‘Charlatán’, el curandero que escrutaba la orina
La fascinante personalidad de su protagonista, leyenda de la Checoslovaquia de mitad de siglo XX, está bien narrada por la veterana cineasta polaca Agnieszka Holland
El Estado le investiga y la prensa lo denigra, pero el curandero sin formación médica tiene cada mañana ante su casa colas kilométricas de enfermos ansiosos por dejar atrás su desesperación. Vendemotos así ha habido en todo tiempo y lugar, pero el interés dramático de Jan Mikolásek (1889-1973) reside en una triple vertiente. Primero, porque se convirtió en leyenda en la Checoslovaquia de los años centrales del siglo XX, y acertar parece que acertaba bastante. Segundo, por su particular método de análisis: con una simple comprobación visual de la orina de sus pacientes, metida en un bote transparente, escrutando los colores y las texturas. Y tercero, y más relevante, porque en esos años dominaron el país nazis y comunistas, que temieron su poder entre la gente y sospecharon de sus posibles engaños, justo hasta que alguno de los gerifaltes de uno u otro bando se ponía enfermo y acababa acudiendo al bautizado como oráculo de la orina.
Con esas atractivas particularidades históricas y psicológicas, unidas a una personalidad fascinante por su complejidad, la veterana cineasta polaca Agnieszka Holland ha compuesto la notable Charlatán, nominada a la mejor dirección en los premios del Cine Europeo, que es al mismo tiempo relato político, crónica sentimental y thriller de intriga judicial. Un trabajo desplegado con cierta potencia visual, que además añade una banda sonora de corte disonante que encaja a la perfección con la historia: instrumentos de cuerda que vibran con el vigor del grito, chirridos de estupefacción ante lo que puede ser sobrenatural o estafa.
Holland, especialista en las contradicciones del ser humano atrapado en las telarañas de los Estados totalitarios —como el húngaro István Szabó, que también estrena hoy en España—, con obras como Europa, Europa (1990), In darkness (2011) y Mr. Jones (2019), articula su película con la disparidad que requiere un hombre ante el que no caben las respuestas tajantes. Un tipo que por momentos parece un inescrutable santón capaz de adivinar el día de la muerte de sus pacientes, mientras que en otros pasajes sorprende por su brutal violencia física y psicológica. Holland, de 73 años, sabe que no puede pontificar y, como en la católica El tercer milagro (1999), con la que hay variados paralelismos, tiene la madurez de dejar las respuestas al espectador.
CHARLATÁN
Dirección: Agnieszka Holland.
Intérpretes: Ivan Trojan, Luraj Loj, Josef Trojan, Jaroslava Pokorná.
Género: drama. República Checa, 2020.
Duración: 118 minutos.
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