La escultura de Cristina Iglesias vuela a la isla donostiarra Santa Clara
Un helicóptero transporta por piezas el conjunto artístico que recreará un fondo marino en plena bahía de La Concha
Tierra, mar y aire se han alineado este martes para trasladar la obra escultórica de Cristina Iglesias hasta el faro de la isla Santa Clara, en plena bahía de San Sebastián. Un helicóptero ha realizado cerca de medio centenar de viajes para transportar, pieza a pieza, el complejo conjunto artístico que pretende convertirse en un nuevo emblema cultural de la capital guipuzcoana. Unas voluminosas piezas de bronce que alcanzan las 15 toneladas de peso han volado a lo largo de esta mañana por el cielo donostiarra y han quedado depositadas en una explanada de la isla. En este lugar se instalará la creación de Iglesias que recreará el movimiento y el sonido del fondo marino mediante una conjunción de efectos de luz, agua y color.
La artista donostiarra ha ideado una intervención escultórica en la casa del faro que pretende “sumergir al espectador en una experiencia única”. Su obra compartirá un paisaje cultural único en San Sebastián, flanqueado por las obras del Peine del Viento, de Eduardo Chillida, en uno de los extremos de la bahía y la Construcción vacía, de Jorge Oteiza, ubicada en el Paseo Nuevo.
Un helicóptero ha despegado a las 6.30 para transportar las piezas desde el Paseo Nuevo hasta la isla. La escultora y el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, han depositado junto a la aeronave un ramo de flores como homenaje al piloto donostiarra Haritz Galarraga y su compañero fallecidos recientemente en un accidente de helicóptero en la Seu d’Urgell. Galarraga iba a ser el encargado de pilotar hoy las operaciones para trasladar la obra de Iglesias, como hizo en octubre de 2019 con la grúa que se ha empleado este tiempo para vaciar el fondo del faro donde se colocará la escultura.
“La obra podría estar acabada a finales de año, de tal modo que puede ser plenamente visitable en la primavera de 2021, una época que nos permitirá organizar una apertura acorde a la importancia que va a tener esta obra para la ciudad, que sin duda va a ser un referente internacional en el mundo de la escultura y el arte”, ha declarado el regidor.
La escultura de Iglesias va incrustada en un vaso de unos ocho metros de profundidad que ha sido excavado en el fondo de la casa del faro. Es un boquete con diferentes estratos que estará recubierto por placas de bronces y simulará “la naturaleza de los fondos marinos, sus rocas, la erosión del mar”, en palabras de la artista. Sobre este espacio se crearán balconadas y pasarelas con escalones bajos por los que el visitante podrá recorrer los distintos niveles de la obra.
El bronce aporta la luz a la obra, que llegará a través de una nueva cubierta en el techo. "El vaso baja hacia el mar y trabaja en ese ilusionismo de hacernos conscientes del mar que tenemos y de cuidarlo, temas muy, muy importantes, pero también va a tener una actividad de esa ilusión del agua entrando, subiendo, bajando, a veces entrando de manera más precipitada en el lado entre el Aquarium y la isla que sería la entrada del mar a la bahía", según explicó Iglesias cuando presentó su creación. Un circuito cerrado de agua dulce hará las veces del agua del mar.
Iglesias, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1999 y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2015, ha destacado “el buen trabajo que están realizando todos los equipos implicados” y explicado que, una vez que estén en la isla “todos los elementos”, procederá a “colocarlos, poner la pasarela y la cubierta”. Asimismo, el interior se finalizará con “alabastro en las ventanas”, deberá “trabajar la luz” y “hacer las pruebas de agua”, ha dicho la artista.
Babelia
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