado como delito, motivo por el que se ha abierto la investigación”.

En el discurso también se acusaba al certamen, junto al Gobierno alemán y sus instituciones culturales (la Berlinale es un festival que depende de las instituciones públicas), de contribuir al apartheid, al genocidio y al brutal exterminio del pueblo palestino. En redes se puede ver cómo parte del público le aplaude y parte le abuchea, y un espectador le espeta: “¿Es China democrática?”.

Jun Li, cineasta con una obra fílmica centrada en el mundo queer, pidió a la audiencia alemana que luchara por la libertad de expresión: “Nuestra película habla de la libertad, del derecho a expresarse y de la liberación. No seremos libres hasta que todos seamos libres, seas queer o palestino”. El mismo espectador que grita antes, tras hablar el cineasta del genocidio palestino, que “no es genocidio”, suelta un sonoro: “¡Y los judíos!”. Tras él, más público repite “Y los judíos”.

Erfan Shekarriz encarna en Queerpanorama a uno de los objetos de deseo del protagonista, que va creando diferentes personalidades para tener relaciones con los hombres con los que se cruza en un Honk Kong decrépito.

El sábado, a Li no se le censuró el discurso, pero ayer martes, la nueva directora del certamen, la estadounidense Tricia Tuttle, declaró: “La Berlinale lamenta profundamente el incidente” y aseguró que “informamos previamente a todos nuestros invitados con antelación sobre qué declaraciones políticas eran especialmente sensibles y cuáles podían ser objeto de sanciones”. Y el delito no está en el discurso, que protege la libertad de expresión en Alemania, sino en la expresión ”desde el río hasta el mar”.

El Consejo Central de los Judíos en Alemania se declaró ayer martes por la noche “horrorizado” por los hechos y sobre todo al constatar en los vídeos difundidos en redes que lemas de Hamás hubiesen sido repetidos y aplaudidos en un acto oficial de la Berlinale, en la sala Urania. “El que lemas de Hamás generen aplauso en ámbitos culturales desconcierta, porque de entrada esperas que sean ámbitos sensibles con el sufrimiento”, lamentó Josef Schuster, presidente del Consejo Central Judío de Alemania, en su cuenta en X. “Hemos hablado con los organizadores de la Berlinale antes de esta edición sobre cómo enfrentar el odio abierto a Israel que ya se vio el año pasado, y el antisemitismo relacionado con Israel, de manera que esperamos que ese comportamiento sea sancionado adecuadamente”.

Programación muy medida

En la programación de esta edición se ha notado un giro a favor de filmes que cuenten el lado israelí del conflicto, tras ganar el año pasado el documental No Other Land el premio a mejor documental (el filme es ahora el favorito al Oscar en su categoría). Sus directores, el palestino Basel Adra y el judío israelí Yuvak Abraham, protestaron por la situación que aún hoy viven los habitantes de la franja de Gaza. No fueron los únicos, ni los más contundentes, y la onda expansiva alcanzó a todo el arco político alemán, hasta el punto de que la ministra de Cultura, Claudia Roth, afirmó días después: “Las declaraciones fueron alarmantemente parciales y se caracterizaron por un profundo odio hacia Israel”.

El toque de atención se constata en las pantallas: ya en la alfombra roja de la inauguración hubo una vigilia para pedir la liberación de David Cunio, un actor israelí que fue —y sigue siendo— uno de los rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023 en el kibutz Nir Oz. Cunio es el protagonista del documental A Letter to David, de Tom Shoval, que estrenó el pasado viernes en la sección Berlinale Special. En el apartado Forum se ha mostrado Holding Liat, de Brandon Kramer, que se centra en la familia de Liat Beinin, secuestrada en su kibutz. Su padre es ciudadano estadounidense, y volará, mientras le filma Kramer, a Washington a pedir ayuda junto a la hermana y el hijo de Liat. También se ha visto Bedrock, que visita a los polacos que hoy viven en lugares donde se cometió el Holocausto; y Je n’avais que le néant – ‘Shoah’ par Lanzmann, en la que el francés Guillaume Ribot revisita la obra maestra documental de Lanzmann sumergiéndose en las 220 horas rodadas originalmente. La proyección de Shoah, de Lanzmann, también ha sido uno de los platos fuertes del certamen, que en su sesión conmemoró así los cuarenta años de su estreno y los ochenta transcurridos desde la entrada de tropas soviéticas en el campo de exterminio de Auschwitz para liberarlo.

Por el contrario, en la programación del certamen, solo Yalla Parkour, un documental sobre los atletas palestinos de parkour en Gaza, podría hablar de la otra cara del conflicto, pero se rodó justo antes de la invasión israelí. Y en la inauguración, Tilda Swinton, con el Oso de Oro de honor en la mano, condenó el “asesinato en masa habilitado internacionalmente”. Habló de ocupación y colonización, y aunque habló de afrontar los hechos y llamar a las cosas por su nombre, nunca pronunció las palabras Gaza, Palestina o Israel.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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