El teatro argentino convoca a una gran Asamblea de mujeres

En el año 392 a C. Aristófanes escribió La asamblea de las mujeres. En esta obra teatral ellas se disfrazan de hombres para infiltrarse y que escuchen sus ideas sobre los asuntos públicos, orientadas al bien común. Esa comedia clásica prefiguró una historia repetida a lo largo de los siglos, con mujeres camufladas tras seudónimos masculinos, como George Sand (Aurore Dupin) y George Elliot (Mary Anne Evans) o invisibilizadas sin firma. "Durante la mayor parte de la historia, 'Anónimo' fue una mujer", escribió Virgina Woolf en Un cuarto propio. Este sábado, en plena efervescencia feminista, el Teatro Nacional Cervantes apuesta por dar voz a más de 70 artistas, escritoras e intelectuales en la jornada inaugural de su nueva temporada.

Más de 2.400 años después, el Cervantes recupera simbólicamente aquella pieza teatral "para poner en escena las múltiples y largas luchas de las mujeres, los feminismos y los activismos sexo-genéricos por acceder a una ciudadanía y una vida plenas, con igualdad de derechos, libertad, autonomía, voz y voto". "El escenario es otro, pero la lucha sigue estando presente", dice Amalia Sanz, una de las curadoras del evento. "Hablamos de mujeres, pero no en el sentido biologicista. Se abren las voces a todas las diversidades sexoafectivas y sexuales", detalla. Rita Segato, Dora Barrancos, Nora Cortiñas, María Moreno, Luciana Peker, Susy Shock, Naty Menstrual, Ofelia Fernandez y Julieta Venegas son algunas de las convocadas.

La Asamblea de las mujeres abordará desde el presente textos centrales del feminismo y abrirá el debate sobre algunos de los grandes tópicos del feminismo. El cuerpo como territorio en disputa, la construcción del género, la representación de la mujer en los medios y la cultura centrarán algunos de los debates. "La programación es casi exclusivamente discursiva porque había mucho para decir y decidimos darle voz", señala Sanz.

Sin embargo, algunos de los temas de mayor actualidad en Argentina, como la violencia machista o el aborto, fueron pensados desde otros ángulos. "Nos preguntamos qué podíamos decir nuevo y pedimos ayuda al arte. Diez artístas plásticas van a hacer un homenaje a diez víctimas de violencia patriarcal. Sobre el aborto, fue tan trascendente el debate el año pasado que hicimos una instalación audiovisual con pantallas que van a retransmitir en loop las distintas voces", avanza la curadora.

La fiesta del Cervantes coincide en la cartelera con Petróleo, una obra en la que cuatro actrices también se disfrazan de hombres, en este caso de obreros en un pozo petrolífero de la Patagonia. Los cuerpos travestidos sobre el escenario juegan a deconstruir los géneros y crear un híbrido liberador. En las calles de la capital argentina, miles de mujeres auguran la caída del patriarcado. "Y ahora que sí nos ven, arriba el feminismo, que va a vencer, que va a vencer", concluye uno de los cánticos que más se escucharon el pasado 8 de marzo. El Cervantes abre su histórico edificio a esa revolución.