Guerra de superhéroes: las grescas en DC dan ventaja a Marvel
James Gunn, fichado en noviembre para poner orden en la casa cinematográfica de Superman y Batman, esquiva los ataques de los fans mientras trabaja en un plan a largo plazo para mejorar el rendimiento de la empresa
Existen pocas rivalidades como la que enfrenta a Marvel y DC desde hace casi 90 años. Primero en el mundo del cómic, y décadas más tarde en cine y televisión. Como si fueran las Pepsi y Coca-Cola de los superhéroes, el que primero parpadeaba, perdía. Y mientras que Marvel Studios avanza desde hace años con un plan claro de lanzamientos en cine y series en streaming bajo el paraguas protector de su casa madre, Disney, en DC Studios no existe una hoja de ruta por culpa de los cambios de accionariado de Warner, su empresa propietaria, y su propia indefinición entre entradas y salidas de directores, enfrentamientos entre realizadores, estrenos online adelantados o retrasados sin criterio y numerosos actores queriendo (o no) ser Batman y Superman.
En Marvel también hay despidos, pero en DC cada película supone una gresca. Uno tras otro, los distintos directivos de esta productora se han ido estrellando en sus planes de reconducir la nave, hasta que el pasado 22 de noviembre Warner anunció que James Gunn, director con visión que ha trabajado en las dos empresas rivales, lideraría el timón creativo de DC. Ahora bien, Gunn, que ha confirmado tener un esquema para los próximos 8-10 años, ni ha empezado con buen pie ni va a disfrutar de una singladura sencilla. “Sabemos que no vamos a hacer feliz a todo el mundo a lo largo del camino”, decía profético, a inicios de diciembre en Twitter.
DC arrancó sus publicaciones en 1934, como National Allied Publications, y tres años más tarde se refundó como DC (siglas de Detective Comics), mientras que su rival, con el nombre de Timely Publications, nació en enero de 1939: no fue Marvel hasta 1961. Su estudio de cine llegó en 1993 y en 2009 Disney la compró por unos 4.000 millones de dólares. Pecata minuta, viendo el rendimiento económico de un año como 2022, de poco éxito y riesgo con tres estrenos como Black Panther: Wakanda Forever, Doctor Strange en el multiverso de la locura y Thor: Love and Thunder, que con todo, han superado los 2.500 millones de dólares en la taquilla mundial. ¿Y DC Studios? Casi 1.700 millones, y eso que apostaron fuerte con The Batman, que ahora protagoniza Robert Pattinson, y Black Adam, con Dwayne Johnson, a la que sumaron el filme infantil de animación DC Liga de supermascotas. En DC Studios echaban de menos una visión como la que defienden en el otro lado Kevin Feige y sus dos manos derechas, Victoria Alonso y Louis D’Esposito. Desde 2008 Marvel Studios ha lanzado una treintena de películas, que se pueden ver de manera independiente o interrelacionadas, fidelizando así a su público.
El anuncio de la llegada de James Gunn, con el productor Peter Safran a su lado para la parte comercial, provocó aplausos iniciales en la industria: el cineasta, que nació hace 56 años en San Luis, un fan infantil de las películas de zombies, ha ido escalando posiciones siempre con estimable pulso artístico y, desde luego, muy particular. Empezó en la mítica productora Troma, de cine barato de terror y fantástico; después escribió los guiones de Scooby-Doo y Amanecer de los muertos y, tras un arranque titubeante como director, en 2014 dio la campanada con Guardianes de la galaxia, una película de la que no se esperaba mucho y que, gracias a su apuesta pop por una banda sonora nostálgica y el humor en el guion, triunfó en taquilla y en las críticas. Cuatro años más tarde, tras el estreno de su continuación, Gunn cayó en desgracia cuando, firmado el contrato por la tercera parte, una web conservadora recuperó tuits suyos de 2008 bromeando sobre la pedofilia y las violaciones. Disney le despidió en julio, y en octubre de ese 2018 Warner anunció que, a pesar de ese pasado en redes sociales, Gunn sería el director de la nueva El escuadrón suicida (estrenada en verano de 2021) y el responsable de la serie El Pacificador. En marzo de 2019, Disney reculó y lo volvió a poner al mando de Guardianes de la galaxia Vol. 3, que llegará a los cines, atrasada por la pandemia, el próximo mes de mayo.
