Muere a los 93 años Juan Muñoz Martín, autor de las sagas de Fray Perico y el Pirata Garrapata

En pleno s. XIX español, Fray Perico, un fraile orondo y torpe, recala en un convento franciscano cerca de Salamanca. Perico y su borrico comienzan desde allí a vivir una serie de aventuras, corriendo peripecias durante la Guerra de Independencia contra la invasión napoleónica, experimentando el paso de las estaciones y hasta topándose, en un viaje hasta La Mancha, con un extraño caballero de triste figura. Estas historias, en forma de libros infantiles, marcaron la infancia y adolescencia de generaciones de lectores. Su creador, el escritor Juan Muñoz Martín, ha muerto en Madrid, ciudad en la que nació, a los 93 años.

“Sus libros siempre nos harán recordar los mejores momentos de nuestra infancia, riendo con sus disparatadas historias. Deseamos que nuevos lectores le descubran. Le recordamos así de alegre”, reza el mensaje que ha publicado la familia en la red social Twitter. La saga de Fray Perico contó con nueve tomos y vendió un millón y medio de ejemplares. Su otro gran éxito fue otra saga, la de El pirata Garrapata, que cuenta con 16 títulos. Este pirata habitaba en el siglo XVIII y, a bordo de su navío, el Salmonete, ansiaba rescatar a su amada Floripondia de las manos de sus enemigos. Otros de sus cuentos fueron Baldomero el pistolero o El corsario Macario en la isla de los dinosaurios.

En total el autor vendió alrededor de dos millones de ejemplares. Sus obras siguen liderando las ventas de la colección El Barco de Vapor, según confirma la editorial. “El pirata Garrapata y Fray Perico y su borrico se han quedado huérfanos y los que nos dedicamos a la literatura infantil un poco también. Los personajes de Juan Muñoz forman parte de nuestra vida, como lectores y como editores”, ha declarado Berta Márquez, gerente editorial de Literatura Infantil y Juvenil de SM.

Escribiendo para hacer un mundo más optimista

Muñoz Martín fue profesor de literatura durante más de cuatro decenios en el Colegio Institución Jamer, en Madrid, y nunca dejó la docencia a pesar de sus éxitos literarios. Antes había tenido otros trabajos: en el Instituto de Previsión (lo que luego fue la Seguridad Social) cumplimentando fichas de nuevos medicamentos, como electricista, enseñando de una academia o dirigiendo un coro escolar y una rondalla.

Con 10 años, Muñoz había ingresado en el seminario de Ávila para luego continuar en el de Madrid. “Allí éramos cerca de 400. En esa época o hacías una carrera o terminabas siendo cura. Me salí con 17 años porque no era mi vocación”, declaró en una entrevista con este periódico. Luego estudió Filología Francesa en la Universidad Complutense. La primera lectura que le marcó fue El Quijote, que era de lectura obligatoria para ingresar en el Bachillerato de la época. Así, llegó a escribir su “pequeño Quijote”: Fray Perico de la Mancha.

“Desde que era un niño y, gracias a sus libros, soñaba con ser un pirata bravucón o un fraile mágico y recorrer el mundo viviendo aventuras. Leer a Juan Muñoz Martín ha sido durante décadas sinónimo de abrir los ojos a un mundo mejor, más optimista, lleno de esperanza y de ternura”, ha declarado a la editorial el escritor Roberto Santiago, autor de la también exitosa saga Los futbolísimos.

Carrera premiada

Con Fray Perico y su borrico, ganó el premio El Barco de Vapor en 1979; el libro, fundador del ciclo, se publicaría en 1980. Aunque no fue su primer cuento: en 1966 se presentó al concurso literario Doncel, que acabó ganando con la que sería su primera publicación, Las tres piedras y otros cuentos. También le seguirían otros galardones, como el Gran Angular de novela juvenil por El hombre mecánico (1984) o el I Premio Complutense Cervantes Chico de Literatura Infantil y Juvenil, en 1992, por ser el autor más leído por los niños.

Las aventuras del Fray Perico y del pirata Garrapata llegaron incluso a China, cuando un profesor chino de español preguntó a un colega qué libros tenían más éxito en España, y le mencionó los de Muñoz. Fue cuando los utilizó para enseñar español a sus alumnos de la universidad en el país asiático. En una entrevista con EL PAÍS, publicada en 2020, explicó el secreto de sus historias: “Mis libros hacen reír. Sabemos que son mentira, pero nos gustaría que fuera así en la vida real. Es como meter a la gente en un sueño. Los personajes viven aventuras muy variadas, pueden estar en el Polo Norte o en la Luna. Hay que buscar la vena graciosa en las historias. Imagina a un perro de presidente”.

Aunque nunca se entendió del todo con la tecnología, gracias a la ayuda de sus hijos y sus nietos, abrió una cuenta de Twitter en 2020 (@autorFrayPerico), desde la que agradecía el cariño de sus lectores. No era la única manera en la que seguía activo, de hecho, seguía publicando: su última obra la publicó con 92 años, El pirata Garrapata en Marte, una aventura “disparatada”, según el propio autor, “con juegos de palabras, nombres que riman y que no se te olvidan; carteles y mensajes secretos que te hacen parte de la historia; olores apestosos, sabores odiosos, comidas repugnantes, latas caducadas; piedras, meteoritos, ojos y orejas de marcianos, arañas…, trastos que no funcionan y mi frase favorita para saber que vamos a pasar un poquito de miedo: ¿hay alguien ahí?”. Y toda su longeva obra la escribió a mano. Con un papel y un bolígrafo.