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Libros en los que aúllan los lobos: la editorial Carbrame marca territorio en el reino silvestre de la literatura de naturaleza

El editor y naturalista Jose Ramón de Camps dirige el sello barcelonés, que publica grandes clásicos de la vida salvaje y la conservación

Lobos grises en Yellowstone.
Lobos grises en Yellowstone.Russell Burden (Getty Images)
Jacinto Antón

Desde hace un par de años, en las librerías la vista se va en la sección de literatura de naturaleza —nature writing o liternatura— hacia los títulos de una nueva editorial de sonoro nombre, Carbrame. Son, entre otros, libros sobre mariposas (Polvo de arco iris, de Peter Marren), las extinciones (Cuando ya no estén, del propio Marren), la migración de las aves (Rutas en el cielo, de Rebecca Heisman), la vida de E. O. Wilson (El científico, de Richard Rhodes), los lobos de Yellowstone y cómo su reintroducción ha regenerado el parque (El reinado del lobo 21 y El despertar del lobo 8, de Rick McIntyre, el segundo con prólogo de Robert Redford), o textos de célebres naturalistas clásicos como Richard Mabey (Rumbo a casa, con hermosos pasajes sobre el poder redentor de la naturaleza en nuestras vidas) o el gran Bernd Heinrich (Un naturalista en su entorno y El mundo en invierno), la única persona capaz de llamar a Thoreau “el viejo Henry”.

Detrás de Carbrame, que ha publicado ya una veintena de libros, está José Ramón de Camps (Barcelona, 67 años), su propietario, editor y también, como naturalista, autor de varias obras del catálogo, entre ellas Los mensajeros de la biodiversidad, un volumen precioso con espléndidos dibujos (de Josechu Lalanda) y fotos en el que Camps pasa revista algunos de los animales más emblemáticos de la fauna ibérica a través de entrevistas a grandes expertos sobre cada especie, o En tierra de lobos, consagrado a su fascinación especial por esos animales y también con unos dibujos excepcionales.

Camps, sin experiencia editorial previa ni antecedentes familiares en ese campo, es un personaje insólito en un mundo, el de la edición de libros de nature writing que se ha desarrollado mucho en los últimos años en nuestro país en paralelo (al principio un poco en la estela) a la nueva popularidad internacional del género. En realidad, José Ramón de Camps, que es director de Nikon en España, es un personaje insólito se mire como se mire: apasionado también de las mariposas, posee un permiso oficial de la Generalitat de Cataluña para capturarlas (cinco ejemplares por municipio) en todo el territorio excepto la Vall d’Aran, “a fin de contribuir a la mejora del conocimiento científico de los lepidópteros”; y es socio honorífico de la Asociación para la Conservación del Urogallo en España, por su estudio y defensa del ave (sobre la que ha escrito un libro). Acerca de este curioso animal de carúncula roja, Camps señala que los machos pueden volverse locos, posiblemente por exceso de testosterona, y recalca con un énfasis que sorprende al profano: “En los siglos XVIII y XIX, el urogallo vivió momentos mucho más difíciles que los actuales”.

José Ramon de Camps, escritor y editor de libros de naturaleza.
José Ramon de Camps, escritor y editor de libros de naturaleza. massimiliano minocri

“Vengo de la escuela de Félix Rodríguez de la Fuente”, explica el editor tomando un café en La Farga de la calle de Beethoven, un lugar, hay que convenir, no muy salvaje. “Él me llevó a la fauna ibérica, que es mi principal interés y mi mayor pasión. Ya hablara del autillo, del tejón o del zorro, Félix hacía que los animales de aquí te cautivaran”. Camps lo tiene claro: entre el tigre, el león, el puma… “me quedo con el lince ibérico”. La riqueza faunística de España “es brutal”, asevera. Para Los mensajeros de la biodiversidad, en el que aborda la problemática de conservación en nuestro país de especies como el citado lince, el oso pardo, la cabra montés, el águila imperial ibérica o la mariposa Apolo, Camps habló con especialistas en cada animal. “Me sorprendió la predisposición, la amabilidad y la humildad de todos cuando los contacté, a pesar de ser gente muy ocupada y de gran prestigio en su campo”. Bromea con que eso no pasa, “desde luego”, cuando tratas de tener contacto con gente del Ibex (los valores más cotizados en bolsa, no la cabra alpina), “que no te hacen ni caso”. La idea de montar una editorial le vino en la pandemia, de la necesidad de esa libertad que siempre le daba la naturaleza. “Además, soy muy aficionado a leer sobre el mundo natural y descubrí que hay muchos naturalistas muy buenos que no están publicados en castellano”.

Para Camps, “la naturaleza es un libro abierto”, y valga la frase. “Cuanto más la conoces más la disfrutas y hay libros que te comunican toda su maravilla”. Se propuso publicar no solo sobre el medio ambiente y la sostenibilidad y los debates actuales, sino, sobre todo, “los libros que yo me compraría”, libros que empujen a la gente a salir al campo y disfrutar de la naturaleza y los animales, algo para lo que, recalca, no hace falta viajar a lugares lejanos del mundo. Él mismo, el otro día, jugando al golf, se vio transportado por la visión de dos abejarucos mientras su compañero de juego buscaba la bola perdida. Hablando de pájaros, cita uno de los libros que ha publicado, Terapia con aves, de Joe Harkness, en el que el autor consigue salir de un estado de ansiedad crónica, depresión y alcoholismo tras contemplar a un ave de presa, un busardo ratonero, en Norfolk, y convertirse en un twitcher, un entusiasta observador de pájaros (la epifanía continuó con un acentor común, con el avetoro y, claro, el martín pescador).

