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Bérgamo pide ayuda al cine para superar el trauma de la pandemia

Una de las ciudades italianas más golpeadas acoge su festival con la mirada puesta en el futuro, pero sin películas sobre el coronavirus. “Es demasiado pronto para hablar de ello”, dice una organizadora

Tommaso Koch
Fotograma de 'Une vie démente', de Ann Sirot y Raphaël Balboni, que compite en el Bergamo Film Meeting.
Fotograma de 'Une vie démente', de Ann Sirot y Raphaël Balboni, que compite en el Bergamo Film Meeting.Bergamo FIlm Meeting

Todo el mundo ha sufrido por el coronavirus. Pero Bérgamo, si cabe, incluso más. Porque esta ciudad de 120.000 habitantes en el Norte de Italia se convirtió hace un año y un mes en el epicentro global de la pandemia. Lo que hoy es tristemente familiar para cualquiera aquí golpeó antes, con un virus entonces casi desconocido, y por eso más aterrador. El Instituto Nacional de Estadística calculó recientemente que la provincia de Bérgamo registró en marzo de 2020 un exceso de fallecimientos del 568% frente a la media de decesos entre 2015 y 2019. Y la tragedia quedó condensada en una fotografía que dio la vuelta al planeta: una procesión de camiones del ejército sacaba decenas de ataúdes de la ciudad. Los muertos no cabían en los cementerios locales.

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“Pasaron justo debajo de mi casa. Esa imagen encierra el símbolo de esos días”, se emociona Fiammetta Girola, codirectora del Bergamo Film Meeting. El recuerdo aumenta, pues, la importancia de la 39ª edición de este festival de cine, que hasta el 2 de mayo intentará ayudar a la ciudad a mirar hacia adelante. “El año pasado tuvimos que cancelarlo. Al principio nos frustró, pero a posteriori entendimos que habría sido otra ocasión de contagio. Eso sí, ahora queríamos celebrarlo a toda costa, también para unirnos alrededor de una iniciativa”, explica Girola. A la vez, sin embargo, resulta demasiado pronto para olvidar. Así que el certamen ha preferido no incluir ninguna película que tenga que ver con la covid-19.

Camiones del ejército italiano trasladan decenas de ataúdes de Bergamo el 18 de marzo de 2020.
Camiones del ejército italiano trasladan decenas de ataúdes de Bergamo el 18 de marzo de 2020. FILIPPO VENEZIA (EFE)

“Ha sido una elección doble. Por un lado, lo cierto es que no hemos recibido muchos filmes sobre la pandemia. Pero, al mismo tiempo, no quisimos ir a buscarlos. Para nosotros la herida ha sido especialmente profunda y hace falta tiempo incluso para hablar de ello. Todos hemos visto millones de noticiarios, pero una película es otra cosa. Y yo aún no he encontrado una que logre contar lo que la gente ha vivido”, agrega Girola. A este, se sumó otro dilema: tras cruzar los dedos durante meses, y aplazar la cita de marzo a abril, terminaron por descartar la celebración presencial, o un modelo híbrido. “Vives en una constante incertidumbre. Te dicen que mañana reabren las salas. Luego que no, que se han equivocado, y se cierran otras dos semanas. Acabas decidiendo tú”, dice la codirectora. Finalmente, en una Italia que este lunes empezó su reapertura tras semanas de duras restricciones, el Bergamo Film Meeting invita a encontrarse en internet.

Un usuario ve 'Brucia. Ancora', película de inauguración del Bérgamo Film Meeting, en su móvil.
Un usuario ve 'Brucia. Ancora', película de inauguración del Bérgamo Film Meeting, en su móvil.Flickr del Bérgamo Film Meeting (EL PAÍS)

Ahí, cualquiera puede disfrutar gratuitamente de su película de inauguración: Brucia ancora. Es decir, un montaje que suma al filme mudo de 1916 Il fuoco, de Giovanni Pastrone, la música compuesta y grabada por cuatro artistas en puntos icónicos de la ciudad. “Se llama Meeting, y no festival, porque queremos subrayar la idea del encuentro, de la comunidad. Intentamos derribar las barreras y poner a todos en el mismo nivel: creadores, técnicos, críticos o espectadores”, destaca Girola. La codirectora también subraya una programación que incluye unas 150 películas, repartidas entre una competición oficial, varias secciones secundarias y focos especiales sobre la maestra polaca de la animación Izabela Plucińska, el director portugués João Nicolau o las francesas Mia Hansen-Love y Agnès Varda. El certamen, además, dedica un apartado a los más pequeños y a las escuelas, en colaboración con la Cineteca de Milán.

Preparativos de uno de los encuentros del Bergamo Film Meeting.
Preparativos de uno de los encuentros del Bergamo Film Meeting.Flickr del Bérgamo Film Meeting (EL PAÍS)

El público recoge así estos días los frutos de una larga búsqueda de los organizadores. “Proyectamos muchas obras que no están siquiera en el mercado. Algunos de los primeros filmes de Jerzy Skolimowski o Márta Mészáros no se encuentran así como así y se cuelgan en línea”, insiste Girola. Y confía en que su selección, así como las charlas y coloquios del certamen, sirvan para encarar el futuro con esperanza: “Fue realmente duro. Cuando te das cuenta de que estás rodeado por el dolor y vives instalado en el miedo de que te pase a ti también, casi intentas dejar a un lado la empatía, porque no consigues soportarlo. Y te dices a ti mismo: ‘¿Terminará algún día?”. Aunque sea solo en internet, el Bergamo Film Meeting es una respuesta.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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