Pinturas eróticas y frescos mitológicos en una pequeña casa, el nuevo descubrimiento en Pompeya
La construcción, ricamente decorada, destaca por no tener el atrio típico de la arquitectura de las ricas residencias pompeyanas
Una pequeña casa independiente, de dimensiones muy reducidas y ricamente decorada con pinturas eróticas y frescos mitológicos, es el último descubrimiento en Pompeya. El edificio, hallado en la Ínsula de los Castos Amantes, en el distrito central de la antigua ciudad destruida por la erupción del Vesubio en el año 79, sorprende a los arqueólogos por el “alto nivel de decoración de sus paredes, que no tiene nada que envidiar a la Casa de los Pintores en Trabajo, más grande y rica, con la que linda”, como se lee en el comunicado del centro arqueológico que anuncia el descubrimiento.
La Casa de Fedra, como la han bautizado provisionalmente los expertos de Pompeya, tiene paredes decoradas que muestran escenas de los mitos clásicos: una imagen de un symplegma (una escena de sexo) entre Sátiro y Ninfa, un cuadro con una pareja divina que, según los arqueólogos, pueden ser Venus y Adonis; una escena muy dañada por las exploraciones borbónicas, que podría ser el juicio de Paris, y un fresco bien conservado de Hipólito y Fedra, por el que se ha nombrado a la casa.
Además de las pinturas, la construcción ha llamado la atención de los arqueólogos por no tener el tradicional atrio, típico de la arquitectura de las ricas residencias pompeyanas —utilizado para recoger el agua de lluvia—. Una elección que, según el comunicado del centro arqueológico publicado este jueves, puede estar relacionada con “los cambios que atravesó la sociedad romana, y en particular la pompeyana, durante el siglo I y que este descubrimiento permite estudiar y profundizar”.
La casa también tiene un pequeño patio donde se estaban realizando obras en el momento de la erupción del volcán, caracterizado en la entrada por la presencia de un pequeño lararium (altar doméstico) con una rica pintura. En el interior del nicho se hallaron objetos rituales que contenían la última ofrenda antes de la catástrofe: un incensario de cerámica incolora con huecos antiguos y una lámpara, ambos con evidentes huellas de quemado.
Hace unos meses, el centro arqueológico abrió al público la Ínsula de los Castos Amantes, donde se ha encontrado la casa. Gracias a un proyecto de accesibilidad y a un sistema de pasarelas suspendidas, el sitio se puede visitar desde arriba para presenciar las actividades de investigación y restauración en curso. “El recorrido desde las alturas permitirá una visión innovadora y global de toda la ínsula, así como de la arquitectura de las casas romanas con la alternancia de diversos ambientes destinados a diferentes usos, desde el productivo al comercial pasando por el residencial, así como la actividad de obra en progreso, con miras a un uso renovado y mejor por parte del público”, explicaba el centro en el comunicado sobre la apertura en mayo de 2024. El proyecto, para Gabriel Gabriel Zuchtriegel, director del parque, “es un ejemplo de arqueología circular: conservación, investigación, gestión, accesibilidad y uso forman un circuito virtuoso”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.