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Victoria Amelina, la escritora ucrania en estado crítico: de la ficción a la lucha contra los crímenes de guerra

La autora y activista, cuyo libro ‘Un hogar para Dom’ acaba de ser traducido al español, resultó herida este martes cuando cenaba en Kramatorsk con el escritor Héctor Abad Faciolince

Victoria Amelina
La novelista ucrania Victoria Amelina, en Lviv, Ucrania, el pasado 19 de junio.Victoria Amelina (Victoria Amelina EFE)
Sergio C. Fanjul

Victoria Amelina, floreciente novelista ucrania, dejó de un lado la literatura de ficción para volcarse en la investigación de crímenes contra la humanidad. Fue obligada por la invasión rusa, que tantos destinos ha torcido. La escritora, de 37 años, es autora de libros infantiles y dos novelas, muy reconocida con premios como el Joseph Conrad o como finalista del Premio de Literatura de la Unión Europea. En España se acaba de traducir su novela Un hogar para Dom (Avizor). Ahora visita algunos de los lugares devastados por la guerra, rescatando historias, haciéndolas visibles, buscando que algún día se haga justicia.

En una de esas visitas, este martes, una explosión resonó con fuerza cuando Amelina cenaba en la popular pizzería Ria de la ciudad de Kramatorsk junto con tres colombianos: el escritor Héctor Abad Faciolince, el excomisionado de paz Sergio Jaramillo y la reportera Catalina Gómez Ángel. Eran dos misiles que impactaron en el centro de la urbe, en la región oriental de Donetsk, una de las más convulsas de la guerra. El ataque se cobró la vida de 11 personas, tres de ellos niños, e hirió a otras 50. Los visitantes colombianos sufrieron heridas leves y contusiones, pero la ucrania resultó herida de gravedad. “Fuimos objeto de un ataque de Rusia con un misil crucero lanzado contra el restaurante, que hace parte además de un complejo comercial”, dice el comunicado emitido por Abad y Jaramillo.

Sergio Jaramillo, Héctor Abad Faciolince y Victoria Amelina.
Sergio Jaramillo, Héctor Abad Faciolince y Victoria Amelina.Cortesía

La escritora fue rescatada de entre los escombros con graves heridas en la cabeza y trasladada al hospital de la ciudad. En la mañana de este miércoles, Amelina salía en ambulancia de Kramatorsk hacia Dnipró, según informa el corresponsal de EL PAÍS Luis de Vega. Estaba en estado crítico, muy afectada por las heridas, se buscaba alguna solución para salvar su vida. Amelina está casada y tiene un hijo de 10 años.

“No creo que el derecho y los derechos humanos sean campos reservados para personas con títulos en Derecho. La ley se trata de seres humanos en última instancia, o al menos debería tener a las personas en el centro; eso es lo que hace que el derecho se asemeje a la literatura”, explicó en abril al periódico Kyiv Independent. Contaba que al comienzo de la guerra le costaba conciliar las imágenes de las cámaras de tortura que iba encontrando en territorios liberados con dar una charla literaria en una confortable librería al día siguiente. La angustia se iba apoderando de su vida, incluso cuando estaba en zonas pacíficas.

“No puedes dejar de pensar que es mejor quedarse en el pavimento y evitar el pasto porque puede haber minas”, decía Amelina. Incluso paseando por Londres o Berlín, lejos de las bombas, aquel miedo se quedaba dentro. Dada la situación de caos humanitario en la que se ve sumida su país, “es imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra y ya hay demasiados periodistas más capacitados que yo para contar lo que sucede. Decidí hacer algo por los que ya no se puede entrevistar”, dijo al mismo medio.

En busca de la verdad

La actividad de Amelina en la Ucrania en guerra, como parte del grupo de investigadores Sabuesos de la Verdad, transcurre en dos direcciones. “Por un lado, ella y otras escritoras ucranias, porque los hombres están movilizados, querían levantar acta del patrimonio cultural que está destruyendo la guerra, los museos, las bibliotecas, los teatros”, dice José Manuel Cajigas, editor de Avizor, que ha publicado su novela Un hogar para Dom, con traducción de Oksana Gollyak y Frederic Guerrero Solé. La novela narra la historia de una familia ruso-ucrania a través de la mirada de un perro con mucha perspicacia y olfato; otra manera de comprender la historia del país y el problema de identidad que sufren muchas familias, que vivieron las décadas soviéticas, y que está, de alguna manera, en el fondo de esta guerra.

Ucrania
La novelista ucrania Victoria Amelina, retratada en Lviv, el 19 de junio de 2023. Victoria Amelina (Victoria Amelina EFE)

“La otra actividad que lleva a cabo Amelina es dejar constancia de los crímenes contra la humanidad cometidos, ya fuera por soldados o civiles, ucranios o rusos: violaciones, robos, asesinatos de inocentes, robos de niños, destrucción de hogares. La gente humilde de la zona desconfiaba, no creía que hablar sirviese para nada, pero Amelina y sus compañeras defienden que algún organismo internacional hará justicia después de la guerra”, dice Cajigas.

“No hay garantía de que castigaremos a todos los perpetradores”, declaró Amelina a The Irish Times, “algunos continuarán y vivirán sus vidas después de esto y pretenderán ser buenos esposos y padres. Pero es muy importante acercarse a los sobrevivientes, por ejemplo, las madres de quienes han sido torturados y asesinados, y simplemente escucharlos y hacerles saber que a alguien le importa”. Uno de los hallazgos de la escritora fue el diario del escritor ucranio ejecutado Volodímir Vakulenko, que había enterrado previamente, al verse amenazado, en el jardín de su casa familiar envuelto en celofán. Antes de que los rusos le matasen. Solo se lo había contado a su padre y a su tío, y estos parecían haberlo olvidado hasta que Amelina llegó a su casa, realizando sus investigaciones.

El editor Cajigas estaba precisamente hablando por WhatsApp con Héctor Abad Faciolince cuando este le informó de que los estaban bombardeando y, dos horas después, de que Amelina corría riesgo de daño cerebral. ¿Qué hacían allí los colombianos? Una de las obsesiones de Amelina era que escritores de renombre de otros países visitasen la zona e informaran en sus países de lo que estaba pasando. “Pero no debemos pensar que Abad o Jaramillo estaban de aventura o eran inconscientes, esa zona era en teoría segura. Pero cayeron misiles”, aclara el editor. Abad y Jaramillo están en camino de abandonar el país hacia Polonia. La reportera Catalina Gómez se embarcó en la ambulancia con Amelina con destino a Dnipró.

Cajigas recuerda un discurso de Amelina ante un público entregado en la pasada Feria del Libro de Londres. “Estaba convencida de que Ucrania iba a ganar la guerra y de que esa victoria sería también beneficiosa para los rusos, que se librarían de Putin”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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