Helmut Berger, la bella fotogenia
El cineasta Albert Serra evoca al actor austriaco recientemente fallecido, al que dirigió en varias ocasiones
Conocí a Helmut Berger (que falleció esta semana a los 78 años) a finales de 2017 en su Salzburgo natal —de hecho nació en un pueblo cercano donde sus padres tenían un hotel y siempre respetó el concepto de servir— cuando le propuse actuar en una obra de teatro en alemán que yo debía escribir y dirigir para la Volksbühne en Berlín. Estaba en una etapa oscura y se volvía rápidamente vulgar y peligroso pero su fotogenia —en un sentido amplísimo, espiritual— y su belleza física extraordinaria permanecían intactas. Aceptó, se disciplinó y actuó por primera vez en su vida y de manera brillante en el teatro.
Pasé meses con él en Berlín viéndolo cada día a todas horas. Era una persona tierna y encantadora y contaba anécdotas del pasado para todos los gustos. Después hicimos juntos en Portugal la versión fílmica de la obra de teatro homónima, Liberté. Y allí descubrí de manera más profunda esta fotogenia increíble que irradiaba en todo momento. Era bello pero no era plano, delicado pero arriesgado, animal pero irónico. Siempre le apetecía actuar y nunca se quejó a pesar que las fuerzas empezaban a abandonarle.
Adoraba hablar en italiano y todo lo que se refería a este país (por ejemplo, sólo bebía primitivo), donde había pasado la mayor parte de su vida, aunque nunca le imaginé feliz ni allí ni en ninguna parte. Tenía muchos amigos, amigas especialmente, y pasaba mucho tiempo invitado en casas ajenas. Éste era parte de su enigma, siempre estaba rodeado de gente pero siempre estaba solo, como si su belleza le hubiera aislado de todo y se hubiera reconcentrado en su interior. Su presencia en mi filme es corta y magnética, pero reverbera hacia el futuro y no hacia el pasado, con un fulgor raro de comunión entre vejez y belleza física, que no le abandonaba jamás. Liberté fue el último largometraje de ficción que hizo y deja un recuerdo entrañable y cariñoso en todos los que le conocieron.
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