Bob Dylan vende todas las canciones de su carrera a Universal Music
La discográfica no revela el precio de la colección de más de 600 composiciones del artista, que podría llegar a los 300 millones de dólares
La discográfica Universal Music ha acordado comprar todo el catálogo de canciones de Bob Dylan. La compañía no ha revelado el precio de adquisición de la colección, que abarca unas 600 composiciones realizadas en seis décadas, desde Like a Rolling Stone, de 1965, hasta Murder Most Foul, que vio la luz este año, pero el diario The New York Times estima en más de 300 millones de dólares (unos 247 millones de euros) el valor de las canciones del artista. El acuerdo no incluye las grabaciones. La música de Dylan es un negocio seguro. Sus canciones no solo han resistido la prueba del tiempo, sino que la mayoría fueron escritas solo por él, reduciendo la posibilidad de negociación con otras partes. Al creador de Blowin’ in the Wind se le considera unos de los artistas más versionados de la historia de la música popular. Según Universal, las canciones de Dylan se han grabado más de 6.000 veces. Cada uso de sus composiciones, bien sea en transmisiones de radio, eventos públicos, películas, series, programas de televisión y hasta bodas, genera regalías. También las versiones de sus canciones en conciertos y discos ajenos, una constante hasta nuestros días. Porque Dylan sigue siendo versionado.
Esta adquisición demuestra que hoy por hoy el verdadero pastel del negocio musical pasa por los derechos de autor y edición. En una industria donde las ventas de discos han dejado de ser el gran soporte económico de discográficas y artistas, los derechos de edición y publicación llevan ya años siendo los mayores generadores de regalías en el negocio. Y lo son aún más en el actual panorama musical, gravemente afectado por la pandemia del coronavirus que ha arrasado el circuito global de festivales y limitado hasta lo exiguo los conciertos. Por tanto, la reproducción musical, tanto física como en streaming, es el bastón sobre el que se sostiene una industria discográfica, lejos de sus años dorados, tambaleante y adaptándose a los tiempos.
El acuerdo de Dylan incluye el 100% de sus derechos sobre todas las canciones de su catálogo, incluidos los ingresos que recibe como compositor y su control de los derechos de autor de cada canción. A cambio de su pago a Dylan, Universal, una división del conglomerado de medios francés Vivendi, recaudará todos los ingresos futuros de las canciones. Un acuerdo, que es uno de los más importantes hasta la fecha firmado por un artista, anticipa que el músico quiere dejar una buena herencia a los suyos apartándose de batallas futuras sobre sus canciones.
La lucha por el control
La industria busca pescar en catálogos jugosos. Recientemente, Taylor Swift, una de las grandes estrellas del pop mundial, protagonizó una sonada disputa por los derechos de sus canciones. Una maniobra empresarial por parte de su antigua discográfica hizo que la cantante perdiese los derechos de sus seis primeros discos, cuyas canciones estaban compuestas por ella, y que no pudiese usarlas ni cantarlas en público. La cantante y compositora llegó a denunciar lo que ocurría en las redes sociales y pidió a sus fans que no comprasen esos discos. Tras una dura negociación, desde el pasado mes de noviembre, Swift ya puede volver a apropiarse de esos temas con la única condición de grabarlos de nuevo. De hecho, ya ha comenzado a grabar sus canciones antiguas, después de que un fondo de inversión haya adquirido los derechos de sus primeros seis álbumes por un valor de más de 250 millones de euros.
El valor de las canciones de Dylan se ha disparado en los últimos años gracias al streaming. “No es exagerado decir que su vasto trabajo ha capturado el amor y la admiración de millones de personas en todo el mundo”, ha explicado el director ejecutivo de Universal, Lucian Grainge, en un comunicado. “No tengo ninguna duda de que en décadas, incluso siglos a partir de ahora, la letra y la música de Bob Dylan se seguirán cantando y tocando, y apreciando, en todas partes”.
En 2004, la revista Rolling Stone incluyó 15 de las composiciones de Dylan en su lista de las mejores canciones de todos los tiempos y colocó Like a Rolling Stone en lo más alto de la clasificación. Solo The Beatles lograron más presencias en el ranking.
Dylan, de 79 años, empezó su carrera a principios de los años sesenta con canciones en las que se posicionaba en contra de la guerra de Vietnam. A mediados de la década, pasó a un sonido más rock, componiendo algunos de sus éxitos más conocidos, como Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde. En 2016, fue el primer músico en recibir el premio Nobel de Literatura “por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”. Sus canciones han vendido más de 125 millones de discos en todo el mundo.
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