Taylor Swift denuncia que su antiguo sello no le deja tocar su música
La cantante estadounidense denuncia a través de sus redes sociales que su anterior discográfica ejerce un "control tiránico" sobre su trabajo y pide a sus seguidores que se involucren
La cantante Taylor Swift ha apelado a sus millones de fans en redes sociales para presionar a los jefes de su antiguo sello discográfico, a quienes acusa de ejercer un "control tiránico" sobre su música. El último movimiento de la superestrella mundial ha reavivado su enemistad pública con Big Machine Label Group, señalando una vez más el viejo problema de la industria de la música sobre quién guarda los derechos del trabajo de un artista.
La música pop, de 29 años, conocida por su calculada estrategia en redes sociales, publicó un texto en Tumblr el jueves por la noche acusando a los jefes de Big Machine de impedir que cante sus antiguas canciones en televisión, donde tiene previsto hacer una aparición este mes en los American Music Awards, en los que recibirá el galardón de artista de la década, y de utilizarlas en un documental que prepara con Netflix.
Según ella, el fundador de Big Machine, Scott Borchetta, y Scooter Braun, que adquirió la compañía este 2019, le dijeron que no podría "volver a grabar" su música antes de tener de nuevo el derecho a interpretarla "el próximo año". Este verano, Swift comenzó una disputa pública con Borchetta y Braun, al quienes acusó de no permitirle comprar los derechos de su catálogo musical. Swift se comprometió a recuperar el control de esos álbumes volviendo a grabar sus temas, lo que legalmente podría comenzar a hacer en noviembre de 2020, según dice.
En la publicación, donde pidió el apoyo de sus fans y de otros artistas representados por Braun (entre ellos, Demi Lovato o Justin Bieber), Swift aseguró estar siendo acosada por Braun y Borchetta. Swift trabaja ahora con la discográfica Universal, con un contrato bajo el cual ella es dueña de su trabajo.
El propietario de los derechos de las grabaciones originales, el material que se utiliza para crear vinilos, CDs y copias digitales, puede determinar cómo se reproducen y venden las canciones. Las compañías discográficas casi siempre han conservado esos derechos, justificados por los riesgos financieros que toman al apoyar a los intérpretes en sus contratos.
Don’t know what else to do pic.twitter.com/1uBrXwviTS
— Taylor Swift (@taylorswift13) November 14, 2019
La fallecida leyenda Prince defendió los derechos de los artistas en la década de 1990, rebelándose contra su sello Warner por el dinero y control de su música. "Si tú no controlas tus másters, ellso te controlan a ti", dijo la estrella a Rolling Stone en 1996.
Swift ha reavivado el debate sobre la propiedad de la música en una era donde el streaming manda, y los artistas jóvenes exigen cada vez más autonomía. "Algunas empresas están ocasionalmente dispuestas a hacer cosas que han sido contrarias a la forma en que funciona su modelo de negocio", explicó Larry Miller, director del programa de negocios musicales de la New York University. Aún así, Miller dijo que los principales sellos discográficos conservan su influencia cuando se trata de crear estrellas. "En 2019, cualquiera puede hacer una pieza de música hoy en su portátil". Pero "hay una gran diferencia entre ser teóricamente reconocible y tener un ejército de personas para convertirte en un artista más grande", dijo.
Swift, una de las artistas internacionales más destacadas, asegura que su postura busca dar voz a músicos menos influyentes. "Creo firmemente que compartir lo que me está sucediendo podría cambiar el nivel de conciencia de otros artistas y potencialmente ayudarlos a evitar un destino similar", dijo.
Babelia
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