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Las nuevas puertas de la catedral de Burgos abren un debate en su 800 aniversario

La Unesco advierte contra el cambio de los portones del templo por una obra de Antonio López valorada en 1,2 millones

Juan Navarro
Recreación de la portada de la catedral de Burgos que prepara Antonio López.
Recreación de la portada de la catedral de Burgos que prepara Antonio López.

La catedral de Burgos está de aniversario. Esta joya del gótico, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y emblema de la ciudad, cumplirá ―el 20 de julio 800― años desde el inicio de su construcción. El templo encara la efeméride en medio de una encendida polémica sobre el destino de sus puertas neoclásicas de madera. El Arzobispado de Burgos ha confiado en Antonio López para instalar en su lugar tres portones de bronce con los rostros de Dios, la virgen María y Jesucristo, todo con un “valor cultural, social y evangelizador”. El proyecto cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros.

El plan ha provocado, sin embargo, un movimiento de rechazo, encabezado por el pintor burgalés Juan Vallejo, de 71 años, que ha recogido 30.000 firmas en la plataforma Change.org para detener lo que considera “una barbaridad”.

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), una organización no gubernamental ligada a la Unesco, también ha reprobado el cambio, si bien, su postura no es vinculante. Pero el Arzobispado sigue “convencido” del proyecto y espera que lo respalde la Comisión Regional de Patrimonio de Castilla y León, que tiene la última palabra.

El pintor Juan Vallejo ha recogido 30.000 firmas en contra del proyecto

La indignación cabalga en la voz de Vallejo, afincado en Madrid, quien relata por teléfono que “los fastos llevan tres años pergeñándose” para “tirar la casa por la ventana”. No entiende la sustitución de esas viejas y robustas puertas de olmo con aldabas en forma de león y con más de 200 años, que dan acceso al templo por la plaza de Santa María, para que sean reemplazadas por unas de bronce. “No tengo nada contra Antonio López”, aclara. Pero critica el desembolso en tiempos de penuria social y denuncia que el templo siga sin calefacción.

Los portones, destaca Vicente Rebollo, administrador del cabildo catedralicio, están aún elaborándose. Hay uno en la fundición, mientras que el diseño del principal está culminándose. Si la Junta deniega su instalación, se expondrán igualmente en el templo como una “obra de arte”. Antonio López ha evitado pronunciarse en conversación telefónica con este diario: “Estamos trabajando en ellas, ya hablaremos en unos días”.

En su campaña, Vallejo ha contactado con la Unesco y ha enviado un detallado informe al papa Francisco por correo electrónico para denunciar ante el Vaticano la “egolatría” de este derroche en tiempos difíciles. Poco confía, en cambio, en el Arzobispado local, con el que lleva décadas enfrentado. El pintor se personó en 1993 en la sede de la Unesco, en París, para denunciar el deterioro de la catedral, que “se caía” ante la pasividad de sus responsables.

Fachada principal de la Catedral de Burgos.
Fachada principal de la Catedral de Burgos.Cristina Arias

Las 350 fotos que presentó entonces, aliado con un sacristán que le permitía observar los daños abriéndole el paso al amanecer para que no lo pillaran, provocaron la respuesta de este organismo de la ONU: si no actuaban, le retirarían al monumento burgalés el título de Patrimonio de la Humanidad otorgado nueve años antes.

El “suicidio” de San Lorenzo, ilustra Vallejo con tono épico, afianzó su causa: una escultura de dos metros de la puerta principal, la que ahora quiere alterarse, se cayó precisamente el día de San Lorenzo, el 10 de agosto de 1993, “y casi mata a unos que salían de una boda”. Los daños y la movilización posterior desencadenaron que incluso la entonces ministra de Cultura, Carmen Alborch, presionara para que este prodigio gótico estuviese bien atendido. Ahora, la Unesco ha ratificado el informe negativo de Icomos y ha subrayado que el cambio previsto atentaría contra el “valor excepcional” de la catedral.

Sin embargo, uno de los argumentos que esgrime el Arzobispado y que tampoco convence a Vallejo se refiere a un “retorno económico muy importante” para Burgos, pues sostiene que cualquier visitante podrá contemplar gratuitamente una obra de Antonio López. La entidad religiosa considera “de escaso valor artístico” las puertas de madera, datadas en 1790 y que antaño costaron 3.918 reales y 25 maravedíes para remplazar a las originales, góticas, sobre las que no consta documentación. Si se retiraran, se mostrarían en otra parte de la iglesia.

El Arzobispado defiende las nuevas “aportaciones artísticas”

El Arzobispado, que recalca “la satisfacción de todas las entidades públicas” a las que se ha informado del proyecto, reivindica que la catedral burgalesa “continúe enriqueciéndose con aportaciones artísticas, como ha ocurrido en el transcurso de los siglos”. Portavoces del área de Cultura de la Junta explican que debatirán el proyecto cuando se presente en la Comisión Regional de Patrimonio.

La conmemoración de la efeméride incluye una partida del Ayuntamiento, dirigido por Daniel de la Rosa (PSOE), que otorga 700.000 euros para que la Fundación VIII Centenario acometa mejoras en la catedral. La Vuelta ciclista a España, a su vez, partirá desde allí este verano. Quedan cinco meses para saber si se afianza lo que unos llaman “esperpento” y otros “magnífica obra”.

El rostro es de Dios... ¿o del escultor?

El Arzobispado de Burgos ha destacado que en la nueva puerta principal de bronce de la catedral se plasmará la imagen de Dios Padre, “que es amor y misericordia”; en la puerta de la izquierda, la Anunciación, en la que el Espíritu Santo cubre con su sombra a la Virgen María; y a la derecha, una escena de la infancia de Jesús, cuya “pureza e inocencia renueva el universo”.

Juan Vallejo, el pintor que encabeza el movimiento de rechazo a las puertas de Antonio López, considera que en el boceto el escultor se “autorretrata” en la imagen central a modo de Dios, y a sus lados ubica a su esposa y a su hijo. Vallejo lo presenta como un “atropello artístico”, mientras que Vicente Rebollo, administrador del cabildo catedralicio, mantiene que hasta que no conozca la imagen final no podrán pronunciarse. No obstante, Rebollo cree “curioso” este planteamiento porque en realidad López tiene dos hijas y no hijos: “Ya veremos cómo queda”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.

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