La historia de tu vida tiene un libro: políticos, deportistas, ‘influencers’ o famosos a la caza de lectores

El libro de no ficción más vendido en lo que ha transcurrido de 2022 es, según su editorial, Por si las voces vuelven (Planeta, 2021), del presentador, monologuista, guionista y actor Ángel Martín. Un fenómeno editorial con más de 90.000 ejemplares vendidos (165.000 desde su lanzamiento en noviembre pasado) en el que su protagonista cuenta el brote psicótico que sufrió en 2017 y que le llevó a un mundo paralelo de voces imaginarias, el posterior ingreso en una institución psiquiátrica y su reconstrucción desde cero tras ser dado de alta. Aunque en el mundo del libro nada se puede pronosticar, reunía los mimbres para ser un éxito: una historia humana impactante sobre un tema de actualidad como son las enfermedades mentales, con un personaje reconocido y apreciado, y además con un reto de superación que sirve de espejo a la sociedad. Pero no todas las apuestas autobiográficas, el género literario del yo, obtienen los mismos resultados.

Quizá por eso las editoriales diversifican los perfiles de los autores. Nada tienen que ver entre sí, por ejemplo, las políticas Mónica García (Más Madrid) y Cayetana Álvarez de Toledo (PP), e incluso esta última con el expresidente del Gobierno y correligionario popular Mariano Rajoy. Ni se parecen en estilo ni en pose ante la vida el cantante (rap, reguetón) Omar Montes con Karina, que cinco décadas antes, en 1969, triunfó con El baúl de los recuerdos. Hay personajes de la prensa amarilla como Nicolás Vallejo-Nájera (Colate, sobre todo conocido por su matrimonio con la cantante Paulina Rubio), periodistas como Pedro J. Ramírez, la mujer trans Daniela Requena, nombres famosos como Paz Padilla, Tania Llasera, Ousman Umar, Pepe Domingo Castaño, Máximo Huerta o Carmen Rigalt; influencers como Tamara Gorro o Mara Jiménez; músicos como Álvaro Urquijo (Los Secretos), Miguel Bosé, Mala Rodríguez, Eric Jiménez (Los Planetas), Jorge Martí Aguas (La Habitación Roja) o Zatu; deportistas como Lydia Valentín, Olatz Rodríguez, Gervasio Deferr, Joaquín (Sánchez) o Carolina Marín; y por supuesto no faltan otros políticos como Toni Cantó, Manuela Carmena, José María Barreda, Íñigo Errejón o Pablo Iglesias.

Lo único que les conecta es la decisión consciente de contar sus vidas, compartir sus pensamientos y, en mayor o menor medida, desnudar sus intimidades. En eso consiste la autobiografía, un género de no ficción que año tras año consigue más lectores y por el que las editoriales apuestan cada vez con mayor decisión. Quizá también porque saben que tienen un tirón emocional, se alimentan del fenómeno fan. Y a veces porque se convierten en libros-obsequio: se regalan más que se leen.

La búsqueda previa

“Normalmente, cuando se trata de un libro de ficción, un editor recibe un manuscrito o de manera individual o a través de un agente literario, y lo valora”, apunta David Trías, director literario de Aguilar y Plaza & Janés, editoriales del grupo Penguin Random House, “pero la dinámica cambia con una autobiografía. Lo habitual es que la iniciativa parta de nosotros”. Tras analizar las tendencias y los personajes que están de actualidad, son ellos los que contactan con los protagonistas e intentan convencerlos, seducirlos. Medios de comunicación y blogs en su día eran los cauces para buscar esas vidas interesantes, pero ahora son las redes sociales las que catapultan el interés.

“Antes escribíamos diarios, y ahora la gente expone sus vidas en las redes sociales. Hay cada vez menos pudor a contar la privada”, apunta Trías, “La convicción de la gente de que sus vidas son únicas y apasionantes y dignas de ser leídas es impresionante”. Pero entre ese océano inmenso de datos que es internet, cuenta, se descubren tendencias, focos de interés, temas candentes y, a veces, salen historias humanas interesantes.

Y entre esas tendencias ahora importan temas como la salud mental, los trastornos, el acoso… en general, vidas sufridas y segundas oportunidades. Pero no todo vale. “Es muy frecuente que haya historias interesantes que den para un reportaje periodístico; sí, pero ¿dan para un libro?”, se pregunta Trías.

