El coronavirus amenaza (también) la celebración de la FIL de Guadalajara
Penguin Random House y la mexicana Cal y Arena anuncian que no acudirán a la cita de noviembre, mientras Planeta prevé asistir y Anagrama estudia su presencia
Malos tiempos para las ferias del libro más importantes del mundo: si la de Fráncfort, pendiente de celebrarse del 14 al 18 de octubre, ha visto cómo los grandes grupos editoriales han declinado su presencia física y reducido su participación a actos virtuales por el coronavirus, el efecto dominó afecta ahora, por calendario, a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la más importante en lengua hispana, que ha recibido el primer mazazo con la decisión de la filial mexicana de Penguin Random House (PRH) de no participar este año de manera presencial con un pabellón físico para garantizar la salud de sus empleados. También ha anunciado su renuncia a la cita, que debe celebrarse del 28 de noviembre al 6 de diciembre, el sello mexicano Ediciones Cal y Arena. Diversas editoriales españolas con peso histórico en la feria están calibrando su postura. Así, en el Grupo Planeta “la idea es estar, pero mayoritariamente con presencia local y una cierta representación desde aquí”, mientras que en Anagrama, que ya no acudirá a la cita de Alemania, afirman que lo están estudiando.
“La de Penguin es una ausencia sensible, y mucho”, ha reconocido el presidente de la FIL, Raúl Padilla, en declaraciones a la prensa mexicana. La dirección editorial de la feria ha añadido, por su parte, que continúan negociando para encontrar una formula que permita la viabilidad de evento. La decisión de PRH se enmarca en el contexto de la estrategia global del cuarto grupo editorial más importante del mundo, que ya se ha ausentado de las ferias de Bolonia y Londres, y tampoco estará en la de Fráncfort. Los organizadores de la FIL no han podido convencer a la filial del Bertelsmann a pesar de haber anunciado un notable paquete de medidas de seguridad: desde la limitación del aforo a un máximo de 5.000 personas a la vez en los 40.000 metros de exposición del pabellón a un tope del 25% del aforo de los salones, pasando por el uso obligatorio de mascarilla en todo el recinto. También hay un incentivo económico: un descuento del 30% en las tarifas para la instalación de estands. En cualquier caso, los organizadores trabajan ya en un formato mixto de feria que combine actos presenciales con encuentros virtuales.
“Es una decisión difícil que yo platiqué con la feria para explicarles la decisión del grupo”, apunta por teléfono Roberto Banchik, director general de la filial mexicana de PHR, que recalca que “la idea es participar y dar todo el apoyo a la FIL de modo virtual”. También hay dudas sobre la participación de Sharjah, el emirato árabe que, en nombre de la cultura árabe, es el invitado de este año a la feria. Si bien, por el momento, han asegurado que mantendrán su presencia física, aunque con una representación menos nutrida, entre bambalinas negocian con los organizadores posponer su visita a 2021, exactamente la misma propuesta que hiciera Canadá con la Feria de Fráncfort de este año, donde era la invitada de honor, lo que ha logrado retrasando así un año la participación española.
Entre los organizadores se teme un efecto en cascada tras la decisión de PRH precisamente en un año que había de ser muy especial para la feria tras recibir el pasado 9 de junio el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades junto al Hay Festival. Las editoriales tienen hasta el 15 de este mes para comunicar su decisión a la organización. Almadía, una de las independientes con mayor peso en el mercado mexicano, reconoce que está haciendo malabares pero que, a día de hoy, están más cerca de suspender su participación presencial. “Está siendo un momento vertiginoso. Tanto por el tema de salud como por el económico. Pese a los esfuerzos que está haciendo la feria, como la reducción de cuotas, la inversión que supone para nosotros solo merece la pena si hay una gran afluencia de público, impacto mediático y ventas importantes”, señala su director, Guillermo Quijas. En la misma sintonía se sitúan Sexto Piso, la mayor editorial independiente del país, y Era, una de las más veteranas.
“No vamos a ir porque consideramos que es un error sanitario, cultural y político. ¿Por qué vamos a salir a echar una mano a un Gobierno que no ha movido un dedo por la cultura?”, señala Rafael Pérez Gay, director de Cal y Arena, una de las editoriales mexicanas que ya a confirmado que no participaran, lanzando de paso un dardo al presidente mexicano y los réditos de imagen que logra cualquier Gobierno con el mayor certamen editorial en español del mundo. Desde la filial mexicana de Planeta, su director Carlos Ramirez Vilela, considera sin embargo que “la nueva normalidad exige flexibilidad y estar a la altura de los lectores. Si el comité organizador garantiza las medidas sanitarias pertinentes, estaremos en la FIL”.
Las consecuencias económicas también serían notables para una feria con 34 años de historia: las primeras estimaciones hablan ya de una posible pérdida por reducciones o cancelaciones de un 40% de los ingresos de un evento que el año pasado convocó a más de 828.000 visitantes, con 2.417 editoriales de 48 países y casi 19.000 profesionales y 300 agentes literarios. En cualquier caso, el presidente de la FIL, que también lo es del festival internacional de cine de la misma ciudad de Guadalajara, cancelado ya el pasado marzo, ha admitido a Aristegui Noticias que “si en octubre hay más de 100 contagios diarios en Jalisco no habrá feria”.
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