La pandemia pone en peligro cerca de 54.000 empleos en el mundo taurino
Cuadrillas y ganaderos afrontan las situaciones más delicadas al quedarse este ejercicio casi sin ingresos. Los festejos generan una cifra de negocio de 1.500 millones anuales
El sector taurino se enfrenta a su momento más decisivo. El embate del coronavirus es colosal y dejará daños económicos muy importantes. En total, según las organizaciones taurinas, peligran unos 54.000 empleos, de ellos alrededor de 2.000 entre toreros, banderilleros, picadores y mozos de espada, según la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (Unpbe). El resto incluye trabajadores del sector, vinculados a la celebración de festejos taurinos: empleados de las ganaderías, transporte y personal de las plazas, entre otros.
“El año está perdido. Donde hay margen económico es en las grandes ferias, y ya se ha suspendido la mayoría”, reconoce Simón Casas, presidente de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (Anoet) y empresario de las plazas de Las Ventas y de Valencia, entre otras. Anoet sitúa la cifra de negocio de la industria en 1.500 millones. En conjunto, genera más de 4.000 millones, entre impacto directo e indirecto. En 2018, se celebraron 1.521 festejos taurinos, de los que 369 fueron corridas de toros, según Cultura. Este año resultará muy diferente: se celebrarán solo algunos festejos para no quedar a cero, “pero será algo simbólico”, explican fuentes del sector.
Cuadrillas y ganaderos, probablemente los más afectados, viven días de incertidumbre. Hay familias con cierta desesperación por la falta de negocio y de ayudas y, sobre todo, por la perspectiva de quedarse sin ingresos todo el año. Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro de Lidia, habló este lunes con el titular de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, para pedirle apoyo. Martín precisó a EL PAÍS que el ministro, del que destacó su tono conciliador, se comprometió a abordar la próxima semana todos los aspectos de esta crisis.
En el campo, la situación también es crítica. “En el escenario de un 2020 sin temporada taurina —de marzo a octubre—, la estimación de pérdidas para los ganaderos de bravo de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) supera los 77 millones, calculando los animales destinados a las corridas de esta temporada y añadiendo la pérdida de los añojos, erales y utreros que se quedarán en el campo”, detalló hace unos días la UCTL en un comunicado.
Para entender la situación de la cría de ganado bravo hay que tener en cuenta que en las corridas de toros solo se pueden lidiar reses de cuatro o cinco años (en las novilladas, de tres). Se trata de unos animales en los que se ha invertido durante años mucho dinero, que no se recuperará al no haber festejos.
Al matadero
Cada toro tiene un coste de producción que oscila entre 4.000 y 5.000 euros, según la UCTL. Cuando se mandan al matadero, por la carne se suele pagar solo un 10% de su coste de producción. Pese a ello, es la única salida que tienen decenas de ganaderos para, al menos, evitar mayores pérdidas. “Tener al toro en el campo obliga a un gasto diario en comida y manutención. Es inviable mantener toda la estructura sin recibir ingresos”, reconocen ganaderos andaluces que prefieren mantenerse en el anonimato. Los animales que se están mandando al matadero también incluyen vacas, para reducir costes y el número de cabezas en el campo, además de poder ganar de liquidez. Poco, pero algo al menos.
Muchas empresas ya habían realizado una inversión en publicidad, promoción, gestión y organización que no se recuperará, comenta Casas. Pese a todo, vislumbra que la fiesta seguirá siendo viable: “Cuando se supere la pandemia, va a quedar una problemática económica y social. Habrá que reequilibrar y readaptar todo, pero soy optimista y creo que encontraremos las soluciones adecuadas para sobreponernos a esta situación”.
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