Apagando incendios
Desde inicios de diciembre, Gunn ha ido apagando incendios e iniciando otros, siempre por redes sociales, canal por el que se sigue comunicando a pesar de aquel resbalón de 2008. Eso sí, ahora automáticamente sus tuits se borran pasados unos meses. Y eso le ha provocado una enganchada con el actor Ray Fisher (Cyborg en La liga de la justicia), que a su vez se había encarado con Warner previamente. El intérprete acusó a Gunn a mediados de diciembre de “falsa bondad” por borrar unos tuits en los que el cineasta manifestaba su solidaridad con el actor después de que Fisher atacara al director Joss Whedon por su comportamiento tiránico en el plató. “Negarte a pedir disculpas por tu comportamiento tóxico parece un requisito para tener trabajo en Warner-DC”, cerraba Fisher. A lo que Gunn replicaba: “Todos mis tuits se borran automáticamente pasados unos meses, Ray”.
One of the things Peter & I were aware of when we took the job as heads of DC Studios was a certain minority of people online that could be, well, uproarious & unkind, to say the least.
— James Gunn (@JamesGunn) December 19, 2022
Más duro fue el ataque de los fans de Wonder Woman y de su protagonista, Gal Gadot, cuando Gunn dijo que en una primera etapa de DC Studios no se contemplaba una tercera película, que ya había entrado en preproducción ordenada por los antiguos ejecutivos al mando, con este personaje. A la andanada también respondió en un hilo de Twitter: “Nuestras elecciones para el Universo DC se basan en aquello que creemos que es mejor para la historia y para los personajes de DC, que ya llevan por aquí casi 85 años. Quizás son buenas decisiones, quizás no, pero las tomamos con el corazón sincero y con integridad, y siempre pensando en la historia”. Y seguía: “Cuando aceptamos el trabajo, sabíamos que iba a haber un período de turbulencias”, porque tenían que tomar “decisiones difíciles y poco explicables” para organizar el estudio. “Esto significa bien poco para nosotros, comparado con nuestros trabajos como artistas y guardianes, responsables de crear un futuro amplio y maravilloso para DC”.
Por eso, un tercer enfrentamiento, esta vez con Dwayne Johnson, ha acabado con un apretón de manos virtual. Black Adam no ha sido buen negocio; a pesar de ello, Johnson, que llevaba con el filme 15 años, quería realizar una segunda parte. Para ello maquilló las cuentas, engordando los beneficios, y se las pasó al medio digital Deadline en cuanto oyó que no rodarían la continuación. Pillado en el renuncio, el 20 de diciembre Johnson se quitó de en medio y anunció que había conectado con Gunn y que ya verían cómo encajaría su personaje en el universo DC. Peor lo ha pasado Henry Cavill, que reapareció como Superman en una secuencia postrera de Black Adam, con la intención de que nadie se olvidara de él. La clave: Johnson y Cavill comparten agente, Dany Garcia, exesposa de Johnson que lidera su holding de empresas. Gunn no tenía en mente a Cavill como Superman, ni siquiera a un Superman adulto. Por mucho que Cavill azuzara a sus fans en redes, el hombre de acero volverá solo en una versión más juvenil, según los nuevos responsables de la productora.
El futuro de Batman también se decidirá en breve. Matt Reeves, director de The Batman, se reunirá con Gunn y Safran en las próximas semanas para abordar la planificación sobre el universo del hombre murciélago. “Se han portado muy bien”, dijo el cineasta este fin de semana a Collider. “Quieren hablar conmigo sobre el plan general y luego quieren escuchar el plan del batverso”. Entre esos planes se encuentra una serie para HBO Max sobre el Pingüino con Colin Farrell retomando el papel. Como ya están trabajando en el guion de la secuela, habrá Pattinson para rato.
A finales de este mes, Gunn asegura que hará públicos sus planes para los próximos tres años. Aunque este 2023 tiene que defender filmes ya terminados por el anterior equipo creativo: ¡Shazam! Furia de los dioses (17 de marzo), The Flash (16 de junio; una película que ha acumulado retrasos, escándalos de su protagonista, Ezra Miller, y en la que las reescrituras de guion han borrado el personaje de Cyborg, por los ataques de Fisher a DC), Blue Beetle (18 de agosto) y Aquaman y el reino perdido (25 de diciembre). Y mientras, Gunn ¿qué hace? En un tuit del 6 de enero, contaba que había escrito un tercio de una nueva serie (aún no anunciada) de televisión de DC, dado el visto bueno a los efectos digitales de la última Guardianes de la galaxia (y pasado notas al montador) y participado en dos grandes reuniones para DC Studios. Y eso, en un día. Qué no habrá planeado en mes y medio.
Babelia
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