Las ferias del libro se refugian en lo virtual para mantener vivo el espíritu
Los directores de encuentros y festivales literarios de España y América Latina ofrecen su balance de los últimos meses. Este viernes ha arrancado la cita de Madrid y la FIL ha decidido volcarse en la Red
Una puerta de vaivén entre los mundos físico y virtual. En eso se han convertido las principales ferias, festivales y encuentros literarios ahora con vocación transnacional. Viven una metamorfosis sobre la marcha desde hace seis meses que la covid-19 abrió un atajo al futuro donde la gente ha respondido y el público se ha ampliado y diversificado. Las penúltimas citas en tomar esta ruta, pero con modelos distintos, son la Feria del Libro de Madrid, del 2 al 18 de octubre, y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), de México, del 28 de noviembre al 2 de diciembre.
Mientras que Madrid se ha mudado del Parque del Retiro al ciberespacio con una programación de charlas y conferencias y las librerías atienden cada una en sus establecimientos habituales, la FIL convertirá su web en un escenario al que se sumarán el Canal 44 de la Universidad de Guadalajara y varios medios de comunicación. La programación y formatos definitivos de una feria híbrida o mixta los anunciarán a finales de octubre.
Los directores de las principales ferias de España y América Latina insisten en que nada reemplaza lo presencial, pero reconocen que algunas actividades virtuales han venido para quedarse y enriquecer las ferias; aunque aclaran que sin la feria presencial, la digital no puede existir ni como actividad cultural ni como negocio.
Las ferias de Bogotá, Buenos Aires, Madrid o el Festival Hay han vivido esta experiencia como una oportunidad para replantearse formatos. Incluso les asaltan preguntas: “¿Cómo nos estamos comunicando con estas nuevas generaciones? ¿Qué les estamos ofreciendo?”, plantea Sandra Pulido, directora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo).
La primera que se enfrentó a la nueva realidad y revisó su modelo fue la Feria Infantil de Bolonia, la más importante del mundo en su sector. Debía realizarse entre marzo y abril, pero en febrero la pospusieron ante el avance de la pandemia en Italia. Se pasó al espacio digital en mayo. Para Elena Pasoli, su directora, lo virtual se incorpora en el mundo real, y así algunos de sus salones digitales se han prolongado hasta finales de 2020. Bolonia es una feria profesional que aprovechó la circunstancia para ampliar su público: “¡Se superaron las expectativas!”. Tuvo más de 60.000 visitas conectadas durante los cuatro días de programación principal.
Bogotá fue la siguiente feria del libro en reinventarse a contrarreloj del 21 de abril al 5 de mayo. Roger Chartier, director de estudios de la Escuela de Estudios de Ciencias Sociales de Francia, la inauguró desde su confinamiento en París. Todos miraron hacia la FILBo y su programación digital: mesas redondas, debates y clubs de lectura. “Esa posibilidad de llegar al mundo entero, de pensar una feria que llegue a todos, es una puerta abierta. Ya ni la distancia ni el idioma serán una barrera”, asegura Sandra Pulido. Su filosofía es vivir una feria sin fronteras desde lo cultural y comercial.
Una semana después del nuevo tiempo inaugurado por la FILBo llegó la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, del 28 de abril al 18 de mayo. “Web mediante, urdimos un programa cultural y un mapa de librerías argentinas para que se articularan entre sí”, explica Oche Califa, su director. Integró lo analógico comercial y solidario con las librerías para potenciar la venta de libros online, mientras la web de la feria se convirtió en un escenario único con la recuperación de las mejores charlas y conversaciones en vídeo en sus 45 ediciones anteriores. Agregaron un programa de televisión de dos horas en la cadena pública nacional, La feria no se rinde, con mensaje del propio presidente de Argentina Alberto Fernández.
Poco después empezó Centroamérica Cuenta desde Managua con un formato sencillo pero más expansivo: diálogos cruzados de una hora entre escritores de diferentes países latinoamericanos y españoles titulado Autores en casa. La programación prosigue hasta junio de 2021 cuando se pueda celebrar la próxima edición presencial. “Supimos que se puede navegar con dos alas. Cuando vuelva lo presencial seguiremos con estos formatos”, anunció el escritor Sergio Ramírez, presidente y creador del festival. Desde el minuto uno reaccionaron de manera proactiva, recalca Claudia Neira Bermúdez, directora del festival. Y advierte: “No hay vuelta atrás a solo festivales presenciales, los dos modelos deben convivir”.
A finales de mayo los ojos estaban puestos en lo que haría el Festival Hay-on-Wye. Y no defraudó: un gran despliegue digital de charlas, debates, recitales y conferencias. La edición de Querétaro (México) fue más reducida, mientras que la de Segovia fue presencial. Una de las enseñanzas principales que se desprende de lo ocurrido estos meses, reconoce Cristina Fuentes La Roche, directora Internacional del Hay, “es que se perdió el miedo a la tecnología”. La oportunidad de tener autores que antes era difícil que se desplazaran se abre, porque “aquellos que no viajen por edad o por temas de cambio climático, etcétera, se les pueda presentar a través de una pantalla. Pero no es simplemente hacer streaming de lo que sucede en el mundo físico, sino otra cosa. Para llegar a públicos que no puedan llegar a los lugares del festival, coexistirá con un festival físico y tradicional”, explica Fuentes La Roche. Pero advierte que una oferta solo digital no es sostenible económicamente.
Las Conversaciones Literarias de Formentor en Mallorca en septiembre lograron un punto híbrido: varios conferenciantes en un mismo lugar, alguno a través de la pantalla, pero sin público en vivo. Las charlas fueron transmitidas en streaming y están disponibles en la red.
Desde este fin de semana es el turno de Madrid. “Aunque no podrá ser como siempre, la Feria en Directo busca fortalecer la marca y hablar de libros durante dos semanas”, explica su director Manuel Gil Espín. Hay mesas redondas y debates con escritores, con expertos e instituciones; además, actividades como cuenta cuentos y el segundo ciclo Leer Iberoamérica Lee. Gil no duda en decir que “vamos hacia un futuro de ferias mixtas e híbridas. Las ferias serán transnacionales”. Si la gente no puede ir a las ferias y festivales de libros, estas van hasta la gente.
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