La presidenta de la SGAE: “No nos hemos muerto”
Pilar Jurado pide paciencia y defiende que su gestión ha dado "todos los pasos" para frenar la intervención del ministerio de Cultura
La agonía de la SGAE se prolonga desde hace años. Han cambiado los médicos, los fármacos, pero la mayor entidad de gestión del derecho de autor de España nunca logra reanimarse. Ahora, sin embargo, Pilar Jurado está convencida de haber encontrado la cura. Y así lo expuso la nueva presidenta en una rueda de prensa hoy viernes en Madrid donde presumió de su gestión, tras apenas tres semanas en el cargo. “No nos hemos muerto, estamos bastante vivos”, proclamó, en una de las muchas llamadas al optimismo. La soprano y compositora enumeró las medidas tomadas bajo su liderazgo, sostuvo que gracias a ellas la relación con el ministerio de Cultura —cuya posible intervención amenaza a la entidad— va mejorando y quiso despejar las nubes que rodean a la SGAE, una entidad con 124.000 socios y una recaudación anual de unos 300 millones. Eso sí, Jurado apenas rozó las espinas más agudas, sin entrar en detalles. Y pidió paciencia, “complicidad y responsabilidad” a los medios de comunicación, ya que “al presidente del Gobierno se le juzga a los 100 días”. En general, la rueda de prensa ofreció un largo resumen de pasado, presente y futuro de la entidad. Lo mismo de siempre, pensarán los más escépticos. Pero Jurado ve ante ella “una nueva SGAE”.
“En la primera junta que lideré pusimos en marcha todos los pasos que había comentado con Cultura. Sus requerimientos están prácticamente cumplidos o camino de cumplirse”, aseguró la presidenta. El ministerio pidió a mediados de febrero a la Audiencia Nacional la autorización para tomar el control de la SGAE “al menos seis meses”, apartar a sus órganos de gobierno y colocar al frente a una comisión gestora que resuelva los problemas clave. Tres, en concreto: Cultura exige en vano desde hace meses a la SGAE que implemente el voto electrónico también en sus elecciones, que arregle los desajustes de su sistema de reparto —sobre todo por los ingresos millonarios de la música nocturna en la televisión— y que reforme sus estatutos, para amoldarlos tanto a la ley como a las directivas europeas. Harto de esperar, el ministerio acudió a los jueces. A la espera de que la Audiencia Nacional responda, Jurado lucha contrarreloj para ganarse la confianza de Cultura. La cercanía de las elecciones generales añade incertidumbre al escenario.
Jurado relató que el 5 de marzo se reunió con Carlos Alberdi, jefe de gabinete del ministro de Cultura, y que, esa tarde, habló por teléfono con el propio José Guirao. “Me escucharon. Y me dijeron que la intervención para el ministerio sería un fracaso”, aseguró la presidenta. Pero, a la vez, le insistieron en que llevan demasiado escuchando “palabras” y quieren “hechos”. Jurado ofreció su lista: asegura que el reglamento interno ya está modificado para activar el voto electrónico, los nuevos estatutos están listos (pero precisan de la aprobación de la Asamblea de los socios) y ha creado un grupo de trabajo que resuelva el enredo del reparto. También pretende convocar cuanto antes elecciones para el órgano de control de la entidad, una novedad que prevé la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. “Es una época de urgencia y hay que adoptar muchas medidas, con celeridad”, insistió. Todo ello, sostuvo, ha sido aprobado con mayorías “amplias” y, en algún caso, hasta unanimidad de los 35 miembros de la junta directiva. La misma, por otro lado, que hace 22 días forzó el turbulento cese de José Ángel Hevia y colocó a Jurado al frente.
Dietas y contratos blindados
La presidenta aprovechó para defender como “imprescindible” la convocatoria poco habitual de tantas reuniones en su breve mandato. Las dietas de la casa otorgan 1.117 euros brutos a cada miembro que acuda a un encuentro de la junta —y 977 para el consejo de dirección, el otro órgano de Gobierno—, lo que arroja un total gastado de al menos 150.000 euros en el último mes. “Soy consciente de lo que supone pero era obligatorio y necesario”, destacó.
Aunque lo cierto es que otras decisiones de Jurado también han despertado incendios en la casa, que intentó apagar esta mañana. Uno de ellos estaba justo sentado a su lado. “Pocos tienen su currículo, único en Europa”, le defendió la presidenta. Al fin y al cabo, el nuevo director general, Miguel Ángel Recio, ha sido el fichaje más sonado de Jurado. Por un lado, por sus condiciones: el exdirector del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música) y del Círculo de Bellas Artes llega blindado por un contrato de cuatro años, algo inédito en la SGAE y más en tiempos tan inciertos, y un sueldo anual de 180.000 euros. Por otro, la llegada de Recio, amigo desde hace tiempo de Jurado, coincide con la destitución de su antecesor, Gerardo Rodríguez —quien mantiene el cargo de director financiero— y del secretario general, Carlos López, que llevaba cinco años en su puesto, y que todavía no ha sido sustituido.
Los requerimientos de Cultura están prácticamente cumplidos o camino de cumplirse Pilar Jurado
Jurado provocó ambos ceses la semana pasada con una junta extraordinaria, que respaldó ampliamente su decisión. Pero ella misma, un mes antes, se había opuesto a la destitución de López. ¿Qué cambió? “Para mí ha sido terrible a nivel personal, le apoyé de forma muy explícita. Pero, una vez en la presidencia, me sorprendió la falta de transparencia y de colaboración”. Jurado citó también “informes” que llegaron a su mesa, sin más aclaraciones. Desde el entorno de López desmienten la existencia de dichos documentos. Y sostienen que su destitución se explica con dos palabras: comisión deontológica.
Este organismo concluyó a finales de enero que 14 miembros de la junta, incluido el anterior presidente, Hevia, incurrían en un conflicto de intereses debido a sus ingresos. Les dio un plazo para enviar alegaciones, pero, frente a ello, el gobierno de la SGAE pactó “resetear” la comisión. Esta se opuso, y pidió que se le dejara concluir su trabajo, algo que López respaldó. Pero Jurado insistió en que su cese “nada tiene que ver” con la comisión deontológica, que ella quiere “impulsar” y que ha convocado “para la semana próxima”.
Dudas sobre el reparto
Las dudas del organismo se enlazan con las que Cultura tiene sobre el reparto de la entidad. Algunos miembros investigados dependen casi exclusivamente, según la comisión, de los ingresos que genera la música emitida de madrugada en la televisión, el gran objeto de la discordia en la SGAE desde hace años. Estos supusieron hace un año el 40% de toda la recaudación generada por las canciones en las distintas cadenas, pese a alcanzar apenas el 1% de la audiencia. Ante ello, la ley ha fijado un límite máximo del 20% que, según Jurado, soluciona el problema de una vez por todas de cara al futuro.
Pero, mientras, continúa la investigación judicial del llamado caso rueda, una presunta trama por la que socios de la SGAE y directivos de las televisiones se embolsaban millones llenando la programación nocturna de canciones concordadas. Y el reparto de diciembre de 2018, el último previo a la reforma de la ley, todavía se vio afectado por los desequilibrios generados por la música de la madrugada, de ahí que la Asamblea de los socios lo rechazara. Jurado defiende que para ello ha creado el grupo de trabajo, que todos los distintos bandos tienen cabida, y que “cuanto antes” llegarán a una solución. Visto el largo estancamiento, hará falta creatividad. Aunque eso en la SGAE sobra. Lo que le falta es tiempo.
Babelia
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