El Museo Diocesano se reafirma en que las 16 esculturas que expone son de Oteiza en contra de lo que defiende la heredera del artista
El centro donostiarra no tiene “ninguna duda” sobre su autenticidad y cree “temerario” que la familia emprenda acciones legales por considerarlas falsas
El Museo Diocesano de San Sebastián se reafirma en que las 16 esculturas de la exposición Oteiza en Argentina pertenecen al artista vasco y que nunca antes se habían exhibido, en contra de lo que ha defendido la Fundación Oteiza, que habla de falsedad de esas obras. El museo no cerrará la muestra, como ha exigido la heredera de Oteiza, su sobrina Pilar Oteiza, porque esta entidad “no tiene ni ha tenido nunca dudas acerca de la autenticidad y autoría de las obras expuestas”. En un comunicado remitido este viernes, insiste en que todas las piezas de la exposición “son inéditas” y considera “temerario” que la fundación haya emprendido acciones
“En ningún caso habríamos permitido”, asegura el Museo Diocesano, “la exhibición de una sola obra [de Oteiza] sobre la que existiera la más mínima sospecha en cuanto a su autoría”. Esta entidad, dirigida por el sacerdote Edorta Kortadi (crítico de arte y estudioso de Oteiza), asegura que previamente al montaje de la exposición con las 16 esculturas de Oteiza se realizaron “todas las verificaciones, estudios, comprobaciones y diligencias debidas antes de programar y diseñar la exposición”.
Oteiza en Argentina contiene los “trabajos más desconocidos” del autor guipuzcoano (1908-2003) durante su exilio en Latinoamérica entre 1935 y 1948. Son 16 esculturas creadas en aquella época que fueron adquiridas en su día por un coleccionista de arte navarro a su propietario argentino de raíces vascas cuando este falleció. La Fundación Museo Jorge Oteiza, encargada de la difusión de su legado artístico, comunicó este miércoles que realizó un “análisis exhaustivo” de estas piezas y ha podido concluir que hay “datos suficientes” para determinar que la autoría de las mismas “no corresponde a Jorge Oteiza”. No obstante, la fundación no concretó cuándo ni cómo hizo esas comprobaciones. Por otro lado, la fundación también se quejó de que no fuera informada previamente de la programación de dicha muestra y que las piezas que contiene no figuran en el Catálogo razonado de la obra escultórica del autor, el único criterio para certificar la validez de las obras atribuidas a él.
El Museo Diocesano de San Sebastián (D’Museoa) sostiene ahora que tanto la Fundación Oteiza como el Museo de Bellas Artes de Bilbao “tuvieron pleno conocimiento en su momento” de la existencia de “algunas de las obras” que se iban a mostrar. También asegura que no tiene “ninguna constancia” de que representantes de la Fundación Oteiza se personaran en el museo, ni que estos “hayan realizado un análisis pormenorizado de las obras expuestas”. Más aún: “Tampoco ha solicitado al museo en ningún momento información alguna respecto a las obras con la que contrastar y realizar una valoración seria y rigurosa acerca de la autenticidad de las mismas”. Y con respecto a la ausencia de estas piezas en el catálogo elaborado por Txomin Badiola, D’Museoa admite que no figuran en esa base de datos oficial porque “son inéditas”.
La familia de Oteiza ha puesto los hechos en conocimiento de la Brigada Central de Patrimonio Cultural. Pilar Oteiza, heredera universal y única poseedora de los derechos del artista vasco, ha asegurado a este diario que visitó la exposición al día siguiente de su presentación a los medios, el 15 de junio, y que se cobraba la entrada al público. Según su testimonio, requirió a la dirección del museo diocesano la información que poseía sobre las obras y obtuvo la siguiente contestación. “Son de Oteiza’, no hubo más explicaciones”, explicó un portavoz de la familia.
En medio de esta polémica sobre la falsedad de las esculturas, el museo que dirige Kortadi mantiene abierta la exposición, programada hasta el 2 de octubre en la capital guipuzcoana. Este viernes, Kortadi ha criticado que las manifestaciones realizadas por la Fundación Oteiza (que tiene entre sus patronos al arquitecto Rafael Moneo como presidente de honor, los artistas Xabier Morrás y Jesús Mari Lazkano y el director del Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza) resultan “arbitrarias, gratuitas y gravemente lesivas para la honorabilidad y el prestigio del Museo Diocesano y particularmente de su director”.
Con respecto a las acciones iniciadas por la heredera de Oteiza, la dirección del museo asegura que este paso se produce “sin un previo juicio objetivo y valorativo contradictorio por parte de expertos e historiadores del arte”, por lo que resulta “temerario” dar ese paso ante la policía y solo se puede entender por “una inexplicable voluntad deliberada de causar perjuicios irreparables a la institución” museística. D’Museo anuncia finalmente que utilizará los medios que resulten precisos para defender sus legítimos derechos, su honorabilidad y su prestigio y, en su caso, “para el resarcimiento de los daños que se puedan llegar a causar”.
Babelia
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