“Sin donaciones y ayudas no estaría en la pasarela”
El diseñador madrileño Robber Rodríguez es uno de los nueve jóvenes talentos que desfilarán en la EGO Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
El diseñador Robber Rodríguez (Madrid, 29 años) se estrena el próximo fin de semana en la EGO Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM). Licenciado en Económicas, consiguió una beca para la Escuela Superior de Diseño IED Barcelona y de ahí, después de varios periplos, se ha lanzado a crear su primera colección. Elige nombres de animales para sus proyectos, Elefantes de Madrid, fue el título de su trabajo de fin de carrera y en su presentación al público la mariposa será el centro de su universo creativo. Ahora estrena una propuesta con la mariposa como protagonista.
¿Qué tiene con los animales?
Elefantes de Madrid es por el nombre con el que se conocen a los toxicómanos que caminan por la carretera a la Cañada Real en busca de una dosis. Elefante es un simbolismo. Y es más una referencia urbana que animal. En esta colección, la mariposa es por un sueño del subconsciente, por una hipnosis que realicé, en el que me despertaba en un laboratorio lleno de mariposas. Según mi psicóloga, todo ello tiene que ver con la transformación y eso he querido reflejar en mi obra.
¿El coronavirus ha influido en esa transformación?
Me pilló en un momento en el que estaba intentando renacer. Cuando resurgía nos confinaron y me echaron del trabajo de camarero. Hubo un momento que no tenía ganas de nada. Al final conseguí darle la vuelta y cuando nos desconfinamos saqué todas las fuerzas para realizar mi primera colección. El mayor logro de mi vida.
¿De qué necesitaba renacer?
Venía de un momento personal complicado y tenía que morir de alguna forma. En mi colección hablo del despertar del ser humano como individuo. Yo me he despertado gracias a mi psicóloga. Si todos consiguieran hacerlo a su manera, creo que conseguiríamos un resultado diferente. Haría que el amor creciera en el mundo.
Debutar en el EGO es...
Poder mostrar mi arte en una plataforma tan importante como Madrid, mi ciudad, es la bomba. Sin la ayuda de unos amigos y las donaciones de telas hubiera sido imposible estar en la pasarela.
En esta edición se va a reducir el público.
Sí, pero lo guay es que va a haber una plataforma de streaming. Para mí es importante porque yo que vengo de un mundo alejado de la moda, siempre me ha gustado ver desfiles, pero era casi imposible.
¿Qué materiales utiliza para su colección?
De todo. Utilizo tejidos que no son nobles con otros que sí lo son para fusionarlos y manipularlos. También veo manteles o cortinas que me gustan, como las que tenía mi madre colgadas y están en las prendas que muestro. Le hice a mi madre quitarlas para usarlas. Por otro lado, me gusta utilizar cosas que tenemos en los cajones para darles una segunda vida. Para esta colección la mayoría de los materiales han sido donados, otros han salido de cajas en las que iba guardando telas que me llamaban la atención son donaciones y tejidos que he ido recopilando estos años
¿La mascarilla se ha convertido en un complemento?
No queda otra. Tenemos que ir enmascarados, además de la máscara que cada uno nos colocamos para ir por la vida. He creado unas mascarillas inspiradas en la colección y por eso llevan una mariposa. Yo al final uso la de la farmacia. Soy muy despistado.
¿Las van a llevar sus modelos?
Me parece una cosa del momento. Todos tenemos que llevarla, pero la pasarela es para exaltar la belleza que veo en las cosas y que quiero trasladar a los que visten mi ropa. No veo que tenga que reflejarlas en el desfile que es como mi alma.
¿Cómo va lo de ganarse la vida con la moda?
Yo no tengo muchas pretensiones. Quiero hacer lo que sale de mi alma y mis ojos ven que es bello. El mundo de la moda me pondrá dónde me tenga que poner.
¿Por qué ha criticado en alguna ocasión el ritmo de la industria?
Yo ya me miro a mí. Roberr para mí no es una marca, es una casa de modas. Yo no me meto en sí la gente quiere desfilar y hacer muchas prendas. Veo que como sociedad vamos muy rápido y consumimos cosas sin darle el valor que se merecen. Creo que los creadores no tienen tiempo para desarrollar su creatividad. Las prendas de antes permanecían en el armario por generaciones. Quién no tiene una americana en su armario.
¿Cuándo empezó a vestirse por su cuenta?
Me acuerdo que con 11 años me enfadaba con mi madre en Zara porque a mi hermano mayor le quedaban bien unas chaquetas y a mí no.
¿Tiene alguna prenda favorita?
Mi bañador de rayas azules y blancas de Ralph Lauren. Está quemado por una fiesta, pero es mi pieza. No suelo llevar ropa de marca, por eso lo aprecio.
Moda sostenible
La propuesta está integrada por 18 vestidos tejidos con materiales sobrantes. “Ser creativo para que el público no se percate de que la ropa está hecha con los restos, que tras unos años en el desván acaban en el cubo de basura”.
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