“Me gustaría llevar a mis personajes como lo hace Meryl Streep”
El actor guatemalteco se somete al carrusel de preguntas de este diario
El actor Enrique Salanic (Quetzaltenango, Guatemala, 1994) debutó en la pantalla grande en Días de Luz, primera coproducción entre seis países centroamericanos. A partir de esa experiencia, las oportunidades en el cine comenzaron a abrírsele. Por recomendación de uno de los camarógrafos de ese filme, el novel intérprete consiguió el rol principal en José, ganadora del Queer Lion en el Festival de Cine de Venecia, otorgado a la mejor producción con temas LGTBI.
El protagonista, de ascendencia maya k’iche’, cuenta que proviene de Cantel, un municipio a más de 130 kilómetros de la Ciudad de Guatemala. Lo más desafiante para su papel fue adaptarse a la metrópoli y a esa “tensión violenta” que irradia. Dice que fue difícil meterse en la piel de un joven que sabe que la homosexualidad “no está bien vista” allí, por lo que su personaje, sabe moverse y comportarse en la urbe para sobrevivir.
¿Qué significa ser un actor?
Estar dispuesto a ser vulnerable. Porque, a través de las diferencias, uno aprende a crear vida y a entender lo diferentes que pueden ser los humanos.
¿Qué personaje cinematográfico se asemeja a usted?
Más por su calidad de actuación; me gustaría llevar a mis personajes como Meryl Streep.
¿Con quién le gustaría sentarse en una fiesta?
Con Kaji’Imox, rey de Iximché de los kaqchikeles.
¿Qué libros están en su mesa de dormir?
Hay una variedad, desde Guatemala: Linaje y racismo, de Marta Casaús; Las mil y una noches (una de mis favoritas), Olvidar Machu-Picchu, de Alberto Vázquez-Figueroa y La Casa de los Espíritus, de Isabel Allende, entre otros.
¿Qué película le hubiese gustado haber protagonizado?
Aquella que pueda inspirar a la gente a ser mejores o dejarlos incomodos. El poder del personaje es crear inspiración e incomodidad. Cuando logras eso, mueves pensamientos y sentimientos que te hacen cuestionar tu realidad. Es satisfactorio.
¿Qué cambiaría de usted mismo?
Todo... no es broma. Estoy agradecido con la vida con lo que soy, porque me ha llevado a donde estoy y me ha enseñado lo que necesito. Sin embargo, esto no deja fuera que hay mucho de mí que quiere seguir creciendo.
¿Cuándo fue más feliz?
Varias veces, pero una de ellas fue cuando obtuve una beca para estudiar en uno de los Colegios del Mundo Unido en Lester B. Pearson College, Canadá.
¿La última comida que realmente le sorprendió?
Todas, me encanta comer [ríe a carcajadas]. Es un privilegio el tener acceso a la comida.
En su nevera siempre hay...
Agua pura.
¿Primera borrachera?
Ya no recuerdo; fue hace mucho tiempo.
¿Qué le reprochan sus amigos?
Nada que yo recuerde, entendemos que vamos a hacer lo que esta en nuestras manos para apoyarnos. Nos dejamos ser.
¿Un sueño recurrente?
No logro recordarlos.
Si pudiera tener un superpoder, ¿cuál sería?
Hacer que dejemos de contaminar nuestro hogar, la Tierra.
¿Dónde no querría vivir?
En donde no me sienta feliz.
¿De pequeño quería ser?
Actor, voy aprovechando las oportunidades que me da la vida.
¿Olor preferido?
Petricor, el de la tierra después de la primera lluvia.
¿Su especialidad en la cocina?
Comer antes de que esté lista la comida.
¿Qué le diría a su presidente Jimmy Morales?
¿Por qué?
¿Cuál es la última película que le hizo llorar?
Ixcanul, de Jayro Bustamante y Voces inocentes, de Luis Mandoki.
¿Qué película regalaría a un niño para introducirlo al cine?
Wall-E.
¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?
Emma Watson.
¿Qué está deseando comprarse?
Pasajes para viajar a los distintos festivales de cine.
¿Cómo ve el futuro de Guatemala?
A pesar de toda la incertidumbre, esperanzador.
Babelia
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