Antonio López se sube al cielo de Madrid para retratar la Gran Vía
El artista manchego es visto en lo alto de un edificio en la plaza de Callao trabajando en un nuevo cuadro de la capital española
El pintor manchego Antonio López, de 86 años, ha regresado al corazón de Madrid para retratar el paisaje urbano. Desde las alturas del edificio de El Corte Inglés en la plaza de Callao, el artista ha sido visto este miércoles intentando plasmar sobre el lienzo el tramo de la Gran Vía que preside el edificio Carrión, con su famoso cartel luminoso de Schweppes, uno de los puntos más reconocibles de la capital. Muchos visitantes del centro comercial se han parado a observar curiosos la labor de López, situado frente a un ventanal que le da la vista perfecta del espacio que quiere pintar.
El manchego, pintor de estilo hiperrealista, es dado a salir de su estudio para retratar paisajes urbanos. Ya lo hizo en julio del año pasado en la misma ciudad, situándose en la Puerta del Sol para concluir una obra que dejó sin terminar en 2010. Aquel año se vio abrumado por los centenares de curiosos que se acercaban para verlo trabajar. También los medios de comunicación, que trataban de captar cada gesto suyo. Se convirtió prácticamente en un atractivo turístico más de la capital. El verano pasado no causó tanta expectación, pero sufrió otro tipo de molestias: dos policías municipales que no reconocieron al pintor y que lo confundieron con un artista callejero llegaron a pedirle la documentación. A comienzos de 2022, López fue visto en Barcelona pintando desde enclaves tan conocidos como el Parque Güell, la Sagrada Familia y el Montjuïc.
López considera la emoción el elemento fundamental de sus paisajes urbanos y su obra en general, tal y como explicó en la presentación de una exposición dedicada a él en 2020. “He intentado transcribir la ciudad lo más fiel posible, pero si veo que aquello no alberga algo emocional, que tiene que ver con el arte que se ha hecho siempre, es mejor coger una cámara fotográfica. Aunque también la fotografía puede tener una parte emocional. Y el cine. Warhol ha atrapado algo que tiene que ver con el misterio de vivir. El arte se ha saltado todos los trámites y ha conseguido eso, el efecto emocional. Por eso, no tiene final. Puedes ver las cuevas de Altamira y están unidas con el arte actual”, manifestó.
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