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Desembarco del arte español del Pompidou de París en su sede de Málaga

Desde Juan Gris, Picasso, Dalí, Miró, Gargallo, Julio González, Saura o Palazuelo hasta Cristina Iglesias, una muestra que recorre los últimos cien años de creadores que trabajaron en Francia renueva completamente el contenido del espacio malagueño

Esculturas de Cristina Iglesias en la exposición 'De Miro a Barceló. Un siglo de arte español', este jueves en el Centre Pompidou Malaga. Garcia-Santos
Esculturas de Cristina Iglesias en la exposición 'De Miro a Barceló. Un siglo de arte español', este jueves en el Centre Pompidou Malaga. Garcia-SantosGarcía-Santos (El País)
Margot Molina

“Un museo francés que trae a España artistas españoles que trabajan en Francia”, así, casi con un trabalenguas, ha presentado este jueves el presidente del Centre Pompidou, Serge Lasvignes, De Miró a Barceló. Un siglo de arte español, la exposición con la que el Pompidou Málaga renueva completamente su contenido. “Son creadores que demuestran que entre la mundanización que todo lo uniformiza y el replegarse en sí mismos, en lo local, hay otras vías. Los intercambios culturales, tanto entonces, como ahora en los tiempos tumultuosos que vivimos nos dan fuerza para combatir los problemas”, ha añadido Lasvignes.

Desde que el Pompidou abrió sus puertas en Málaga en 2015 es la tercera vez que se renueva completamente su contenido. De momento, el acuerdo entre el Ayuntamiento de la ciudad y la entidad francesa, con el que se creó la primera franquicia del museo parisino fuera de Francia, está firmado hasta 2025; aunque tanto el alcalde, Francisco de la Torre, como Lasvignes se han mostrado dispuestos a que la colaboración se extienda.

“Lo veo como algo indefinido en el tiempo, en la medida en que el público siga respondiendo”, ha apuntado el alcalde. La presencia del Pompidou en Málaga le cuesta a las arcas municipales dos millones de euros anuales. Además de la muestra semipermanente que se renueva cada dos años, se organizan varias temporales anualmente. “Nuestro deseo es continuar trabajando juntos. Después de Málaga, abrimos otra sede en Shanghái y en Bruselas, que está ahora en obras que deberían concluir en 2024. También hay otros países que se han dirigido a nosotros pero, de momento, solo estamos en conversaciones con Corea del Sur, para crear una sede en Seúl”, ha precisado Lasvignes.

La selección, comisariada por Brigitte Leal, comienza cronológicamente con la famosa escultura Máscara de Picasso (1913) de Pablo Gargallo y la pintura cubista de María Blanchard, El niño jugando con aro (1917), y termina con un lienzo de José María Sicilia, Suspendido de su canto (2009). “Es la primera vez que se hace un recorrido por los artistas españoles del siglo XX en la colección del Pompidou. En 1988 se hizo una en el Grand Palais, también un siglo de arte español, pero las obras no pertenecían al Pompidou y, además, desde entonces han pasado más de 30 años”, ha comentado Leal, quien junto a los grandes nombres españoles ha querido introducir a artistas de otros países pero relacionados con sus colegas españoles: Giacometti -de quien se muestra Mesa, una escultura surrealista en bronce fundida a partir del original de yeso de 1933, una pieza de evocación esotérica-, Magritte, André Masson, Francis Picabia, Man Ray, Max Ernst e Yves Tanguy.

La comisaria ha dividido la exhibición en seis secciones. Comienza en la década de los veinte, con el cubismo de Juan Gris, Blanchard, Picasso y dos esculturas de Gargallo; después llega el surrealismo con “el entorno onírico que puede verse en dos piezas de Dalí, el objeto El zapato de Gala y la burla que hace en el óleo Alucinación parcial. Seis imágenes de Lenin sobre un piano”, ha apuntado Leal. Dentro del surrealismo pueden verse también dos esculturas de Giacometti, la película Un perro andaluz, de Buñuel, y las pinturas de Ernst, Luis Fernández, Magritte, Man Ray, Masson, Picabia y Tanguy. Junto a ellos se muestra dos obras muy distintas de Joan Miró: Interior (1922), “en la que puede verse su vinculación con su tierra e, incluso, con el arte románico en el rostro de la granjera que presenta muchas similitudes con el del Cristo de Ripoll y, junto a esta obra podemos ver Pintura, de 1927, en la que Miró ya ha creado su lenguaje propio, con esos fondos azules y esos pájaros negros”, ha comentado Leal.

En la sección dedicada a los años treinta, la muestra incluye 7 esculturas de hierro de Julio González y tres pequeños óleos; junto a seis pinturas de Picasso. “Ambos se conocieron en Barcelona y se reencontraron después en París, donde hicieron algunos proyectos juntos, en los que se nota la influencia que cada uno ejerce en el otro. Una de esas colaboraciones fue el proyecto para el monumento a Guillaume Apollinaire, aunque no lo seleccionaron y lo que se conserva son dibujos y piezas metálicas muy frágiles que no salen de París”, ha comentado Brigitte Leal.

Bajo el epígrafe Artistas españoles de la Escuela de París se reúnen, entre otros, Berrocal, Antoni Clavé, José Fin, Antonio López, Palazuelo, Sempere y Roberta González, la hija de Julio González, de quien se presenta un delicado óleo monocromático Desnudo melancólico (1950). Saura, Millares, Tàpies representan la llamada pintura matérica y en Generación de la posguerra pueden verse las piezas más espectaculares ubicadas en el cubo. En la gran sala central del espacio malagueño cuelgan dos enormes estructuras arquitectónicas de Cristina Iglesias, Corredor suspendido I y III (2006), obras transitables por el público, en las que la artista ha creado un trenzado de alambre de acero similar a la pleita (esparto trenzado) que juega con la luz que se filtran a través del cubo de colores que es el reclamo exterior del Centre Pompidou Málaga. Junto a Iglesias puede verse el conjunto Cuatro hombres a caballito con cuchillo (2001) de Juan Muñoz y obras de Sicilia, Juan Uslé, Jaume Plensa, Miró, Barceló y Arroyo.

De Miró a Barceló. Un siglo de arte español sustituye a Utopías modernas, que ha podido verse desde diciembre de 2017 hasta el pasado enero. La nueva exposición semipermanente, que se inauguró este jueves y permanecerá en Málaga hasta noviembre de 2021, reúne 90 obras de 41 artistas, de las que 17 son esculturas, tres vídeos y 70 pinturas y dibujos. Una performance de La Ribot, Pièce distinguée nº 45, tenía previsto hoy inaugurar la muestra, un acto que no se ha suspendido a pesar del coronavirus.


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Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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