De cómo la Reina recitó al rapero

El cuento podría titularse algo así como La historia nunca escrita de la reina y el rapero.

La Reina:

“Decidme, por favor, a qué os suena esto: Hago lo que puedo, llego a lo que llego y no es sano que me exija tanto/ Duelen los enfados y las malas caras cuando fallo en algo/ pero duele más cuando no valoran que lo has intentado/ Y lo estoy intentando/ Perdón si no alcanzo pero ¿por qué han pensado que lo haría bien todo el rato? Lo que les he leído son palabras del rapero, escritor y compositor El Chojin (…). Está claro que ha ayudado con sus letras, con sus canciones y sus libros a mucha gente joven que siente angustia o dudas o que tiene problemas”.

El rapero:

“Confieso que durante unas horas he actuado como si lo que ha ocurrido esta mañana hubiera sido normal. Me rindo, no lo ha sido. Pero claro… voy al acto y me encuentro a la reina de España delante de los medios recitando mis versos y he tardado unos minutos en entender lo que eso implica. El rap siempre ha sido como el hermano pequeño y menos serio de la familia de la música. Los raperos no solemos ser reconocidos como artistas plenos. Creo que lo que ha ocurrido esta mañana es importante para nuestro estilo musical, y reconozco que en lo personal me vuela la cabeza pensar que un chaval de Torrejón que escribía rimas en sus cuadernos del cole, de repente se vea invitado en foros como este porque alguien cree que algo puede aportar”.

Lo que pasa es que no es un cuento. La reina era la reina Letizia y el rapero era El Chojin. Los dos coincidieron el martes en el acto que la Confederación de Salud Mental de España organizó en Madrid para celebrar el Día Mundial de la Salud Mental. La primera sorprendió a todos los presentes rapeando suavemente ese breve texto que el músico y escritor de Torrejón (Madrid) ha incluido en el tema No es egoísmo, primer single de su nuevo disco, Con todo, que verá la luz el 15 de diciembre y en el que participan otros músicos como Rozalén, Andrés Suárez o Duo Kie. Y el segundo tardó en reaccionar a lo que había pasado: una reina en ejercicio recitando a un rapero en ejercicio, lo nunca visto, que se sepa. Y para cuando el autor de Lola, Soy y no soy o El final del cuento de hadas publicó horas después en sus redes sociales un mensaje acerca de lo ocurrido, la cosa ya era viral. Entre las atroces noticias procedentes de Israel y Gaza y el sainete de la amnistía, se coló como un soplo de aire fresco en los medios este cuento de la reina y el rapero… que resultó ser real.

El asunto de la reina Letizia decidiendo utilizar versos de rap para poner sobre la mesa la importancia de la salud mental y la necesidad de que los profesionales y los pacientes gocen de más medios para su tratamiento y atención, transcurrió “por fases”, tal y como explica El Chojin a este diario: “Primero, intenté reconocer qué era lo que estaba diciendo la Reina. Después, me di cuenta de que estaba recitando un texto mío. Y ahí llegó la sorpresa. Y lo primero que me vino a la cabeza fue: ‘¡Esto se lo tengo que contar a mi madre!’. Y cuando ya agarré el móvil para llamarle, me encontré con todo: un montón de prensa nacional e internacional hablando sobre el tema, montones de mensajes de amigos y conocidos… y ahí me di cuenta de verdad de qué iba todo esto”. Fue en ese momento, y solo en ese momento, cuando Domingo Antonio Edjang Moreno, que es como se llama El Chojin en el DNI (padre guineano y madre española), fue plenamente consciente de lo que había pasado.

Para quien no conozca o conozca mal al personaje —al rapero de la historia, no a la Reina, queremos decir— hay que recordar que no es precisamente un recién llegado. A sus 46 años, El Chojin, que además de profesor de artes marciales es autor de cinco novelas y 15 trabajos discográficos, es uno de los grandes protagonistas de la primera generación del rap español, ejerciendo de pionero del género en nuestro país junto a nombres como Nach o Violadores del Verso. Publicó su primer álbum, Mi turno, en 1999. Su colega Rayden tenía entonces 14 años. Arkano, cinco. C. Tangana, nueve. El Chojin es hoy un abuelo del rap que sigue en la brecha.

Y por cierto, ¿qué hacía él en un acto sobre salud mental? Pues escuchar y hablar de algo que conoce bien. Lejos quedaron los tiempos juveniles en los que sufrió bullying y comentarios de tipo racista con frecuencia. La terapia, confiesa, ha sido una constante en su vida, pero cuidado, no solo tumbado en el diván, sino desde el escenario o el estudio de grabación. “Mi trabajo es mirar dentro de mí, encontrar lo que creo que merece la pena ser contado, enfrentarme a ello, ponerlo en palabras, dejarlo bonito y compartirlo con la gente. ¿Qué terapia hay mayor que esa? Te subes a un escenario, le cuentas, le rapeas a la gente ese problema que tuviste en un momento determinado y, de repente, ves a miles de personas que te están aplaudiendo”.

La Reina me pareció valiente, hay que tener en cuenta que el rap se ha significado más de una vez contra la monarquía”

De nuevo, ¿qué hacía él en un acto sobre salud mental? Reivindicar cosas, por ejemplo, la normalidad de la dolencia, frente al tabú y la visión del apestado. “Yo, desde pequeño, he sentido que de vez en cuando me rompía. Y no me he resignado a eso, y he luchado para rehacerme, y la forma como yo luchaba para rehacerme ha sido siempre intentar conocerme. Yo he trabajado mucho sobre eso que dicen los adolescentes: ‘Nadie me entiende’. Solo que yo, el ‘nadie me entiende’ lo ponía en un papel por escrito y se lo rapeaba a los chavales de mi barrio, y de repente los chavales de mi barrio sí que me entendían, y eso hacía que yo supiera que no estaba solo en ese problema. Y yo creo que eso ha marcado la gran diferencia en mi vida. Nos suelen vender la idea de que la normalidad es estar sano, pero es que estar enfermo también es normal. Y es muy importante que se entienda eso”.

Pero volvamos a la Reina y a lo que decidió hacer el martes pasado, y volvamos a lo que el rapero opina de lo que hizo: “Lo que sí me parece por su parte es valiente”, dice, “hay que tener en cuenta que el rap es un estilo musical de protesta, en general contestatario y más de una vez se ha significado en contra de la monarquía, eso es una realidad. Y, sin embargo, ella tuvo el valor de no obviarnos y de utilizar el rap para mandar un mensaje sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de que se le den más medios, y al final eso es lo importante de toda esta historia”.

Suelta una carcajada El Chojin cuando se le sugiera que, grosso modo, lo que aconteció fue una excelente operación de marketing por partida doble: una Reina cuya imagen sale reforzada gracias a la utilización de un lenguaje juvenil y transgresor como el rap, y un rapero que ve cómo una Reina hace publicidad gratis de su próximo disco. Imposible mejorarlo. “¡Ja, ja, ja, ja, te juro que no lo había visto así, pero ahora que lo veo pienso que igual lo puedo utilizar de promo para el disco!”.