_
_
_
_

Los superhéroes del tebeo se rinden a los dibujantes españoles

Decenas de artistas, desde Granada, Zaragoza o Madrid, se sitúan en la primera línea de los cómics de Marvel y DC y arrasan a menudo en los premios Eisner, los llamados Oscar de la historieta

Moongirl, en una página dibujada por Natacha Bustos.
Moongirl, en una página dibujada por Natacha Bustos.Marvel

“C.B. Cebulski me confesó que, actualmente, hay más dibujantes españoles en Marvel que norteamericanos”. El tal Cebulski es el actual editor jefe de Marvel. Y el que comparte esa confesión es Carlos Pacheco (San Roque, 60 años), uno de los primeros españoles en conquistar las viñetas de DC y de Marvel. La declaración resume un fenómeno que explica que año sí y año también los españoles arrasen en los premios Eisner (los Oscars del tebeo entregados anualmente en la Comic-Con de San Diego). Otros expertos, como el agente y guionista David Macho, se atreven a dar números: “Si así de primeras se me vienen más de 40 nombres a la cabeza, estimo que habrá entre 50 y 70. Aproximadamente, un 60% del mercado del cómic norteamericano.”

Más información
Paco Roca, Premio Nacional del Cómic.
Los Eisner se rinden a Paco Roca y Emma Ríos
Una página de 'La visión' de Walta.
El dibujante español Gabriel H. Walta gana un Oscar del cómic por ‘La visión’

Trabajan desde Zaragoza, Granada o Madrid, pero de sus lápices y pinceles, digitales o no, surgen algunas de las aventuras más esenciales y galardonadas del tebeo contemporáneo. Marcos Martín, David Aja, Emma Ríos, Paco Roca, Julia Madrigal, Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido… La lista es interminable y no solo dentro del cómic de superhéroes, sino también en lo que sería el Oscar a mejor película extranjera, el que han ganado ya en varias ocasiones Roca y el dúo de Guarnido y Canales por su obra Blacksad (cuatro Eisner).

Pero es en los tebeos de superhéroes, en la primera línea de los Spider-Man, X-Men o Batman, donde los españoles están marcando el tempo del presente. Uno de ellos es Gabriel H. Walta, doble ganador del Eisner por La Visión (el mismo personaje al que interpreta Paul Bettany en el universo cinematográfico) en compañía del guionista Tom King. El recuerdo de cómo lo vivió con su familia tiene algo de charada. “Me quedé de madrugada actualizando el Twitter y cuando lo vi desperté a mis hijas y a mi mujer. ‘¡He ganado!’. ‘Ah muy bien’, fue la respuesta. Luego cuando desayunaron sí lo celebraron, pero siempre se lo recuerdo a las tres”, se ríe.

La primera página del único cómic de Batman con guion y dibujo de españoles, David Macho y Rubén Pellejero.
La primera página del único cómic de Batman con guion y dibujo de españoles, David Macho y Rubén Pellejero.

Aunque ya en los setenta el veterano José Luis García López se convirtió en el primer español en dibujar a Superman, la actual explosión de talento de España en Estados Unidos tiene unos orígenes claros: los de unos pioneros que pudieron dar el salto, allá por los noventa, a las primeras editoriales del mundo. Pacheco lo recuerda como algo “casi imposible”. Y agrega: “Por aquel entonces, el comic había adquirido, como el cine, una visión de sí mismo más intelectual y contestataria en nuestro país y estaba mal visto que, por mucho que te gustara el tebeo europeo y español, tuvieras aprecio a los superhéroes.”

A Pacheco el salto le llegó como una carambola. La editorial Fórum, que comenzó a publicar con calidad tebeo de superhéroes, le encargó adaptar el arte norteamericano con versiones de las portadas y cartelería de los grandes personajes de DC y Marvel. Ahí el artista tomó una decisión clave. Le pidieron que se pusiera un seudónimo inglés por temor a la desconfianza de las editoriales norteamericanas. “Me negué. Les dije que como mucho firmaba con mis iniciales. Creo que fue un momento importante, porque si llego a aceptar se hubiera desdibujado mucho la trascendencia del hecho”, cuenta. De ese trabajo en Fórum saltó a la filial de Marvel y, de ahí, al estrellato en Estados Unidos junto con los otros grandes pioneros: Salvador Larroca, Oscar Jiménez y, algo después, Pasqual Ferry.

