D23 Expo: Baño de multitudes en el paraíso de los Disney adictos

En la D23 Expo, la mayor convención de fans de Disney del planeta, una de las actividades principales es cazar pins, como en las Olimpiadas. Sí, más de 100.000 personas —muchas de ellas disfrazadas de Cenicienta o Lobezno, por ejemplo— buscan una decena de chapitas en los 9.300 metros cuadrados de un centro de convenciones del sur de California. Quien recolecte 10 tiene acceso a sorteos y premios. Así que de las acreditaciones de los asistentes cuelgan también insignias de la princesa Ariel, de la serie Solo asesinatos en el edificio, de los pingüinos de National Geographic o con el eslogan Cada segundo cuenta, de la serie The Bear, de FX. Ecléctico, variado, rarísimo hace menos de una década. Pero una evidente demostración de que Disney, hoy, con 190.000 empleados y un valor de 156.000 millones de dólares en el mercado (143.000 millones de euros), es mucho más que princesas. Es un gigante global que estos días despliega su poderío.

El gran capital del que parte Disney son los fans. La empresa supo hacer una jugada redonda cuando creó esta convención. Todo está pensado, como Fans First (con los seguidores los primeros en todo, de paneles a colas), pero la repercusión es global. El perfil de D23 en Instagram acumula 1,6 millones de seguidores; Visa es su patrocinador principal, pero colaboran marcas como Pandora, Honda, Swarovski o los supermercados Target, con un establecimiento instalado dentro del centro de convenciones; hay decenas de influencers que acuden, invitados o no.

D23 Expo se celebra en Anaheim (en el sur de California, a una hora de Los Ángeles, donde está Disneyland), y fue el actual presidente de la compañía, Bob Iger, quien lo impulsó en 2009 como una oportunidad de reunir al club de fans oficial de la compañía. El club se llama D23 por la inicial de la empresa y el año de su fundación, 1923, y cuenta con 1,5 millones de socios en todo el mundo. En la cita bianual hay una programación con encuentros con estrellas, firmas de libros, tiendas, paneles (más de 150) de temáticas variadas, sorpresas, regalos y anuncios.

No hay cifras oficiales del evento en 2024 que se celebra cada dos años a lo largo de tres días —9, 10 y 11 de agosto—, con asistentes de 40 países, pero en 2022 hubo 140.000 visitantes. Las ganancias, que tampoco se hacen públicas, son millonarias: solo la entrada cuesta entre 100 y 3.000 dólares, y esos días en Anaheim no queda una plaza hotelera, con todo reservado con meses de antelación. “Cuando Disney invierte en Anaheim, la ciudad florece”, reconocía su alcalde hace días; los últimos datos son de 2018, pero por entonces el parque dejaba 8.500 millones de dólares anuales en la región.

En el centro de convenciones del evento, los precios de las comidas son prohibitivos (de lo más barato que se encuentra es una pizza pequeña por 25 dólares) y los del merchandising van por el mismo camino, aparte de tener que aguantar horas de colas. Hay muchos acontecimientos que se pagan aparte, como días previos en el parque o partidos de béisbol. Este año, además, las tres citas más importantes, una por noche, se han celebrado en un evento separado, también en la factura. La primera fue la principal. El viernes se anunciaron ante más de 12.000 espectadores las novedades de audiovisual de cada rama de la compañía: este año, desde Los increíbles 3 hasta adelantos de Toy Story 5, de series de La guerra de las galaxias o de futuros estrenos de Marvel, como Los cuatro fantásticos. Todo acompañado de tráileres y de famosos como Jared Leto, Gal Gadot, James Cameron, Diego Luna, Zoe Saldaña...

