_
_
_
_
TIPO DE LETRA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La hora de las escritoras malas

En medio de la polémica sobre la autodeterminación de género, la autora trans Camila Sosa Villada se llevó el premio Sor Juana a la mejor novela publicada en español por una mujer

La escritora argentina Camila Sosa Villada, en la Feria del Libro de Guadalajara (México) el 3 de diciembre de 2021.
La escritora argentina Camila Sosa Villada, en la Feria del Libro de Guadalajara (México) el 3 de diciembre de 2021.ULISES RUIZ (AFP)
Javier Rodríguez Marcos

“Una hija travesti, escritora, un monstruo de ese tamaño, retorcido de sí mismo, prisionero del mundo, siempre proclive a caer en pozos cada vez más hondos, un animal plañidero, solitario, siempre con ganas de rebelarse hasta contra los vientos a favor. Hay que tener una templanza de oro para ser padres de sujetos así, como yo”. En el mismo libro en el que Camila Sosa Villada escribe el párrafo anterior relata que su madre la enseñó a leer y su padre ―machista, violento, alcohólico y homófobo―, a escribir. Lo recuerda como el gesto de amor de un hombre que protege a su hija del analfabetismo. Lo primero que recuerda haber escrito, con cuatro años, es su nombre de varón: Cristian Omar.

Sosa Villada lo cuenta en El viaje inútil, un libro de apenas 100 páginas publicado este año en España por La Uña Rota en coedición con Documenta, el sello argentino que lo lanzó en Latinoamérica en 2018. Entre ambas fechas han pasado muchas cosas en la vida de su autora. Entre otras, que debutó como narradora con Las malas (Tusquets), el relato descarnado de su vida como prostituta en un ambiente lumpen. El año pasado, en medio de la polémica sobre la autodeterminación de género que dividió a la militancia feminista, la Feria del Libro de Guadalajara (México) le otorgó el premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela publicada en español por una mujer.

Instituido en 1993 y con un palmarés formado por nombres como los de Elena Garro, Margo Glantz, Cristina Rivera Garza, Claudia Piñeiro, Almudena Grandes o Laura Restrepo, llegará un día en que un galardón así no sea necesario, pero hoy sigue funcionando como un radar impagable. Fue el caso de Camila Sosa, que afirma escribir sobre “las travestis” ―no usa la palabra trans― como forma no solo de reconocer a las que considera las “últimas revolucionarias”, la “última bohemia”, sino también de remontar el desprecio ancestral y hacer visible una pieza que faltaba en el inconsciente colectivo: “Develarlo, ponerle palabras a eso para que la gente lo lea y lo escuche”.

Sin embargo, y siendo innegable el interés sociológico, el gran valor de sus libros es, sobre todo, literario. Su cortante prosa vuela tan alto como su agudeza para analizar la extrema desigualdad social. O como su maestría para dar con metáforas que ilustren la metamorfosis de un cuerpo humano. “Lo que la naturaleza no te da, el infierno te lo presta”, escribe Sosa Villada. La semana pasada contó en un coloquio en la FIL que, pese a las críticas que recibió “por frívola”, se había “puesto las tetas”: en los años que relata en Las malas, “ser bonita o ser fea” marcaba la diferencia entre comer o no. Furia y fiesta, su escritura nace del horror hasta que afloran los buenos recuerdos, que emiten siempre una luz especial. Ella lo dice así: “Llorar de alegría es como llover con sol”.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_