Nueve “mujeres extraordinarias” de las artes, las ciencias y las letras donan un legado para reclamar la igualdad de género
El Instituto Cervantes celebra el 8-M con españolas y latinoamericanas punteras en la literatura, el flamenco, el periodismo, la investigación o la interpretación
Figuras femeninas de la literatura, el arte, la ciencia, la filología, el flamenco o la interpretación han querido, este martes, “poner su granito de arena para reclamar la igualdad entre sexos”, en palabras de la cantaora Carmen Linares, una de las nueve mujeres que han depositado un legado personal en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, esta institución ha organizado un acto, presidido por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en el que se ha subrayado que “la situación de las mujeres en el mundo sigue lastrada por la desigualdad, con problemas que van desde la violencia machista a la brecha salarial”, según Carmen Noguero, secretaria general del Cervantes. Calviño fue quien ha defendido a las participantes como “mujeres extraordinarias”.
El primero de los legados fue también un homenaje, en este caso a la filóloga y lexicógrafa María Moliner (Paniza, 1900 — Madrid, 1981), autora de uno de los diccionarios más importantes de la lengua española. Una nieta de Moliner, Genoveva Pitarch, ha destacado de ella que “su obra hoy perdura” y ha entregado en la caja 729 los dos tomos de la primera edición del Diccionario del uso del español, de 1966, el que ha pasado a la historia como “el María Moliner”.
Le siguió la novelista y poeta nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 73 años), exiliada de su país por la persecución que ella y otros intelectuales sufren por el Gobierno autoritario de Daniel Ortega. Una situación que le obligó a marcharse “con lo puesto”, ha apuntado. Su legado es su primer libro de poesía, de 1973; “unos poemas manuscritos” que tenía su hermana, Lucía, “que vive en Madrid”, y un colgante de mariposa que le ha acompañado desde hace años. Además, ha tenido un recuerdo para la escritora Almudena Grandes (fallecida el pasado 27 de noviembre), “perteneciente a una generación que ayudó a acabar con la invisibilidad de las mujeres por siglos en la literatura”.
También ha mencionado a Grandes la periodista y escritora Maruja Torres, de 78 años, en la intervención más emocionante: “Nuestra Almudena, la que no fue virgen, la escritora”. Torres ha entregado un ejemplar de su libro Espérame en el cielo, el que escribió para consolarse de “las ausencias de dos hombres” que la hicieron como es, ha explicado: los escritores Manuel Vázquez Montalbán y Terenci Moix. “Los dos nacieron, como yo, en Barcelona, en la posguerra, bajo la bota y la mordaza”, ha declarado. Del primero ha legado un volumen de Los mares del Sur y del segundo, El peso de la paja.
Cada una de las protagonistas fue presentada, a su vez, por una directiva del Cervantes, institución en la que el 65% de su plantilla son mujeres, como ha especificado Noguero. Así, el espacio que en su día fue la cámara acorazada para dejar dineros del antiguo Banco del Río de la Plata alberga hoy “cajas de sueños del ser humano, con especial valor en estos momentos de incertidumbre”, ha señalado la artista Lita Cabellut, oscense de 60 años. “Este tipo de actos dan prevalencia al arte, que si no existiera es como si dios hubiera apagado la luz”, ha añadido. Cabellut, pintora, ilustradora y escultora, ha entregado un ejemplar que ella misma ha ilustrado de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, “alguien que era capaz de convertir lo atroz en belleza”. También, las botas de trabajo que usó durante ese trabajo artístico.
Otra artista internacional es la escultora y grabadora donostiarra Cristina Iglesias, de 65 años, cuyo legado “es un pequeño libro, de 2007, con cinco grabados que representan las celosías que hay a la entrada del Parlamento vasco”, ha subrayado. Esa obra de arte, titulada Brújula de medianoche (2008), “representa tanto a los marineros que se iban, como a las mujeres que les esperaban y llevaban las casas”. El libro donado incluye un texto original en euskera, de 1547, una letanía con las coordenadas precisas para faenar en Terranova.
La cantaora jienense Carmen Linares, de 71 años, que ha puesto voz a poetas como Lorca o Miguel Hernández, ha reivindicado el flamenco “como una de las mejores músicas del mundo” y ha recordado su obra Antología (La mujer en el cante), disco de 1996 en el que recogió “los cantes creados por mujeres en la historia del flamenco, 27 estilos”. Una copia de ese trabajo, un doble CD-DVD, está ya en la Caja de las Letras junto al traje y los zapatos que llevaba cuando lo presentó en una actuación en el Teatro Monumental, en Madrid.
Otra prenda ha donado también la novelista y periodista colombiana Laura Restrepo, de 71 años. Se trata de “una camisita de hilo bordado que le pusieron en su primer día a José Asunción Silva, el más grande de los poetas colombianos”, ha indicado. Esa pequeña camisa se la dio una allegada de la familia del poeta a la madre de Restrepo, que se la regaló a la escritora. Restrepo ha recordado la terrible historia del bogotano Silva, que se suicidó el 24 de mayo de 1896. “El día anterior fue a su médico y le pidió que le dibujara sobre la camisa que llevaba el lugar donde estaba el corazón”. Ahí se pegó el tiro.
Aitana Sánchez-Gijón, de 53 años, que ha interpretado en el cine a grandes personajes femeninos como Ana Ozores, la protagonista de La Regenta, ha entregado un collar de la diseñadora Helena Rohner que llevó para el montaje de Un dios salvaje, obra teatral de Yasmina Reza. También, una edición de El hombre deshabitado, de Rafael Alberti, que ella interpretó con 18 años. Sánchez-Gijón ha recordado sus vínculos con el poeta de El Puerto de Santa María, al que conoció su padre, también exiliado en Roma. “Me llamo Aitana por Aitana Alberti, hija del poeta, que fue mi madrina”. De este autor dejó además el volumen Teatro, una edición de 1959 con dibujos del poeta.
La investigadora María Vallet-Regí, académica de Ingeniería y Farmacia, ha elegido asimismo libros. Dos suyos: “El primero que escribí sobre biomateriales, para médicos y universitarios, y el que publiqué años después de la misma materia, pero para que lo pudieran entender hasta los niños. La ciencia es bella y nos sirve para vivir mejor”, ha remarcado.
Clausuró el acto Calviño, que ha subrayado que “la igualdad de género es un factor para la prosperidad y el desarrollo, así como de un crecimiento fuerte y próspero”. Sobre esta cuestión, ha afirmado que España “es un país líder, en el que hay un Gobierno con tres vicepresidentas y que hace políticas feministas”. Y ha recordado que tras los legados entregados en el Cervantes hay 80 cajas con objetos de personalidades hispanohablantes, “30 de ellas de mujeres”.
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