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“Más que vivir en la calle, he dormido en la calle”

El experto en atletismo Joaquín Carmona ha pasado 17 años durmiendo en la calle

Joaquín Carmona, a finales de julio en Madrid.
Joaquín Carmona, a finales de julio en Madrid.Olmo Calvo
Sergio C. Fanjul

La cuenta de Twitter del experto en atletismo Joaquín Carmona enmudeció cuando llegó el confinamiento. Nadie sabía qué había pasado, porque, aunque era muy seguido, nadie le conocía en persona en el mundillo del atletismo. ¿Había enfermado? ¿Había muerto? ¿Se había retirado?

Días después se conoció el motivo de su desaparición: habían cerrado las bibliotecas municipales, desde donde Carmona actualizaba su perfil. Porque Carmona vivía en la calle. La noticia fue un shock en la comunidad deportiva, que ahora se ha volcado en ayudarle. Carmona nació en Bilbao en 1973, y se crio en Zamudio, donde se aficionó al deporte. Llegó a Madrid a los 19 años persiguiendo el amor y buscando trabajo. En 2003 sobrevino “el bajón”.

¿En qué consistió ese bajón?

Yo tenía un kiosco de helados muy exitoso, al lado de una iglesia, por donde el Santiago Bernabéu. Era un punto de encuentro de mucha gente: pandillas de chavales, gente de la calle, señoras con perro, voluntarios de la Iglesia... También tenía una relación sentimental y un pequeño piso alquilado en Malasaña. Y lo perdí todo.

¿Qué pasó?

No me renovaron la licencia, creo que por quejas de alguien de la Iglesia. Una mano negra: a alguien no le gustaba que se juntara gente allí. Mi relación sentimental se terminó. Se cortó el agua del piso, el casero no la reparaba... Acabé en la calle.

En la gente con hogar se crea esa incomodidad: por la noche esa persona se va a su casa y tu a dormir al parque

17 años viviendo en la calle.

Yo, más que vivir en la calle, he dormido en la calle.

¿Y cómo es eso?

He tratado de que la vida de supervivencia callejera no me absorbiera. Paso jornadas laborales completas en la biblioteca, dedicado al Twitter. Por las tardes solía mirar la agenda cultural e ir a actos, inauguraciones de exposiciones, presentaciones de libros. Siempre he tenido inquietudes.

Eso siempre ayuda.

Sí. Además, hay temporadas que he vivido en hostales (y hasta me hice cargo de uno durante un tiempo cuando la dueña estuvo en un hospital) y he tenido trabajo, por ejemplo, de cartero, y he ido a talleres, de cine y otras cosas. Aunque a veces me he sentido avergonzado.

¿Por qué?

Es difícil cuando los compañeros de trabajo o del taller, que son titulados universitarios, te ven en la calle esperando una cola para que te den comida, como hacen por las tardes en Tirso de Molina. Por cierto, soy vegetariano por motivos éticos, no me gusta que nos aprovechemos de los animales, y eso me hace más difícil conseguir alimentos, por ejemplo, en los comedores sociales.

¿Se puede desarrollar una vida social normal?

Es complicado tener amigos en la calle, suelen ser relaciones muy fugaces. Cuando se juntan dos personas con mucho que contar y con poca gente a la que hablar, es difícil. En la gente con hogar se crea esa incomodidad: por la noche esa persona se va a su casa y tú, a dormir al parque. Se sienten mal. Esa sensación de culpabilidad en primera persona ante circunstancias que padecen otros la ha retratado alguna vez el cineasta Michael Haneke.

Hay mucha precariedad.

Es difícil encontrar un trabajo, y mucho más difícil que sea estable y bien pagado. Por ejemplo, en la Casa de Baños de Embajadores, que he usado mucho para asearme, veo a muchos riders, los trabajadores de reparto de comida a domicilio.

¿Cómo está usted ahora?

He vivido un pequeño boom cuando se descubrió mi situación. Mucha gente del atletismo se ha volcado, colaborando en crowdfundings para recolectar ayuda. Además, me han proporcionado un trabajo en un centro deportivo. Aunque todavía no tengo hogar, estoy viviendo en un hostal, sin tiempo para buscar piso o habitación.

¿Expectativas de futuro?

Ahora mismo está todo en suspenso, no solo para mí, sino para todo el mundo, con el tema de la pandemia. Yo querría seguir haciendo mi Twitter, que la gente me lo pide, pero es difícil ganar dinero con eso. Pero lleva mucho tiempo: leer, documentarse, analizar datos, buscar vídeos y fotos... Es un trabajo a jornada completa que es difícil compatibilizar con otro trabajo a jornada completa.

Le han llamado la enciclopedia del atletismo”.

Bueno, intento hacer un Twitter que de mucha información y que además sea muy didáctico, que pueda interesar a gente que no sepa mucho de atletismo. Este deporte no está en su mejor momento, creo que ha caído mucho por los casos de dopaje. Esperemos que las cosas vayan a mejor, en todos los aspectos.

Twitter no da de comer

La cuenta de Twitter de Joaquín Carmona (@jokin4318) tiene cerca de 37.000 seguidores y ha sido alabada por su erudición, su sobriedad, su presentación de los datos. Ha sido citada en algunos medios, como voz de referencia en el atletismo. A pesar de llevarle mucho trabajo, a Carmona le cuesta monetizarla. Lo hace por amor al arte, o mejor, al deporte.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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