A veces sí, y hasta se convierte en un bum editorial, como pasó el año pasado con El humor de mi vida (Haper Collins), de la cómica y presentadora Paz Padilla, el libro de no ficción más vendido en España en 2021, con más de 200.000 ejemplares. En él, la humorista se desnuda emocionalmente tras la muerte de su pareja.

Dar con un buen libro a veces requiere una gran dosis de oportunidad y de suerte. Belén López Celada, directora editorial de Planeta, Ariel, Crítica y Península (del Grupo Planeta), cuenta que Ángel Martín hacía un noticiario en internet muy interesante y que la editorial creía que podía tener un libro detrás. “No sabíamos nada de su enfermedad, y cuando le propusimos escribir sobre su experiencia profesional nos dijo que sí que tenía un libro, pero que era de un tema que no nos podíamos imaginar”. La condición fue mantenerlo absolutamente en secreto hasta que saliera publicado, porque su enfermedad mental solo la conocía su círculo más íntimo. Tardó un año en publicarse.

Otro de los libros más vendidos en 2022 es Hasta que se me acaben las palabras. Mis recuerdos de radio y vida (Aguilar), las memorias del profesional de la radio Pepe Domingo Castaño, con más de 40.000 ejemplares en apenas cuatro meses, según la editorial. El locutor tenía un arranque de libro, unas 200 páginas escritas hace años sobre su infancia y los inicios en la profesión, pero siempre pensó que eso no iba a interesar a nadie. Cuando Aguilar se puso en contacto con él, Castaño sacó del cajón su texto, gustó mucho y le convencieron para completarlo con el resto de su vida.

La importancia de la escritura

Para Belén López Celada, el referente como autobiografía sería Si esto es un hombre (1947), del escritor italiano y judío Primo Levi, que narró el horror de Auschwitz tras sobrevivir al Holocausto. “Es tan importante la historia como la manera de contarla. Se valora mucho la voz, que realmente tengas la percepción, por la escritura y por el tono, de que esa persona te lo está contando en primera persona”, reflexiona la experta.

Para Trías, el caso ideal en este género literario es Open, la autobiografía que lanzó el tenista André Agassi en 2009 (en España, Duomo Ediciones). Ahí se alinearon las estrellas: un personaje famosísimo que revela una historia tremenda (un padre agresivo y un hijo forzado a triunfar en un deporte que llega a odiar), una gran calidad literaria y un éxito de ventas. El secreto: lo redactó un periodista Pulitzer y escritor famoso, JR Moehringer, autor de El bar de las grandes esperanzas, en primera persona. Sin engaños, el lector sabe desde el arranque que es un escritor quien lo ha redactado, pero desde la primera página se mete en la piel del estadounidense ganador de ocho torneos de Grand Slam.

A Moehringer no se le podría llamar ghost writer. Una figura, la del escritor fantasma, también conocida en la jerga como “negro literario”, de la que los editores reniegan: si alguien participa en la escritura, aparece su nombre o bien en la portada o bien en el interior del libro. Y preguntada sobre si pudiera darse que, con un volumen que se les entrega ya redactado, este podría haber sido elaborado previamente por una persona distinta al protagonista, Belén López Celada replica: “Para eso ya están los contratos firmados, que obligan al personaje a ser el autor del texto”. Un caso particular fue el del escritor Philip Roth que decidió contratar él mismo a Blake Bailey como su biógrafo y colaborar estrechamente con él hasta su fallecimiento. El libro y el autor no han estado exentos de polémica.

Lo que sí admiten los editores es la figura del colaborador. Por muy bueno que sea el personaje en lo suyo (músico, deportista, influencer, político), quizá no sepa escribir tan bien. Y en esos casos se puede proporcionar un experto (escritor, periodista) para que entreviste al protagonista, que grabe las conversaciones y redacte un borrador, que luego el interesado vuelve a corregir en varios pasos de ida y vuelta. Un caso curioso es el de Eric Jiménez, el batería de las bandas Los Planetas y Lagartija Nick, que escribió su libro, Cuatro millones de golpes (2017), y que en 2021 repitió el experimento de contar sus experiencias con Viaje al centro de mi cerebro, a base de grabar en Granada audios de voz, a veces larguísimos, que enviaba a Holden Centeno, novelista, autor de La chica de Los Planetas y experto en la banda andaluza.

Quizá la diferencia en este mundo de colaboradores literarios es que en otros países, como Estados Unidos, hay más costumbre de que el escritor aparezca en la portada, incluso cuando se trata de grandes políticos, según explica Pablo (nombre ficticio), un periodista que ha participado en una docena de estos proyectos editoriales como colaborador. Pero el panorama nacional es distinto: “En España, las editoriales te dicen que si sacas un libro de un famoso y en la portada pone que lo ha escrito otro parece que los fans del personaje no lo compran”.