El gigante del entretenimiento ha anunciado en 2024 que ha ganado más de 2.600 millones de dólares, pero sus acciones cayeron al saberse que los parques no estaban en su mejor momento (en su presentación de resultados la pasada semana habían bajado un 3%, y ya insinuaron que las cifras podrían impactar en los resultados de los próximos trimestres), así que esta feria ha llegado en un momento perfecto. De ahí que los vítores a los anuncios del sábado fueran tan bien recibidos por Josh D’Amaro, presidente de la división de parques, que dedicará 60.000 millones de dólares la próxima década a mejorar los mismos.

Antes del cierre del domingo, con una gran gala para nombrar a las nuevas Leyendas de Disney —un título honorífico que este año recayó en Miley Cyrus, Harrison Ford y James Cameron, entre otros—, el sábado llegó el turno de parques y experiencias. Se podría esperar un pabellón más vacío, menos volcado. Nada más lejos de la realidad. Los estadounidenses son amantes de los parques temáticos y no pararon de aplaudir cada nueva atracción anunciada en sus lugares vacacionales favoritos. El más visitado del mundo es Walt Disney World, en Orlando, Florida, con 17,2 millones de asistentes en 2022; le sigue de cerca el californiano Disneyland, con 16,9.

Entre las muchas claves anunciadas —todo amenizado con música en directo de Meghan Trainor, Rita Ora o Pentatonix—, destaca una nueva zona temática en Orlando de villanos de Disney, “la mayor expansión de la historia del parque”, según D’Amaro, así como nuevas atracciones de El rey león (la primera después de 30 años de la película estará en París), Frozen, Monstruos, S. A., Coco, Encanto, Avatar, Vengadores e Indiana Jones, y un espectáculo con animatronics sobre la vida de Walt Disney. Tienen cinco barcos para cruceros y están construyendo otros cuatro, pero llegarán cuatro más a su flota entre 2027 y 2031. “Es una extensión de la visión original de Walt Disney de la compañía, ir en todas las direcciones posibles”, explicaba el ejecutivo, que también anunció nuevas colaboraciones con el videojuego Fortnite. De hecho, el evento se ha retransmitido a través del mismo y, según D’Amaro, más de un millón de personas se conectaron al juego para seguir la retransmisión de las novedades en la D23 Expo.

La española Tamara Lucas, de 37 años, es una de ellas. Con 15.400 seguidores en su cuenta de Instagram y 50.000 en TikTok, ha visitado todos los parques del mundo, y planea repetir. Para acudir a esta D23 recuerda estar cenando en un restaurante en familia con el portátil sobre la mesa para comprar las entradas en cuanto salieron y reservar hotel inmediatamente. “Es mi regalo con el bonus de la empresa”, reconoce. “He hecho tres días de parques, porque ya que vienes...”, explica la madrileña, que pasará ocho o nueve días en California, ataviada con una falda con la cara de Walt Disney, pintada por ella misma.

La atención al detalle, y en especial a la ropa, es otro enorme entretenimiento de esta cita, que incluso hace concursos de disfraces. Cassandra May, de 34 años, y Samantha Sostarich, “milenial”, ríe, vienen de Maryland y Wisconsin, respectivamente, y trataron de participar en el certamen, pero no llegaron a ser seleccionadas. Se conocieron por internet y han pasado meses preparando esta cita y semanas cosiendo sus espectaculares trajes. “Venimos los tres días del evento y alguno más para visitar”, explican. Compraron vuelos muy pronto, comparten habitación entre cuatro (”la reservamos el día que se anunciaron fechas”) y gastarán “poco”, afirman, “alrededor de 1.000 dólares cada una”.

En 1958, Walt Disney dio una entrevista en el diario The Wall Street Journal donde afirmaba: “Imagino que mi fórmula sería: sueña, diversifica y nunca dejes pasar un punto de vista”. Para entonces ya había inaugurado Disneyland, que cumplirá 70 años en 2025. Fallecería ocho años después, de cáncer de pulmón, sin ver acabado el parque de Orlando, ni en los cines Robin Hood, La sirenita o Aladdin. Si hoy viera a miles de personas hacer dos horas de cola por un pin, se reiría a carcajadas.