Viñetas de Gabriel H. Walta.
Viñetas de Gabriel H. Walta.Marvel

Paralelamente, David Macho Gómez (A Coruña, 47 años) recorría, portafolio bajo el brazo, los pasillos de la Comic-Con de San Diego. Era un rara avis, un agente personal que enseñaba los trabajos de tres españoles —Ramón Bachs, Jesús Saiz y Fernando Blanco—. “Yo no iba a eso. De hecho iba a afianzar contactos para montar un salón de cómic en Coruña [lo que luego sería Viñetas desde o Atlántico, activo desde 1998]. Pero me lo pidieron a ver qué pasaba y volví con trabajo al primer intento”, apunta. Desde entonces, el número de autores que Macho y otros agentes, como Pepe Caldelas o Joaquín García, representan se ha multiplicado. Macho resume las claves: “Talento, disciplina y amabilidad. Como decía Stan Lee, puedes ser tres cosas para sobrevivir en el tebeo: muy amable, muy eficiente o muy bueno. Y los españoles cumplen las tres”.

Cumplir las tres características es el modo de ascender en los page-rates, la tarifa de dibujantes por cada página, y finalmente lograr el ansiado contrato de exclusividad con una de las dos grandes (Marvel o DC). Empezar, se empieza sin cobrar. Los gerentes de talento y editores, sea en un salón del cómic o por correo electrónico, reciben la solicitud de un aspirante. Algunas veces hay sendas más atípicas, como la de Javier Rodríguez, que ya como colorista asentado (llegó a tener un contrato de exclusividad en Marvel) decidió probarse con los pinceles. Él lo explica así: “Se dio la paradoja de que yo no me podía permitir a mí mismo como colorista de mis lápices [así se conoce en el argot el dibujo en sí], porque mi page-rate como dibujante era mucho más bajo que como colorista”. La jugada le salió bien con un punto culminante en la serie de Spider-Woman, donde firmó una portada de la superheroína embarazada que dio la vuelta al mundo.

Página de Carmen Carnero en la serie dedicada a Capitana Marvel.
Página de Carmen Carnero en la serie dedicada a Capitana Marvel.Marvel

Si el candidato promete, le ofrecen un guion a realizar, normalmente sin fecha, aunque se evalúa la velocidad, y el dibujante devuelve unas páginas de prueba. Si el editor adquiere confianza, el siguiente paso son los fill ins, sustituciones de dibujantes senior o páginas sueltas de un número. “Esa es tu oportunidad, el número de descanso de un artista habitual. Si lo haces bien, te volverán a llamar”, resume Carmen Carnero (Málaga, 38 años), exclusiva de Marvel y responsable del nuevo look de uno de sus personajes clave en la actualidad, Capitana Marvel.

Un oficio duro y a contrarreloj

“Se me grabó a fuego: lo más importante es entregar a tiempo, eches las horas que eches”, así define Carmen Carnero el mantra detrás de la profesión de hacer volar a Superman sobre Metrópolis o enredar con Spider-Man las calles de Nueva York. Carlos Pacheco, leyenda viva de la industria, es aún más claro: “Este es un oficio industrial donde a veces se crean obras de arte. Pero es industrial. No se para. No se puede parar". Todos los entrevistados coinciden en que lo más duro, y lo más crucial, son, en efecto, las fechas de entrega. Pepe Larraz coincide: “Creo que el 'deadline' es realmente lo que define la industria”. El estándar habitual es cuatro semanas para un cómic de 20 páginas.

Esta fase del ascenso en la carrera es ya remunerada. Y es incluso un buen refugio para dibujantes más veteranos que no tengan disponibilidad a tiempo completo. Es el caso de Natacha Bustos (Ibiza, 40 años), que compagina su maternidad con una vuelta a los fill-ins porque no puede entregarse por entero a una serie regular. “Estoy haciendo eso y una novela gráfica juvenil de un personaje muy conocido de Marvel, que aún no está anunciada. Ese tipo de trabajo me hace más feliz, porque las entregas son más flexibles. Ahora mismo, con un hijo, no tengo tiempo para una serie regular. Ni me apetece”, anota Bustos.