El caso es que sus nombres aparecen en las páginas interiores del libro en un cuerpo de letra bastante pequeño. “A veces me preguntan si no me molesta que mi obra la firmen otros”, explica Pablo, “y yo siempre digo que no es mi obra, es lo que me ha contado un señor, y ni la información ni las vivencias son mías, solo soy el redactor”. Este escritor semifantasma, que suele cobrar unos 3.500 euros por proyecto, en los que calcula invertir tres meses y medio a tiempo parcial, también desvela un cambio radical en la autoconfianza de los autobiografiados. “Muchas veces, a estas personas se les propone hacer un libro y piensan que no se lo merecen, se encuentran muy inseguras al principio y creen que su vida no va a interesar a nadie”, explica, “y entonces hay que convencerlos de que su vida es muy interesante, pero que hay que contarla bien”. Luego la actitud suele cambiar: “Cuando acaban, todos esos miedos han desaparecido, quizá porque una persona ha estado escuchándolos durante horas con máximo interés. Y al final se muestran orgullosos de su libro”.

Aunque quizá son menos los títulos, a veces una autobiografía llega al mercado mediante la autoedición. En este caso las editoriales especializadas (los grandes grupos también tienen sus propios sellos de autoedición), reciben la propuesta del protagonista sin tener un interés previo. Lo explica María Jesús Trinidad, coordinadora editorial de la empresa sevillana Lantia, que además de imprimir libros bajo demanda para sellos propios y ajenos, y fomentar la autoedición, tiene sus propias marcas editoriales, como Samarcanda. “Normalmente es el autor el que paga y lo que le proponemos son unos servicios, de maquetación, de diseño, de corrección… no son libros que nosotros apostemos previamente por ellos”, resume Trinidad.

Es la vía utilizada con Karina. Aquel tiempo de entreluces (Samarcanda), la autobiografía que la cantante presentó durante la Feria del Libro. “En este caso fue la propia Karina la que se postuló, su representante se puso en contacto con nosotros”, explica Trinidad, que destaca lo que realmente interesa a los lectores de estos libros: “Ya conocen la parte profesional del personaje y lo que intentan es investigar en su vida personal, qué hace en su día a día, su familia, sus historias, la parte más humana”. A pesar de la menor implicación de las editoriales, en ciertos casos Samarcanda interviene más en la presentación y promoción del libro. Sobre todo, con personajes más relevantes, como ocurrió con el libro de Julián Contreras Ordóñez, hijo de Carmen Ordóñez. O con el reciente volumen de Zatu, el conocido rapero Saturnino Rey, del grupo SFDK.

Las incógnitas de la promoción

Sin embargo, por muchos análisis previos que se hagan y por mucho conocimiento que se tenga del mercado, las editoriales no saben si un título va a vender 5.000 o 60.000 ejemplares. Y aunque consideran que la promoción es fundamental para el despegue de un libro, también tienen claro que muchos libros pueden tener una gran repercusión, pero no todos tienen una gran venta. “Que haya un gran despliegue mediático sobre el libro, ¿nos va a ayudar a venderlo o incluso nos va a restar? Que citen extractos en medios de comunicación, ¿va a animar al lector a gastarse esos 20 euros o se va a plantear que ya sabe de qué va y no se lo compra?”, se pregunta Trías. También ocurre al revés, hay autores de pocos eventos y pocas firmas, pero de ventas más regulares, generadas por el boca-oreja.

Quizá alimentado por una mezcla de los dos procesos, la repercusión mediática y el boca-oreja, 2022 ha sorprendido con otro fenómeno: Canción de amor definitiva, libro de Jorge Martí Aguas, cantante de la banda valenciana La Habitación Roja, en el que su autor desnuda su doble vida, la que escenifica en España como líder de una banda de rock, y la que lleva en Noruega como enfermero en un hospital para pacientes con demencia y alzhéimer mientras cuida de sus hijas y del amor de su vida, Ingrid Øverås, que sufre del síndrome de fatiga crónica, y a la que ha dedicado 89 de las canciones del grupo. Un libro surgido a raíz de un documental sobre su vida (In the Middle of Norway) y que, finalmente, ha despertado, según Plaza & Janés, el interés de varias productoras para llevar su vida a la ficción. Pero esa, la del salto a las pantallas de las autobiografías, es ya otra historia.