El Juli: “Tengo mucha fe en que el sector sepa adaptarse a la sociedad actual”
El torero reconoce que ahora no piensa en su futuro y solo le preocupa que “el toreo perdure en el tiempo”
Julián López El Juli (Madrid, 37 años) habla desde la tranquilidad del campo extremeño de la situación crítica que atraviesa el toreo por el coronavirus. Y lo hace con la perspectiva que da estar en la cima del escalafón durante años, en su caso más de dos décadas. Aquel niño que encandiló al mundo a final de los noventa está ahora, ya curtido en mil batallas, ante su faena más difícil: “Ahora lo que me preocupa es que el toreo perdure en el tiempo”, asegura en una entrevista telefónica con EL PAÍS.
Pregunta. ¿Cómo ha encajado el sector este golpe justo antes de comenzar la temporada?
Respuesta. Es un momento muy duro porque esta es una de las industrias culturales más afectadas por la crisis. Los festejos se concentran en estos meses y mucha gente se ha quedado sin ingresos. Es preocupante la situación de las cuadrillas y otros profesionales, así como de los ganaderos que han invertido mucho en la crianza de los toros. De todas formas, lo más importante ahora mismo es la salud.
P. Desde el toreo se está pidiendo ayuda al Gobierno, aunque denuncian la falta de respuesta de las autoridades. ¿Es posible reconducir esa situación?
R. La gente del toro ha sido leal, generosa y paciente con el ministro de Cultura, pero no hemos recibido más que discriminación, insultos y vacío por parte del Gobierno. Estamos dolidos y no entendemos la actitud y la falta de reconocimiento de esta industria cultural solo por no ser del gusto de algún partido político. Ahora, al menos, el ministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes nos va a atender y tendremos por fin una reunión. Queremos reconducir la situación, pero exigimos un cambio de actitud. Exigimos al Gobierno que reconozca lo que somos y representamos.
P. ¿Se refiere culturalmente o a la parte económica?
R. A todo. En lo económico, por ejemplo, el toro factura unos 4.500 millones de euros al año, genera 200.000 empleos y muchos ingresos para las arcas públicas. Además, pese a lo que se dice, solo recibe 65.000 euros de los Presupuestos Generales del Estado. Después está lo que supone culturalmente, que es parte de la identidad de España y uno de los mayores espectáculos de masas del país. Por eso me incomoda la falta de reconocimiento, me parece una falta de respeto. No aparecemos en las medidas que ha tomado el Gobierno y no ha contado con nosotros en sus reuniones hasta ahora, parece que nos intentaban ocultar. La ley obliga a las instituciones a sostener, proteger y divulgar la tauromaquia como parte del patrimonio cultural del país. ¿Acaso no quiere cumplir la ley?
P. ¿Cuáles son las prioridades en este momento?
R. Los más damnificados tal vez son las cuadrillas, toreros que están en una posición baja en el escalafón que dependían de esta temporada y ganaderos. Duele que el Gobierno no mire por ellos, necesitan acceder a las ayudas. Y el sector precisa de beneficios fiscales y líneas de crédito para sobrevivir y reactivarse en cuanto se pueda.
P. ¿Es necesaria una reestructuración de la fiesta?
R. El mundo del toro se ha mantenido por sí solo durante toda su historia, pero habrá que reinventarse. Tengo mucha fe en que el sector sepa evolucionar y adaptarse a la sociedad actual. El gran trabajo por hacer creo que es la comunicación, saber explicar qué significa la tauromaquia. Aunque está claro que la fiesta es sostenible, solo hay que ver que es un espectáculo que es capaz de llevar a más de 20.000 personas durante 30 días seguidos a un recinto.
P. ¿Cree que habrá toros este año? Se han llegado a plantear incluso festejos a puerta cerrada con televisión.
R. Puede que haya eventos y cosas especiales, pero todavía es muy pronto para eso. Personalmente, no veo factible una corrida de toros sin público en los tendidos. Faltaría una pata importante del espectáculo que es el aficionado. La conjunción de toro, torero y público es lo que hace grande la tauromaquia.
P. ¿Están dispuestas las figuras a ayudar en lo que sea necesario?
R. Hay mucha inquietud, muchas ideas y muchas propuestas. Creo que no hay que pecar de nerviosismo e impaciencia. Hay que hacer cosas muy rotundas y es importante que las figuras del toreo se involucren y ayuden al sector. En mi caso estoy a total disposición.
P. ¿Hay alguna idea avanzada o algo concreto?
R. No, todavía falta por concretar lo que se puede hacer, pero los toreros estamos dispuestos a ayudar.
P. ¿Se ha llegado a replantear su futuro con este parón?
R. (Silencio). No creo que esto vaya a cambiar la idea que tenía. Ahora pienso más en el sector que en mi carrera. Ya he tenido la suerte de vivir la grandeza de la tauromaquia y conseguir lo que soñaba. Lo que me preocupa es que el toreo perdure en el tiempo y que pase esta fase social y política en la que los toros se usan de forma partidista. No debe existir esta división que me preocupa incluso a nivel personal.
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