La última etapa de prestigio es ganarse el deseo de las dos grandes, Marvel o DC, a firmar un contrato en exclusivo. Es el caso de Pepe Larraz y Álvaro Martínez, los dos en la cúspide de los pinceles, el primero llevando a los mutantes de X-Men a su punto álgido del presente y el otro haciendo de Batman Detective Comics una serie con su sello. Larraz resume que para llegar a este punto el dibujante tiene que tener claro qué tipo de carrera quiere: “La gente te va a comprar lo que tú vendas. Si te especializas en hacer proyectos rápidos de una calidad media te van a llamar para proyectos rápidos de una calidad media. Pero si quieres llegar más allá, y eso es lo que yo intentaba, lo que necesitas es ganar tiempo”. Martínez define su situación con un contrato de exclusividad con DC como “inmejorable”. Los detalles del acuerdo se resumen, en esencia, en una serie de números mínimos al año que la editorial se compromete a proveer al dibujante, lo que cobra por página y las unidades de royalties que percibe por cada obra; a cambio, exclusividad total en el tebeo al menos en Estados Unidos. “Es un trato en ambos sentidos. A mí me garantiza presencia en el mercado e ingresos. A ellos, que te tienen en exclusiva”, matiza Martínez.

Página dibujada por Pepe Larraz.
Página dibujada por Pepe Larraz.Marvel

Sarah Brunstad (Sacramento, California, 32 años), editora en Marvel, destaca la férrea comunidad española que se ha creado: “La impresión que tenemos es que es un grupo muy unido y que se ayuda mucho. Eso nos ayuda a nosotros también, porque siempre nos presentan nuevos artistas si tenemos necesidad”. Uno de los puntos de encuentro clave de esa comunidad son, año a año, las Jornadas de Cómic de Avilés, las más longevas del país, codirigidas por Jorge Iván Argiz (Monforte de Lemos, 47 años) y Ángel De la Calle. Argiz no le ve horizonte al fenómeno que lleva regalando nutridas mesas a la convención de dibujantes españoles en lo más granado del cómic superheroico: “Últimamente nos dicen que traemos más dibujantes españoles que extranjeros. Y yo respondo que si queremos traer a los mejores, sea un salón en Italia, Francia o España, tenemos que traer españoles. La calidad que tienen es demoledora. Y los que vienen jovencitos no van a estar a la zaga. Esto, por suerte, ha venido para quedarse.”

Palabras ausentes

En los pinceles está claro que los superhéroes se han abierto al mundo. Pero en las palabras, se cuentan con los dedos de una mano las oportunidades a guionistas extranjeros. Uno de ellos fue el novelista Rafa Marín (Cádiz, 1959), que vivió una experiencia agridulce en Marvel durante un par de años: “Ni me acuerdo ni quiero recordarlo”, resume. Por un lado, disfrutó de guionizar Los 4 Fantásticos junto a Carlos Pacheco. “Me metió por enchufe, no tengo ningún problema en reconocerlo”, agrega. Por otro, recuerda con desilusión como los guiones “cambiaban” al ser publicados. Marín expresa que sentía una “desconfianza” de los editores y también un “desconocimiento” de la historia de sus propios personajes. Pacheco, sin embargo, manifiesta que desde su lado vio “totalmente normal” el proceso. Pero los tiempos podrían estar a punto de cambiar. Sarah Brunstad, editora de Marvel, lo confirma: “Definitivamente, queremos reclutar a más escritores internacionales. Por supuesto, tener que pedir muestras en español y traducirlas obliga a un trabajo extra a todo el mundo. Pero es una dirección que queremos explorar". Marín recupera la sonrisa recordando una anécdota: “Lo más bonito es cuando conocí a Tom DeFalco (uno de los guionistas más afamados de Spider-Man) y me dijo: ‘Cuando trabajabais con Los 4 Fantásticos, todo el mundo se preguntaba: ‘Qué están haciendo estos tíos.’ Y cuando dejasteis de hacerlos: 'Oh, no, por qué se van.’ Creo que lo resume muy bien".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_