Conciertos protesta para sobrevivir
La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla comienza una serie de movilizaciones para aliviar el déficit y garantizar un futuro al que la Junta espera encontrar solución la próxima semana
A las 19.30 de esta tarde, los músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) han tocado en la Plaza Nueva, en el centro de la capital, los acordes del primero de los conciertos protesta que han organizado para buscar una solución a corto plazo que frene una desaparición a la que parece abocada, tras una crisis económica y estructural que dura casi una década y que ahora mismo tiene sumida a la institución en una quiebra técnica que implica causa de disolución. Al ritmo de la Marcha Fúnebre, han iniciado su actuación los músicos, a modo de conjuro contra la situación por la que están atravesando desde hace años. El resto del repertorio, con piezas de Falla, Bizet o zarzuela de Gerónimo Giménez, todas representativas de Sevilla, fue más amable, pero su intención era la misma, exigir responsabilidades por una mala gestión y evidenciar lo que consideran una falta de compromiso de la clase política a través del poder de sugestión de la música. Más de un millar de personas secundaron sus reivindicaciones.
La ROSS ha cerrado 2018 con un déficit que supera los 600.000 euros y una deuda que ronda el millón. Los representantes de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento sevillano, responsables al 50% de la sociedad que gestiona la orquesta, se reunieron el pasado 15 de mayo para tratar de buscar una solución económica de urgencia que impida que una de las dos grandes instituciones musicales de la ciudad entre el concurso de acreedores. Fuentes del Gobierno andaluz han confirmado a este diario que esperan aprobar una respuesta que garantice la viabilidad de la ROSS en el Consejo de Gobierno de la próxima semana. Hace unos días el Ayuntamiento acordó el desembolso extraordinario de 290.000 euros -cantidad que adeudaba al organismo- para mitigar la situación.
“El plan de aportaciones económicas es importante, pero también demandamos un plan de gestión eficiente que garantice el futuro de la orquesta y la calidad de nuestro programa de conciertos, que es lo que más nos importa”, explica Juan Carlos Pérez Calleja, presidente del Comité de Empresa de la ROSS. La crisis y los recortes a los que se vieron obligados las administraciones públicas redujeron las aportaciones de la Junta y el Ayuntamiento, unos compromisos que tampoco han ido observando oportunamente o en las cantidades estipuladas -en 2016 las aportaciones pasaron de los 8,7 millones a los 3,8-, obligando a la plantilla a congelarse los salarios, situación en la que siguen desde 2009. Actualmente, el Consistorio desembolsa 3,048 millones y la Junta 3,188, en compensación por las cantidades que dejó de abonar desde 2012.
Pero a las contingencias económicas se suman las de gestión, agravadas desde 2016 con el cese de Remedios Navarro, que hasta ese momento era gerente de la ROSS y del Teatro Maestranza. Desde entonces la entidad ha estado sin dirección, exceptuando los meses (junio de 2017 a julio de 2018) en los que su actual director artístico John Axelrod, asumiera el cargo de consejero delegado.
“Los problemas de la ROSS con la gerencia son recurrentes desde la salida de Navarro. Lo más parecido ha sido el plan de Axelrod, que no funcionó. Los últimos concursos para hacerse con ese puesto han quedado desiertos”, cuenta Pérez Calleja, para quien la elección de un responsable económico es vital para diseñar un plan eficiente a medio y largo plazo. El secretario general de Cultura, Fernando Francés, de quien dependen las negociaciones para encontrar una solución por la parte de la Junta, ha confirmado a este diario que las conversaciones con el Ayuntamiento “avanzan de manera positiva”, pretende buscar una respuesta definitiva que acabe con la situación de crisis endémica que atraviesa la ROSS, que en sus casi 30 años de vida arrastra su sexta causa de disolución.
Sexta causa de disolución en 30 años
En esta salida, los trabajadores no están dispuestos a sacrificar sus salarios, y ese es otro de los motivos por los que esta tarde han iniciado sus movilizaciones. “La empresa nos ha comunicado que van a abonar sus deudas, pero que eso supondría congelar el presupuesto y los salarios unos cuatro o cinco años. “Eso implicaría tener que contratar en 2015 a un director artístico con un sueldo de 2009, eso perjudicaría la calidad del proyecto de manera radical”, sostiene Pérez Calleja.
El presupuesto de la ROSS asciende a unos 7,2 millones de euros de los que 6,3 se destina a personal, una plantilla que, denuncian desde el Comité de Empresa, los recortes y las situación económica han mermado. “Deberíamos ser 124 músicos, y somos 90. Nos faltan por cubrir puestos importantísimos como los concertinos, el solo de chelo…”, asegura Pérez Calleja. El incremento del capítulo de personal es uno de los que más preocupa dentro del Gobierno autonómico, al igual que la selección de los programas de la temporada que Francés ha criticado por deficitarios.
La situación se ha dejado notar en la taquilla donde el número de ingresos por abonado ha disminuido. “La falta de calidad derivada de la falta de viabilidad y la incertidumbre sobre nuestro futuro se traducen en un castigo para el abonado”, reconoce Pérez Calleja. Hoy, a través de su única arma, su música, buscan amansar las aguas turbulentas que amenazan con ahogar su sonido a la espera del plan de rescate que han prometido las instituciones.
Grito de auxilio de las orquestas andaluzas
La ROSS no es la única orquesta andaluza que atraviesa por problemas en Andalucía. Todas, la de Granada, la de Málaga y la de Córdoba pasan por graves dificultades a la hora de contratar. Las dos últimas tienen unas cuentas más saneadas debido a ajustes en el presupuesto o en la plantilla, lo que limita que puedan contratar a directores de prestigio.
La de la Ciudad de Granada, que también inició movilizaciones como la ROSS, ha recibido buenas noticias con el anuncio de una inyección de 290.000 euros por parte de la Junta. Una aportación que se concretará en un plan que incluirá la de Sevilla y que el Gobierno andaluz prevé aprobar la semana que viene, según han confirmado fuentes del Ejecutivo.
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