Los Eisner se rinden a Paco Roca y Emma Ríos
La Comic-Con encumbra la obra de autoras como Mariko Tamaki, Lynda Barry y Raina Telgemeier en una edición que afianza a la viñeta española en Estados Unidos
Si hay alguien que simboliza la edad dorada que vive el cómic de autor en España es Paco Roca. No porque otros autores no estén a su altura, sino porque él logró dar con la clave de la popularidad con unos álbumes que tocaban asuntos propios de los ensayos de historia o de los estudios sociológicos. La viñeta pescando en aguas profundas y turbias. En España tenía ya todo el reconocimiento: premio Nacional por Arrugas en 2008 y ventas apabullantes en casi todas las obras que le siguieron —comparadas con la tirada media del sector, que ronda entre mil y dos mil ejemplares—. Sin embargo, no había logrado hasta ahora un premio internacional significativo.
Ayer, gracias a su libro más íntimo, surgido tras la muerte de su padre, La casa, publicado en Estados Unidos por Fantagraphics (además de en inglés, habrá versión en español), Roca recibió el Eisner a la mejor edición de material internacional, un galardón que se le había resistido en 2017, cuando se tradujo Arrugas, que necesitó una década para abrirse camino en EE UU.
Producción local
Lo que convierte en excepcional el premio de ayer a La casa es que se trata de un álbum con el marchamo español en todas sus fases de producción, desde la creación a la edición. Si bien Roca no es el primer dibujante español en ganar Eisner —David Aja, Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, entre otros, acumulan unos cuantos por trabajos realizados para EE UU y Francia— sí se puede considerar el primero que lo logra con una obra de producción local en un mercado que hasta ahora se había mostrado muy poco interesado en el cómic de autor made in Spain, un género que vive un peculiar siglo de oro en lo creativo, al tiempo que sufre una notable precariedad en lo laboral.
No es el caso de Emma Ríos, la dibujante gallega de 43 años, que trabaja directamente para la industria americana desde hace más de una década y que ayer se alzó con el Eisner a la mejor portada por la tercera entrega de Bella Muerte. La rata, la serie que ha creado junto a Sue DeConnick. “No daba un duro por ganar. Ni de coña”, respondió al teléfono entre risas Emma Ríos desde su casa de A Coruña. “Todavía hay algunos prejuicios en España. Existe la creencia de que el cómic es solo para críos. Para acabar con esa leyenda se empezó a utilizar lo de novela gráfica. Es verdad que se lee poco en España. No solo tebeos: en general. Pero yo soy optimista. Creo que el género tiene grandes profesionales españoles”, apunta la dibujante, que dejó hace 13 años su profesión de arquitecta para dedicarse exclusivamente al cómic. Aunque ha sido varias veces nominada, este es su primer Eisner. Como los Oscar, no conlleva una dotación económica. “Es solo exposición. Pero es muy importante”, apunta. Bella Muerte 3. La rata, basada en el Hollywood clásico, es una trama envuelta en hadas y mitología oscura.
Los Eisner son los reconocimientos más importantes que otorga la industria del cómic en Estados Unidos, uno de los mercados más potentes del género junto al franco-belga y al japonés. Estos premios, que se entregan anualmente durante la Comic Con de San Diego, no han podido celebrar su fiesta en esta ocasión por la pandemia. Los ganadores se han desvelado en una ceremonia virtual presentada por el actor Phil Lamarr.
Triunfan las autoras
Por si quedaban algunas dudas sobre ellas, los Eisner han encumbrado a algunas autoras que ya contaban con sólidas carreras a sus espaldas. Raina Telgemeier se impuso en las categorías de mejor guionista/artista y mejor álbum para niños con Guts (Coraje, que acaba de publicarse en España en Maeva). Telgemeier ha logrado dar con la tecla del éxito con obras que se adentran en angustias propias de la adolescencia, inspiradas casi siempre en su propio pasado y urdidas con unos dibujos de línea clara. En España también se ha editado recientemente un nuevo tomo de El club de las canguro, la serie basada en las novelas de Ann. M Martin que Telgemeier ha adaptado al formato gráfico.
La canadiense Mariko Tamaki ganó el Eisner al mejor guion por Laura Dean me ha vuelto a dejar, publicado en España por La Cúpula. Una novela gráfica, dibujada por Rosemary Valero-O’Connell, que aborda el acoso escolar, la homofobia y las relaciones tóxicas sin perder el sentido del humor y que se alzó con un segundo Eisner a la mejor obra para adolescentes. Pero también fue el año de la estadounidense Linda Barry, que ganó dos Eisner por Making Comics, y el de Tillie Walden por ¿Me estás escuchando? (mejor álbum nuevo), publicada en España por La Cúpula. La única obra de Barry traducida en España es, de momento, Mis cien demonios, editada por Reservoir Books.
Babelia
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