“Los textos de Fray Perico los probaba con mis alumnos”

Muchas personas no habían vuelto a tener contacto con el autor de Fray Perico y su borrico y El Pirata Garrapata hasta que hace unos meses se abrió cuenta de Twitter (@autorfrayperico). Juan Muñoz Martín (Madrid, 91 años), con la ayuda de sus familiares, habla con sus lectores, muestra sus rutinas y comparte sus recuerdos sobre la ciudad en la que ha escrito obras inolvidables de la literatura infantil española.

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¿Ha vivido toda su vida en Madrid?

Mis abuelos son de aquí y ya no quedaba más remedio que quedarme. Yo nací en Atocha y vivía en una casa-escuela en San Bernardo. Tenía unas quince habitaciones. Estaba mi casa, abría una puerta y ya accedía directamente a la clase. Era algo que a mi madre le resultaba muy práctico porque ella era la maestra. Después me mudé a la zona de Cuatro Caminos.

¿Sus lectores le reconocen por la calle?

Solo en mi barrio porque daba clases allí y los vecinos se acuerdan de mí. Pero si me alejo no. Con Fray Perico no me hice ni rico ni mediático. Tampoco me gusta ir a presentaciones, prefiero estar en casa para escribir.

Y eso que muchos se han criado con sus libros…

Muchos se los han leído porque les han obligado a ello.

¿Obligado?

En los colegios tienes que leer determinados libros. Eso te condiciona. Es mejor que te propongan alternativas y que tú decidas. Ahora la gente lee menos que antes.

¿Se inspira bien en Madrid?

Claro. Cualquier sitio es bueno y todo te influye.

¿Se ha sentido reflejado en sus personajes?

Creo que en todos. Pones el alma en lo que hacen a través de lo que piensas. Si tienes mucha imaginación es lo que vale.

¿Tiene mucha imaginación?

No más que los demás. Todos podemos ser escritores. Te presentas a un premio y puede que tengas la suerte de ganar. Es lo que me pasó a mí. Gané y fue el inicio de mi carrera.

Pero se dedicó a la enseñanza.

Era profesor en el Colegio Institución Jamer. Era una época maravillosa. Entendía bien la enseñanza y no era duro, pero era un colegio con mucha disciplina. Además, daba clases de música de manera optativa. Competíamos contra todos los colegios de Madrid y algunos tenían buenos coros. Me acuerdo que alguna vez quedamos terceros o segundos. Mi hijo Juan también estuvo en el coro, pero la prueba para entrar tuvo que hacerla. No me acuerdo si las pasó por ser mi hijo.

¿Qué prefiere ser profesor o escritor?

Escritor sin duda. Ser profesor es duro y más ahora. Son muchas horas y es más difícil diferenciarse.

¿Qué ha aprendido de los niños?

El respeto. Si quieres que te respeten tienes que hacerlo tú también, aunque sean niños.

¿Cómo se escribe para un niño?

El niño no escribe para mayores. Ellos no tienen imaginación para ello. Tienes que procurar utilizar un lenguaje coloquial. Para captar la atención de los niños, yo utilizo palabras que sorprendan, por ejemplo Cucufate (nombre de un fraile).

¿Cómo fue su primer éxito?

Tuve la suerte de ganar un premio en Madrid. En 1966, me presenté al concurso literario Doncel un día antes de entregar el libro. Solo tenía unos cuentos pequeños y estuve toda la noche junto a mi mujer para darles forma. Ella escribía a máquina y yo imaginaba. Al final gané con la que sería mi primera publicación, Las tres piedras y otros cuentos. Me acuerdo cuando Fraga Iribarne me entregó el premio.

Luego llegó Fray Perico…

Probaba mis textos con los alumnos para ver si eran divertidos o no. Ese es mi éxito,

¿Por qué ha triunfado tanto?

Mis libros hacen reír. Sabemos que son mentira, pero nos gustaría que fuera así en la vida real. Es cómo meter a la gente en un sueño. Los personajes viven aventuras muy variadas, pueden estar en el polo norte o en la luna. Hay que buscar la vena graciosa en las historias. Imagina a un perro de presidente.

Fray Perico o El Pirata Garrapata, ¿con cuál se queda?

Siempre te quedas con lo que más has vendido. Además el tema de la religión es más complicado y me parece más interesante.

Y ahora escribe en Twitter.

Mis hijos y nietos me echan una mano. Me leen y yo les digo que escribir para contestarles. Me gusta mucho.

¿Qué siente al recibir tanto cariño?

Nunca se está satisfecho. Pero me siento muy agradecido de todos los que me siguen.