Lince ibérico en la sierra de Andújar.
Lince ibérico en la sierra de Andújar.Andoni Canela

El nombre de la editorial, Carbrame, lo tomó de una sociedad patrimonial que tenía. “Me hizo gracia por la sonoridad, que evoca la cabra montés”. Ya lleva publicados una veintena de títulos, muy variados, con ese elemento fundamental de incitación a descubrir con nuevos ojos el medio natural. También la búsqueda de tonos poéticos en la relación con la naturaleza (ese sentimiento tan bien expresado por el poeta del XIX John Clare: “Adoraba el pantano deshabitado con su garza solitaria balanceándose a lo largo de su cielo melancólico”) y la idea de fondo de la conservación, algo que le interesa personalmente. Recalca la importancia de las traducciones en esta clase de libros en los que, recuerda, hay que ser muy exacto con los nombres de las especies.

Del nature writing, en el que compite en nuestro país con editoriales como Errata Naturae, Tundra, Libros del Jata o Capitán Swing, reflexiona que es un género muy amplio en el que no dejan de caber las fábulas de Esopo o Platero y yo. Valora la gran tradición anglosajona de la literatura de naturaleza y destaca los libros de Mcintyre, alabado por Jane Goodall, Carl Safina y el añorado Frans de Waal, que han revolucionado los estudios sobre el lobo como hizo en España el trabajo de Félix Rodríguez de la Fuente. “Gracias a apasionados investigadores como ellos esa criatura que antes provocaba que la gente hiciera la señal de la cruz es ahora un gran símbolo de lo salvaje y un animal que es visto como garante del equilibrio del ecosistema. En un cambio de imagen espectacular, ha pasado de emblema de lo diabólico a referente de la naturaleza”.

Camps, no obstante, pese a su perspectiva científica, no ha perdido un ápice de fascinación por la hirsuta criatura, su animal favorito (junto con la mariposa, que ya es curiosa combinación). “La mirada del lobo aloba, te deja tocado para siempre”, afirma en referencia a la sensación numinosa que provoca hallarte cara a cara con el carnívoro —las leyendas populares afirman que uno puede volverse loco, encanecer de golpe o, como se cuenta en Plasencia, perder la fuerza sexual (o lo contrario), al asomarse a los ojos de un lobo—. Explica que en realidad el lobo suele mirar a los ojos de los seres humanos en busca de información para saber cómo reaccionar, lo que provoca que los encuentros con él sean especialmente mágicos, intensos y turbadores (aunque no te coman), como acreditan tantos naturalistas, desde el propio Rodríguez de la Fuente a Ernest T. Siton o Aldo Leopold. El mismo Camps, que los ha visto mucho, está sin duda algo alobado.

 Félix Rodríguez de la Fuente, en una imagen de 'El hombre y la tierra'.
Félix Rodríguez de la Fuente, en una imagen de 'El hombre y la tierra'.

Además de Félix Rodríguez de la Fuente y su enciclopedia Fauna y sus programas televisivos, fue decisiva para Camps su época de estudiante en los jesuitas. “Íbamos mucho a cazar mariposas, recolectar insectos y minerales para hacer colecciones, y en el colegio San Ignacio había un museo de zoología, un auténtico Wunderkammer, gabinete de maravillas”. También influyó la biblioteca familiar. “Hay lecturas que marcan y a mí me influyeron dos grandes enciclopedias de historia natural que estaban en casa, la de Buffon y la de Alfred Brehm. Desde niño abría esos tomos y los miraba arrebatado”.

Camps no esconde que es cazador, lo que puede sorprender a algunos en un editor de libros que celebran la vida de la naturaleza y que se declara fan de Rachel Carson, cuyo El sentido del asombro, asegura, le marcó profundamente. “Soy un cazador naturalista, considero, como lo hacen bastantes científicos, que la caza es necesaria para la regulación, y por tanto la conservación, de las especies; otra cosa, por supuesto, es cómo se cace. Entiendo que esto pueda crear cierta polémica”. Camps ganó el Premio Europeo del Consejo Internacional de la Caza y la Conservación de la Vida Silvestre en 2015 en el apartado de investigación y ciencia por un libro sobre el Sarrio del Pirineo.

Rachel Carson en un bosque en 1962.
Rachel Carson en un bosque en 1962.Alfred Eisenstaedt/LIFE/Getty Images (EL PAÍS)

El editor, autor y naturalista se declara un enamorado de la Sierra de la Culebra (Zamora), de la que dice que no tiene nada que envidiar a los lugares más salvajes del mundo y donde ha visto y ha sido visto por el lobo; de los Pirineos y de los espacios naturales extremeños (tiene una finca en la Sierra de San Pedro, Cáceres). “Prefiero profundizar en lo conocido que estar dando vueltas por todos lados”.

En el horizonte de novedades de Carbrame, avanza Camps, figuran libros sobre el comportamiento de los tiburones, las costumbres de los leones, el cambio climático de la A a la Z, otro de Mabey (el citado naturalista británico) sobre la vida de las especies en nuestros jardines y otro más también de Rick McIntyre acerca de cómo piensan los lobos, para alobarse —qué hermosa palabra— más todavía.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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