Pandemia taurina (I): los sueldos de los toreros, desde los mínimos del convenio hasta el gratis total
La limitación de los aforos de las plazas de toros incide gravemente en la economía de todos los sectores taurinos
La pandemia ha sido, sin duda, la peor cornada que la fiesta de los toros ha sufrido en toda su historia. Hoy, un año y medio después de que se suspendieran las primeras grandes ferias de 2020, el sector trata de recuperar la normalidad entre no pocas dificultades; una de ellas, la limitación de los aforos de las plazas ―entre el 50 y el 75 por ciento, según las comunidades autónomas― que tiene una incidencia capital en la cuenta de resultados de las empresas, el precio de los toros y el caché de los toreros.
¿Ganan o pierden los empresarios taurinos en la situación actual? ¿Cuánto cobra un ganadero por una corrida? ¿Qué cantidad reciben los toreros por vestirse de luces?
El empeño periodístico es harto dificultoso. Si hablar de dinero suele ser de mal gusto, en el mundo del toro es un tabú. Preguntar sobre ello es casi ofensivo, y todos los personajes interpelados se ponen en guardia, y se llevan las manos a los bolsillos cuando se les pregunta por precios y sueldos.
Después de muchas entrevistas, algunas de ellas fallidas, promesas de que tal o cual nombre permanecerá en secreto para siempre, dudas, silencios y medias verdades, la primera conclusión es que no ha sido posible averiguar datos concretos y fiables sobre las consecuencias económicas de la limitación de los aforos.
De todos modos, con las amables aportaciones de todos los taurinos participantes se puede elaborar un borrador aproximado de las dificultades monetarias de toreros, ganaderos y empresarios.
“A muchos matadores no les queda nada, pero torean para seguir vivos” (El Fundi)
Todos pierden por las limitaciones en las taquillas; pero no siempre en la misma medida en que se reduce el aforo. Depende de la categoría de las plazas y el prestigio de los toreros y los toros; del número de espectadores que acuden a cada festejo, del pago por la prestación de servicios―léase partida presupuestaria― de algunos ayuntamientos y de la presencia o no de las televisiones autonómicas o Movistar Toros.
Pero todos los que se visten de luces, incluidos los toreros más reconocidos, sufren una seria merma en sus emolumentos, que en la mayoría de los casos asciende al 50 por ciento de lo que cobraron en 2019.
No es posible condensar en una sola entrega un trabajo ciertamente incompleto, pero necesariamente extenso. Este primer capítulo está dedicado a los toreros, muchos de los cuales no se visten de luces desde que comenzó la pandemia; otros lo hacen por los honorarios mínimos que establece el convenio nacional taurino; algunos, muy pocos, se permiten el lujo de negociar emolumentos mayores, y hay quien se viste de luces gratuitamente.
Antes de continuar conviene aclarar las distintas categorías y clasificaciones que afectan a toreros y plazas y que inciden de lleno en el montante de los sueldos.
Los matadores, novilleros y rejoneadores se dividen en tres grupos:
A: Aquellos que en la temporada anterior ―en este caso, en 2019― han participado en un mínimo de 37 festejos.
B: Los que han toreado entre un mínimo de 13 y un máximo de 36 festejos.
C: Los demás.
Y las plazas se dividen en cuatro categorías:
1ª: Madrid, Sevilla, Córdoba, Málaga, Valencia, Zaragoza, Bilbao, San Sebastián, Pamplona y Barcelona.
2ª: Todas las capitales de provincia y otras de especial relevancia taurina.
3ª: Todas las que no sean portátiles.
4: Las portátiles no fijas.
“Los honorarios mínimos del convenio nacional no se cumplen en muchos casos” (David Prados, presidente de la UNPBE)
Sobre la base de estos dos criterios ―grupos de los toreros y categorías de las plazas― se establecen los honorarios mínimos en el convenio nacional ―el actual está prorrogado desde 2020― que los distintos estamentos negocian con la Dirección General de Trabajo.
Así, los toreros del grupo A cobran desde 21.107 euros en plaza de 1ª a 16.673 en una de 4ª; los del grupo B oscilan entre 15.873 y 10.705; y los del grupo C, entre 14.286 euros a 9.680.
Estas cantidades incluyen los sueldos de las cuadrillas y todo tipo de gastos generales.
En el caso de picadores y banderilleros, los que integran una cuadrilla del grupo A y hacen el paseíllo en plaza de 1ª perciben 1.661 euros, cantidad que se reduce a 1.446 en las plazas de 4ª. En los grupos B y C, el sueldo varía entre 1.271 y 749 euros.
Todas estas cantidades son brutas y a todas hay que restarles un 25 por ciento, ―incluidos los derechos de imagen―, acuerdo que alcanzaron los estamentos taurinos el año pasado para facilitar la celebración de festejos, y que se ha prorrogado hasta el 31 de diciembre próximo.
José Pedro Prados El Fundi, presidente de la Unión de Toreros, asegura que la limitación de aforos está afectando “muchísimo al caché de los toreros”. “Las figuras deben rebajar sus pretensiones, y los que más torean es porque se ajustan a las circunstancias, y eso es lo que hay”, añade.
Su hermano, David Prados, presidente de la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros (UNPBE), coincide con el planteamiento, y va más allá: “Hay matadores que torean sin cobrar, y algunos pierden dinero porque corren con todos los gastos; si el festejo se televisa, a veces hay que apañarse con los derechos de imagen”.
A los dos se les hace la misma pregunta: ¿se cumple el convenio en todos los festejos?
“No”, responde taxativo El Fundi. “Esa práctica ha existido siempre”, prosigue, “pero ahora se da con más frecuencia; todos quieren torear y hay empresas que abusan. A muchos matadores no les queda nada, y torean para seguir vivos”.
“No se cumple en muchos casos, para qué nos vamos a engañar”, añade el presidente de picadores y banderilleros. “Hay festejos en los que se descuentan el 50 o el 70 por ciento sobre los mínimos del convenio, lo cual no es legal, pero si las partes lo aceptan…”
Una figura que prefiere guardar el anonimato afirma que torea menos porque no está dispuesto a aceptar las condiciones económicas actuales; y un matador del grupo C ―menos de 13 festejos en 2020― revela que tras un reciente festejo en una plaza de tercera solo le quedaron libres 1.200 euros, cantidad que el empresario le ‘regaló’ por el buen funcionamiento de la taquilla.
La pandemia y la limitación de aforos ha afectado, lógicamente, al número de festejos, y aunque la temporada actual no se parece en nada a la del año pasado, muchos espectáculos no se han recuperado.
“Muchos empresarios y ayuntamientos no se atreven a organizar ferias porque temen que no salgan las cuentas; y los que se deciden lo hacen con fuertes presiones a la baja para ganaderos y toreros; y así vamos a estar varios años”, concluye El Fundi.
Hasta aquí el apartado dedicado a los toreros; es evidente que el enfermo ―la fiesta de los toros― ha salido del coma, pero está padeciendo en sus carnes una larga, dura y costosa rehabilitación. Torear por debajo de los mínimos legales o hacerlo gratis es una seria señal de alerta…
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