Ana Polvorosa, actriz: “Soy muy hormiguita: en esta profesión nadie te garantiza que mañana tengas trabajo”
Su personaje atraviesa la crisis de los 40 en la película ‘Una vida no tan simple’, de Félix Viscarret. Ella reflexiona sobre la juventud, el éxito y la terapia
Impresiona su currículum, también en los últimos años: las series Las chicas del cable y La Fortuna, las películas La Piedad, Un hombre de acción y Una vida no tan simple. A Ana Polvorosa (Madrid, 35 años) le quedan retos, muchos. Dos son rodar con Alauda Ruíz de Azúa, con quien estuvo a punto, y con Carlos Vermut. La Lore de Aída, la serie que arrasó durante años en el horario de máxima audiencia de los domingos, es hoy una joven a la que Félix Viscarret puso en su última película, Una vida no tan simple, a vivir la crisis de los 40.
Pregunta. No se ha estrenado, puede seguir siendo joven hasta entonces.
Respuesta. Pero yo tengo muchas ganas de que se estrene: fui muy feliz haciéndola. La historia habla de madres y de padres que están en crisis con sus vidas. Y en la película soy una tía que ha sido madre con su pareja, pero a la que la maternidad le ha venido un poco grande y está readaptando su vida. Conoce a un chico que también es padre, y también tiene pareja. Tienen una conexión muy fuerte desde el principio. No pueden estar juntos, aunque les apetece verse más. Comparten conversaciones muy bonitas, hablan de lo que es ser madre, de lo que es ser padre.
P. Es una línea muy delgada, esa. La de la amistad con alguien nuevo, empezar a quererlo como quieres a tus amigos, ¿y quererlo hasta dónde? ¿Hasta la amistad? ¿Hasta la amistad con sexo? ¿Hasta enamorarte?
R. Bien, pero todo eso es amor.
P. Después de interpretar durante años a un personaje, ¿se le queda algo dentro?
R. Algo sí. Algo que se queda todavía una temporada. ¡Y te va abriendo puertas! Por ejemplo, la maternidad. Yo tengo casi 35 años [los cumple este 14 de diciembre] y no soy madre, pero estoy interpretando a personajes que sí lo son, que o están embarazadas o son madres. Y te abre una puerta a pensar respecto a esto. Yo de momento no he tenido ningún instinto maternal, pero…
P. ¿Le preguntan mucho sobre esto?
R. Notas la presión por todas partes. Con que si el paso del tiempo, con que si congeles los óvulos, con que si el futuro… La sociedad presiona muchísimo, y al final es inevitable que pienses en ello en algún momento, te obligan.
P. Y se ve dando explicaciones de por qué no hace lo que quiere con su vida privada.
R. Y algo aún peor: explicaciones a ti misma. Hablas contigo misma, y te preguntas y te intentas responder: ¿quiero ser madre?, ¿no quiero?, ¿debo tener pareja?, ¿quiero ser madre soltera? Intento ser libre respecto a esto. A veces tienes pensamientos de todo tipo: intento controlar esos pensamientos y, según llegan, que se vayan. Que te hagan pensar un poco, vale, pero que no te obsesionen y te encierren en ellos.
P. ¿Hace terapia?
R. Sí, me parece fundamental. Tengo una psicóloga con la que llevo trabajando bastante tiempo. Voy y vengo. Hay temporadas tranquilas, y otras en las que aparece algo que me perturba y no sé controlar, y me apetece charlar y ver cómo lo gestiono.
P. ¿Le ha supuesto algún problema susceptible de terapia meterse en algunos papeles?
R. No, eso no. Nunca he tenido un conflicto de esa clase con mis personajes, algo que haya trascendido tanto que lo haya llevado a terapia. Pero sí voy creciendo al lado de los personajes que interpreto y me aportan cosas, y evoluciono con ellos. Crecer al lado de tus personajes es precioso. Y pasa algo curioso: hay personajes que llegan en momentos concretos de tu vida, parece que te estaban esperando. Y yo siempre pienso que las cosas llegan cuando tienen que llegar por algo, por eso de repente aparece un personaje que va a pasar por un proceso que tú igual acabas de pasar, o que tienes que pasar por él.
P. ¿Cómo lleva la crítica? ¿O el ataque, de haberlo, en redes sociales?
R. ¿Sabes qué pasa? Que lo que quiero en esta vida es pasármelo bien: es lo único que me importa. Trabajo, he trabajado y sigo trabajando en que la opinión de los demás me afecte bien poco. Yo tengo que estar bien conmigo misma y tranquila con lo que hago. Disfrutar con mi trabajo, intentar superarme todo lo que pueda. Cada día más. Y que no me afecte lo que opinen fuera.
P. Es una gran filosofía de vida.
R. Karra [Elejalde] lo decía mucho en La Fortuna. En el rodaje, nos decía todo el rato: “Chicos, esto es para disfrutar, esto es para pasarlo bien”. Yo soy muy sufrida y cuando entro en momentos dramáticos de mi personaje necesito mimetizarme con él: no entras de la nada en un momento duro; necesitas un trabajo previo, una concentración, una música. Y si tienes una escena muy dura, el entierro de un familiar, la noticia de una enfermedad grave, tu cuerpo lo está viviendo. Y acabas agotada.
P. Trabaja mucho en un sector castigadísimo en el que más del 80% de las actrices y actores no viven de esto.
R. Asusta. Pienso en ello, y me asusta por mis compañeros y me asusta a mí porque el teléfono no tiene por qué sonar siempre.
P. Es una profesión curiosa. A veces se gana un buen dinero trabajando, pero no se sabe si es el sueldo de tres meses o tres años.
R. Yo para eso soy muy hormiguita. Siempre he estado muy bien aconsejada. Tiene que ver con mi forma de ser. No te puedes volver loco. Tienes que guardar porque nadie te garantiza que mañana tengas tanto trabajo como hoy.
P. En Una vida no tan simple usted empieza la crisis de los 40. En la vida real aún le queda, ¿pero piensa en ello?
R. Félix [Viscarret] me dijo: “¡Ya sé que te estoy cogiendo joven! Y que la actriz debería tener más edad, pero llegaste tú y fuiste tú”. En fin, la vida pasa muy rápido. Desde que cumplí los 30 han pasado estos cinco que yo no me he enterado de nada.
P. Lo del lema: el éxito es poder decir que no.
R. El otro día vi una entrevista a Javier Bardem que me encantó. Contaba que él decía sí o no a los personajes o a los proyectos después de calibrar si era capaz de hacerlo, si estaba capacitado para poder interpretar ese personaje. ¡Y él es una eminencia! Pero es cierto: ser consciente de lo que puedes hacer, incluso aunque seas Javier Bardem.
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