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Los organizadores cancelan la Feria del Libro de Madrid

Los libreros, editores y distribuidores deciden anular la cita en el Retiro el próximo octubre, a falta de una reunión con la Consejería de Sanidad, ante la aceleración de la pandemia en la provincia

Preparativos para la 78ª edición de la Feria del Libro de Madrid, el año pasado.
Preparativos para la 78ª edición de la Feria del Libro de Madrid, el año pasado.ULY MARTIN

El mismo día en que Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, reclama a la Comunidad de Madrid “medidas drásticas” para frenar la aceleración de la pandemia, la comisión organizadora de la Feria del Libro de Madrid se ha reunido de urgencia y ha decidido no celebrar la edición de 2020, en el parque del Retiro, tal y como ha podido saber EL PAÍS por fuentes del Gremio de Libreros. Desplazada en mayo a octubre por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, a principios de julio los libreros, editores y distribuidores que forman esta comisión lograron para su celebración el “patrocinio especial” de 300.000 euros de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Con esta cantidad podían garantizar el pago de los gastos extraordinarios causados por una posible cancelación del evento, dado que ninguna aseguradora se hacía cargo de las facturas para esa eventualidad.

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A pesar del esfuerzo de Administración y organizadores, los datos del rebrote de la covid-19 en la región han empujado a los editores, los que más defendían la celebración de la cita, a asumir la postura de los libreros. “No podemos poner en riesgo al sector ni a los lectores”, explican tras tomar la decisión. “Anulamos porque los últimos datos sanitarios demuestran que no hay posibilidad de mejora y tendríamos que empezar a montar las casetas el próximo 2 de septiembre”, añaden las fuentes consultadas. Con la decisión unánime en este comité de urgencia, el jueves se reunirán con los responsables de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para conocer la recomendación sanitaria que les ofrece el organismo, dado que “hace dos semanas no veía problemas en la celebración”, indican los libreros.

Pablo Bonet, secretario del Gremio de Librerías de Madrid, explica que han tomado “la respuesta más lógica” por prevención sanitaria y económica. “Preparar una feria es una tarea muy importante y lo que está pasando en Madrid no permite el montaje. Es una decisión unánime y lo sentimos por los que esperaban que hubiese feria, pero la salud está por delante de todo. Mañana mismo empezaremos a devolver el dinero a los expositores que han pagado ya”, indica Bonet, que asegura tener la comprensión de todas las instituciones.

“Era lo más responsable. Había mucha gente optimista antes del verano, pero ahora es impensable. Necesitábamos tomar una decisión a mes vista para anticiparnos. No nos podíamos permitir seguir engañándonos con la feria, después de que otros eventos como el Liber han anunciado su anulación”, añade Verónica García, representante de los distribuidores en la comisión.

Es decisión de los libreros, editores y distribuidores su suspensión
Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura y Turismo

Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura y Turismo indica que “es decisión de los libreros, editores y distribuidores su suspensión”. “Lamento profundamente la cancelación por primera vez en la historia de este evento, como estoy segura lo lamentan igualmente todos los que conforman este sector”, ha añadido Rivera de la Cruz. Andrea Levy, responsable del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, también ha lamentado la cancelación: “Las condiciones actuales de la pandemia hacen recomendable su suspensión”.

Más crisis que ganas

La Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE) siempre ha apoyado a los libreros en este tira y afloja con los editores, que asumían unas ganancias exiguas en octubre pero temían la imagen de la suspensión del evento. La tensión se ha prolongado varios meses en el seno de la industria hasta la decisión de hoy. FANDE plantea una feria descentralizada: no quieren suspenderla pero sí desplazarla a los comercios, en lugar de concentrarla en el Retiro. De hecho, las librerías han mostrado mucha precaución en la vuelta a la normalidad tras el confinamiento. Todos los protocolos sanitarios en la venta del libro han sido testados en estos tres meses de actividad.

El Gremio de Libreros tiene la titularidad y las responsabilidades económicas y penales en caso de cancelación de la feria, por eso nunca vio con buenos ojos la celebración en 2020 del mayor evento de la industria editorial en España. A pesar de las presiones de los editores por llevarla a cabo en una versión reducida a la sexta parte de público —3.500 personas diarias de aforo— y a menos de un tercio su despliegue en el parque (de 1.500 metros a 400), la mayoría de las librerías madrileñas habían declinado su participación en el evento, poco convencidas del retorno de su inversión en tiempos de crisis (según el tamaño de la caseta, entre 1.600 y 4.200 euros). Esto limitaba las esperanzas de los dueños de estos negocios y hacía saltar sus alarmas, al reducir drásticamente las personalidades que iban a firmar y vender libros (el último año fueron cerca de 2.000 autores estampando su autógrafo).

La organización también había presentado el cartel de esta postergada edición, un homenaje a la mujer lectora dibujado por Nuria Riaza. Incluso el pleno del Ayuntamiento de Madrid declaró por unanimidad, en mayo, la clasificación de la feria como “especial significación y de interés general” para garantizar su permanencia en el parque. Los lectores y lectoras tendrán que esperar a 2021 para celebrarlo.

La última normalidad

En 2019 la Feria del Libro de Madrid cerró con un incremento de ventas del 14% respecto al año pasado, un total de 2,3 millones de personas entre las casetas (un 17% fueron ciudadanos de fuera de la Comunidad de Madrid) y cerca de 550.000 ejemplares vendidos, es decir, una recaudación de 10 millones de euros. El balance de la última celebración también fue un éxito en cuanto a las actividades, con 5.200 actos de firmas en los expositores. Los responsables indicaron que el impacto generado en medios de comunicación fue cercano a los 40 millones de euros y generó a la ciudad 4,3 millones de euros de beneficios. La edición número 79 de la feria tendrá que esperar a 2021 para mejorar unos datos tan necesarios para el sector.

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